Prólogo
Después de la Guerra del Anillo, la Tierra Medía cambió, los elfos prosperaron y se multiplicaron en numero, al igual que el reino que construyó Gimli hijo de Gloin en Moria. Los hombres dejaron las guerras y los hobbit dejaron las aventuras, excepto una familia, los Gambit.
Al sur de la Tierra Medía, en las Tierras Cálidas de Harad, los orcos se multiplicaban alarmante mente, causando el éxodo de muchas ciudades. Muertes atroces y el terror de muchas aldeas pacificas. Pero una familia de hobbit no permitiría que continuara de este modo; los Gambit era una familia muy numerosa y siempre fueron muy valientes a la hora de pelear, en parte por que era de la raza de los Albos, con presencia y carácter fuerte y por ser grandes estrategas. En el año 3153 de la Quinta Era, la rebelión Gambit se inició, el general Gurth Gambit lideraba las interminables huestes de hombres, elfos, enanos e incluso hobbit. Los últimos eran en su mayoría escuderos, pero otros eran guerreros como Carandel Bolger y su hermano Wingdel Bolger.
Para el año 3165, Gambit había desmoronado la mayor parte de la población orca, y los pocos que quedaban escapaban al Norte, al Oeste de la Tierra Medía y con la ayuda de Gondor los orcos por fin fueron abatidos, pero muchos escaparon al Este.
Las batallas cantadas por los bardos, eran excepcionales, una de ellas y la más famosa fue la batalla de las mil espadas orcas.
Resonando en la tierra, como ecos del silencio
las espadas chocan, como relámpago en la noche
los chorazones laten, y las voces callan en silencio
y los soldados gritan de choraje en la oscura noche.
Los tambores cantan, y los guerreros se agigantan
los orcos sin temor, gritan en lenguas robadas
las colinas tiemblan, y los tambores retumban
y orcos horribles, mueren sin penas ni glorias.
Gurth el Gambit, cabalga en su fiel poney Altivo
que majestuosamente esgrime su espada negra
manchada por muerte, odio, y temor sin motivo
y los gritos se escuchan en la noche negra.
Venganzas se resuelven, con la esgrima de la espada
los escudos sufren, y los soldados mueren sin llanto,
las luces se pagan, y los orcos perecen con fuerte espada
y la roca sangra, una sangre mezclada con llanto.
Las canciones se escucharon por todo Cercano Harad hasta Lejano Harad, junto con el la fama de un hobbit guerrero se escucho, y la leyenda Gambit nació.
Guerras Mágicas
Por otro lado los Magos tenían sus propias guerras; los Magos Altos eran una orden de elfos, que comenzó una guerra para ser la orden más poderosa, consecuencia de lo cual muchas ordenes desaparecieron, (desertores que escapaban de sus propias Ordenes) para agrandar a los Altos. En cuestión de un año la Orden superaban a los cuarenta, muchos más de lo reglamentario que era cinco. En el 3180, los elfos habían acabado con diecinueve grupos de Magos, la Orden del Aire, del la Tierra, la del Agua, del Árbol. La ultima fueron los Ocultistas del Dragón, los Magos más fuertes que jamás hayan vivido. Pero fueron abatidos por los elfos, aunque los ocultistas acabaron con veintisiete de cuarenta en la Batalla del Dragón. Por ultimo el año 3183 la Orden de los Cinco Anillos se enfrentó con los Altos, solo estaban conformados por cinco Magos pero cada uno dio lo mejor de sí y abatieron a todos, solo sobrevivió uno de la Orden de los Cinco Anillos del cual nada se sabe.
Con la desaparición de los Altos, los Magos crecieron en numero, y la Tierra Medía prosperó. Los Magos se convirtieron en consejeros y conservaban la imagen de seres sobrenaturales, errantes en el ancho mundo, cosa que hubiera cambiado si las personas conocieran las historias de estos magos que arriesgan sus vidas para proteger otras. Esta es la historia de uno de tantos Magos.
Anotación personal del díario de Wing el Grande.
He tenido una vida larga y plena, con desafíos y enfrentamientos, alegrías y tristezas. Miro atrás y pienso ¿Habrá valido la pena? ¿Habrá valido que este hobbit se convirtiera en lo que es ahora?, Pero también pienso ¿Cómo paso? ¿Cómo pasé de ser un hobbit común y corriente a ser un Mago poderoso, héroe de guerras sobrenaturales? Me remonto a mi infancia, la niñez, una época que para mi llena de sucesos misteriosos y complejos, llena de cosas que la mente normal no entendía, una época que siempre odie y siempre desprecie, una época donde ese día mi vida cambió completamente.
Libro Primero: El Aspirante.
1. - Una visita poco común-
14 de Octubre del 3200.
En ese tiempo yo era un hobbit de catorce años, apenas un niño, al que no le importaban los problemas del mundo que me rodeaba. Yo era el hijo mayor de Mordel Bolger y Caranloth Galad, agricultores muy bien acomodados, que no tenían que envidiar a familias adineradas del pueblo como los Monteverde. En realidad, nuestra casa es bien acomodada, en nuestro pueblo todas las casas eran muy acomodadas pues es un pueblo tranquilo donde los millonarios y bien pagados, se daban lujos extravagantes o en ocasiones excéntricos.
Eran las diez de la mañana y ya habíamos acabado de desayunar, me dirigí a la sala de estar para terminar de leer un libro. De pronto se escucho golpear la puerta, me levante para ir atender pero mi padre se me adelanto; abrió la puerta, y se encontró con que su visitante no era un hobbit: era bastante alto mas alto que un hobbit y un enano juntos, de cabello castaño que le llegaba a la espalda, de cejas negras y finas pero sobresalientes, de rostro gentil pero severo. Vestía una túnica color morado y su capa era índigo, en su mano sostenía un bastón largo mas alto que el, con una nudosa punta en la cual se escondía una gema blanca transparente.
-¿Sí? - dijo mi padre -, ¿qué desea?
- Mi nombre es Idóneo Capaíndigo, espero que esta sea la residencia de el señor Reyinal Bolger.
Cuando escuche mi nombre, mi corazón dio un brinco espantoso.
- Si, es mi hijo - respondió mi padre -,¿Para qué lo quiere?
- Bueno -comenzó -, mi asunto en este lugar es que ¿Sí podría dejarme ver a Reyinal?
- ¿Para qué?
- Temo decir que eso es privado.
Mi padre dudó por unos momentos, observo el rostro del mago y se dio cuenta que no era para nada malo, le izo una seña al hombre para que pasara, se agacho para poder entrar, cruzo la entrada y doblo a la izquierda donde se encontraba la sala de estar. Yo me puse de pie. Durante unos pocos segundos los ajos del mago entraron en los míos, sus ojos claros penetraban en mi mente y observaban mis pensamientos, y yo por otra parte hacia lo mismo, no podría explicar la sensación que estaba experimentando una mezcla de asombro y miedo, emoción y poder. En esos ojos vi algo que nunca olvidaré: vi la decepción de muchos años, y la derrota, pero también vi la perseverancia y el coraje.
- Soy Reyinal Bolger -dije sin pensarlo.
- Yo soy Idóneo Capaíndigo, y soy de la Orden de los Cinco Anillos, mucho gusto.
El Mago hizo una reverencia bastante inclinada, luego se incorporo y tomo asiento en uno de nuestros sillones cercano a la ventana, mi padre y yo nos sentamos en el gran sillón que estaba apegado a la muralla paralela al muro de la ventana.
- Bueno - comenzó el mago ya sentado -, ya sabrás por qué me encuentro en tu residencia.
- No, no lo sé. - dije con un poco curiosidad.
- ¿No? ¿No te lo imaginas - dijo el mago con una sonrisa, como tratando de que yo dijera el motivo de todo esto.
- No, para nada - dije sin más.
El Mago tomó aliento y dijo:
- Te preguntaré algo, ¿No ha notado, que algunos capítulos de su vida no se pueden explicar con la lógica, sucesos extraños que no puede explicar ni tú mismo por que no sabes lo pudo ser?
La pregunta me desconcertó. Un miedo me recorrió el cuerpo de pronto, con un "Tiene razón" rondando mi mente; en la punta de mi legua, en la ultima fibra de sentido común que quedaba.
Una sonrisa con un tanto malévola adornaba su rostro. Entendí, entendí mas en es instante que en todo el tiempo que transcurrirían desde ese día.
- ¿Qué tiene que ver mi vida con sus asuntos? - dije con un poco de enfado.
- Mas de lo que crees - respondió sin darle mucha importancia a mi tono, pero con firme mirada.
- ¿Qué demuestra?
- Que eres un mago Reyinal, eres un hechicero como yo.
Sentí como si el corazón se hubiera detenido junto con mi respiración. El mundo que me rodeaba era frío y sin sentido. De pronto todo a mí alrededor empezó a girar y a girar como un torbellino, mis ojos se cerraron, sentí un peso incontenible y caí al suelo.
Una luz apareció de pronto en la oscuridad que me rodeaba, una figura oscura y sombría apareció ante mí, era muy alto y era imposible distinguir si era hombre o mujer. La figura extendió su larga mano y sobre ella se alzaba un cetro plateado con una punta negra, de pronto escucho lo que parecen ser voces, al principio son distorsionadas y terroríficas, pero después se escuchan claras como el agua.
- ¡Mire lo que ha hecho! ¡Mire lo que sus locuras han hecho!. ¡Mi hijo no es uno de ustedes, sin ofender, y le agradecería que se fuera de mi casa ahora!.
- Me temo que debo insistir, yo soy un Mago respetable en mi Orden, y conservo el título de No Cometer Errores, y si digo que su hijo es un mago, es que es un mago y si me permite puedo despertarlo.
Un miedo recorrió mi cuerpo, no era por lo que haría, si no por lo que no podía hacer. No podía moverme y una pregunta rondaba en mi mente ¿Qué haría el Mago? Traté de conservar la calma. Escuche el ponerse de pie de alguien y escuche una palabra Guineth y una energía me recorrió como electricidad que obligo a mis párpados abrirse y ver a mis padres abrasarme y besarme de emoción y alegría.
- ¿Qué ha pasado? - dije con algo de esfuerzo - ¿Qué a ocurrido?
- Tú has vuelto a nacer Reyinal Bolger - dijo el mago. Y en efecto, así lo sentí, no podría explicar la sensación, pero era una mezcla de felicidad y miedo. Lo que le siguió al día fue fantástico. Idóneo me explico la situación, que yo era un mago, que el pertenecía a la Quincuagésima cuarta Orden de los magos, y que los otros miembros eran: Mandrághora el Verde uno de los fundadores (y el único que queda de ellos), Mallenelde el Dhorado, Melkor el Azul y Padich el Rojo. Y que cada uno de estos magos tiene cinco estudiantes, que el ya tenía cuatro y que yo sería el quinto. Todo lo que me dijo era fantástico, y en lo personal, difícil de creer, pero como ya se habrán dado cuenta su magia es verdadera y yo soy testigo de ello.
Una hora después de que despertara del desmayo, fue la hora de comer e Idóneo se quedó a comer. No era por nada, pero me gustaba que estuviera con nosotros, me encantaba la esencia que tenía y el carácter singular. Pero eso no quitaba el hecho de que no pudiera comer, me sentía raro, deprimido y poco animado, era una sensación horrible. Me sentía terrible. Cuando mi madre sirvió el postre pude comer algo, pero los bocados de gelatina me sabían amargos, insípidos, y luego lo peor.
- Bueno -comenzó Idóneo -, es hora de que tomes una decisión, ¿quieres ser un mago o prefieres quedarte y no serlo?
Mi corazón dio un brinco, todo mi cuerpo se heló y no pude hablar, mi mente trataba de responder y no podía, agaché la cabeza como si fuera a quedarme dormido y cerré los ojos. De pronto todo se iluminó con una luz azul y me vi a mí mismo como un hobbit común y corriente, en una gran mansión, y luego me vi como un mago, con túnica y todo lo demás y entendí que es lo que realmente quería.
- Seré un mago - dije abriendo los ojos de pronto, despertando de mi sueño.
Como lo esperaba, mi padre me regaño pero mi madre me defendió, argumentando que si eso es lo que yo quería que así fuera. Mi padre accedió, de mala gana, un poco mas tarde ordene mis cosas en una mochila, me despedí de mi familia y comencé mi viaje.
Nuestro viaje era a pié, pero no me quejaba una de mis pasatiempos era el caminar grandes tramos de terreno. Pero con el tiempo descubrí que caminar con un Hombre era más difícil de lo que yo pensé. Me consideraba rápido caminando pero los grandes trancos de Idóneo me dejaban atrás constante mente.
El viaje comenzó al mediodía, ya eran las dos de la tarde, y no hablamos una palabra. Ya estábamos cruzando el puente del Caldron, un puente en arco de piedra, atravesaba el río Gimbatul, durante años nunca supe que significaba esa palabra, ese nombre siempre me dio miedo si quiera pensarlo y apenas podía nombrarlo.
- Señor Idóneo - dije con timidez -, ¿sabe lo que significa Gimbatul?
Idóneo se detuvo en seco, y me observó.
- No pronuncies esa lengua en ningún lugar donde allá vida, y jamás repitas lo que te diré: gimbatul significa encontrado. Está en una lengua tan maligna, tan corrupta que nadie podrá olvidar o recordar.
El Mago se sentó en el pilar izquierdo del puente, se sacó el sombrero y mostró su largo cabello castaño - Muchos, muchos años atrás, existió un Enemigo tan poderoso, que todos le temían, su nombre era Sauron, un nombre olvidado pero a la vez recordado, produjo la maldad más tenebrosa que jamás se verá, espero. El creó un Anillo Único, que trajo muerte y destrucción a todos los que sabían de el. Tenia escrito signos que jamás escuchará de mí, pero su lenguaje era grosero y malvado, gimbatul es parte de la malvada inscripción.
"Estas regiones eran parte de su reino maléfico. Desde le Río Grande, asta mas allá del Mar Núrnen, y desde la Ciénaga de los Muerto asta las tierras de Khand y cercano a Harad.
Sin decir mas, reanudamos el viaje. Mas o menos, a las cinco salimos de los terrenos del país, y nos dirigimos al oeste. Al anochecer, recorrimos unos veinte kilómetros. Con el tiempo, divise unos pilares bastante grandes, con cuerdas que sostenían algo, pero no sabia que era. Unos minutos pasaron y nos dirigimos a los pilares, Idóneo apresuró el paso y se detuvo ante un letrero que decía: Puente colgante, a Gondor.
No era muy difícil imaginar que camino seguiríamos, pero por las dudas pregunté.
- Señor Idóneo. ¿Qué camino seguiremos?
- Pasaremos por Gondor, visitaremos a un viejo amigo.
- ¿Podría saber a quien... si se puede?
Idóneo me miró y dijo- I Iaur, o como en lengua común El Anciano.
- ¿El Anciano? - Pregunté perplejo.
- Si, el Anciano - respondió -. El Anciano, es un antiguo Mago, en su tiempo fue uno de los Magos más poderosos. Con el paso de los años, el a envejecido, pero sus poderes siguen tan fuertes como si fuera joven.
- ¿Y que es lo que hace? - Pregunte.
- La palabra que lo definiría mejor es Oráculo, puede ver el pasado, el presente y lo que podría ser el futuro. Antes de llevar a un nuevo estudiante a la Orden, tiene que ser visto por el Oráculo, si este lo apruebas puede ser estudiante y si no, no se le es entrenado.
La respuesta me dejo algo confundidos, pero por lo menos sabia a donde iríamos, pero también una nueva preocupación llenaba mi mente: el no ser aceptado, ¿Qué tal si el Oráculo dice que no
- Bien, descansemos un rato, aun queda un largo viaje.
Esto me animo, y en parte fue un alivio, con el echo de descansar los pies era ya reconfortante, y obviamente comer como todo joven hobbit era igual mente confortante. Pero era difícil descansar y comer cuando tienes un millón de preguntas en la cabeza, pues por lo mismo me recordaba que todas esas preguntas que tenia en ese momento en la cabeza, se responderían.
Pero era inevitable que pensara en el Oráculo, ¿por qué nos dirigíamos a el? Quería preguntarle, pero como todo niño, me dio miedo preguntar, tal vez por no parecer un preguntón cualquiera o por la gran presencia que era Idóneo, lo cierto es que nunca le pregunte el por que.
Descansamos una hora, en ese tiempo comimos, pero no hablamos; no me incomodaba, pero Idóneo, te daba la sensación que debías hablar para que no se aburra, por lo cual dije lo único que se me ocurrió.
- Idóneo -dije -. ¿Quién es Mandrághora el Verde? - Mi pregunta no era tan solo por preguntar, Idóneo solo dijo un par de palabras acerca de el y quería saber más.
-¿por qué lo preguntas? -Dijo el, con su particular tono de voz.
- Bueno - dijo tratando de encontrar una razón -. Tú dijiste que era el líder de la Orden, y nada mas, quiero saber quien es, y que es.
Obviamente, lo que dije lo ofendió de algún modo, pero no dijo nada al respecto, pero me contestó la pregunta.
- Mandrághora es uno de los Cinco fundadores de la Orden, que eran: el ya nombrado Mandrághora el Verde, Fresno el Rojo, Padich el Azul, Morsúl el Grande y su hermano menor Morothar el Único. Cada uno de ellos tenia una habilidad especial; Mandrághora podía crear pociones con propiedades únicas, muchas de ellas curativas, pero al igual venenos poderosos capaces de matar a quien fuese. Fresno, no era el más inteligente, pero su gran habilidad de hablar con los animales, era muy apreciada en el grupo. Padich era uno de los más poderosos, era famoso por sus grandes proyectiles mágicos, cuenta que en una batalla con los Magos Altos, una orden de elfos, Padich lanzó un proyectil tan grande que mató a diez magos con un solo ataque; los poderosos hechizos que el era capas de efectuar fueron demasiado para su cuerpo, al final de la batalla su cuerpo se desintegró por completo. Morsúl, era un hobbit muy poderoso, y su habilidad era el controlar los metales, podía sacarlos de la tierra y ordenarles lo que fuese necesario; por ultimo Morothar, no tenía poderes mágicos muy poderosos, pero podía leer la mente a cualquiera, saber lo que piensas con solo tocarte y podía mover cosas con la mente, en una oportunidad pudo levantar un Olifante por los aires.
- ¿Un Olifante? -Dije con cierto asombro -, ¿las criaturas más grandes que viven en las tierras de Harad al Sur?
- Los mismos -respondió -, las grandes moles mataron a Fresno en esa batalla, Morsúl murió víctima del ataque Heleranar o Sol Negro, un ataque en el cual la carne se descompone, y en cuestión de minutos se pudre por completo y solo queda los huesos. Morothar fue el ultimo en morir, por el ataque Lindegurth o Canción de Muerte, los tímpanos revientan y la víctima muere.
"Por lo cual Mandrághora fue el único que sobrevivió, y se hizo cargo de la Orden. Mi maestro Mallenelde el Dhorado alumno de Morothar, dijo que volvió muy cambiado, más severo, mas frío y más malévolo. Los demás apenas lo reconocíamos, su aspecto cambió drásticamente; antes de esa batalla el era de una estatura promedio, de cabello negro morado, algo rollizo, y siempre usaba el mismo juego de túnicas largas verdes con negro en los bordes, se notaba lo siniestro en el pero siempre fue de ese modo, cuando llegó cambio remplazó las túnicas por togas largas y tristes, los primeros días creímos que era algo pasajero, creímos que era una forma de mostrar respeto a sus compañeros caídos y algunos de los estudiantes lo imitaron. Pero con el pasar de los años sus ropas no cambiaron, una que otra vez usaba un collar, el collar que Padich le regalo antes de esa batalla; aun que siempre usaba el Anillo de Morsúl, el de Morothar, el de Padich y el de Fresno y el suyo propio, de ahí viene le nombre de nuestra orden. Todos ellos eran anillos mágicos con poderes excepcionales, pero el se quedo con los anillos que nos corresponderían a mi al resto de la orden, por lo cual Mandrághora se convirtió en un Mago muy poderoso y por eso es el líder de la Orden, pero sus poderes no son comunes y corrientes los anillos les proporcionan poderes inigualables.
Me limite a asentir con la mirada, me sorprendió como me respondió, era la forma en que alguien hablaría de su héroe muerto por suicidio, como decepcionado por la falta de coraje o falta hombría para afrontar el miedo o la adversidad. Pero no pensé mucho en eso, pero tampoco pensaba en otra cosa.
- Bien Reyinal, es hora de partir y reanudar el viaje - dijo de pronto. Yo no dije nada, obedecí. En silencio recogí mis cosas y los restos de comida que quedo los tire a un lado del camino.
El viento era muy helado y siniestro, poco amigable, me puse mi capa roja y seguí a Idóneo por el camino al puente. No era posible distinguir nada de mas allá de las cuerdas, todo era una neblina espesa blanca azulada, fría y manchada de muerte y odio, como el aire que proviene del campo de batalla. Idóneo apenas se divisaba, su traje índigo era casi invisible en la húmeda noche. Lenta mente comenzó a caer gotas de agua que lentamente se convirtió en lluvia, una lluvia ligera pero fría, me coloque la capucha. Sentía el frío del la lluvia y la humedad de mi aliento golpear mi rostro al caminar, las gotas ligeras golpean la capucha en mi cabeza, resbalaban por mis hombros y luego por mi capa asta caer en las tablas de madera. El olor a carne descompuesta era sofocante, al punto que me tapaba la cara para no oler el nauseabundo olor, con cierto asco pregunté a Idóneo que era ese olor.
- No hace mucho ocurrió una batalla cerca de aquí, pero no te preocupes ese olor es la carne descompuesta de orcos y troles que trataron de matar al Oráculo.
-¿Y cómo lo sabes?
- Esta no es la primera vez que ocurre. Esta es la primera del año, lo que me resulta muy extraño, en años anteriores ocurre mas seguido; aparentemente los orcos se están rindiendo. Pero aun así me resulta extraño.
-¿Y a qué se debe a que los orcos ataquen al Oráculo?
- En parte porque el oráculo vive en un sector infestado de orcos y trolls, lo que me recuerda que cuando lleguemos al bosque no te separes de mí en ningún momento, podría ser que aun estén cerca, nunca se sabe; y en parte por que la magia que despide atrae a las criaturas tenebrosas.
Criaturas tenebrosas, me veía a mí escapando de las criaturas que tanto temía, a pesar que nunca en mi vida había visto un troll me aterraba las historias con las que había crecido, historias donde hobbit eran devorados por los trolls, aplastados y pisoteados, no eran imágenes muy agradables para un joven hobbit como yo.
- No te quedes atrás Bolger - dijo de pronto Idóneo.
Yo por mi parte me apresuré, pero no me podía sacar las tétricas imágenes, pero otra cosa me ocupaba la mente, ¿Cómo sería el Oráculo? ¿Sería un viejo desagradable o un Mago muy sabio y agradable? ¿ Sería un anciano arrugado o alguien "bien conservado?" Pero no trataba de ocupar mi mente con esa clase de pensamientos.
Era difícil mantener el paso con Idóneo, yo me había quedado muy atrás y corrí para alcanzarlo, el ya estaba saliendo del puente cuando se detuvo en seco, y yo trate de detenerme pero con lo torpe que era tropecé y caí al suelo, llenando de barro toda mi ropa.