El viaje del Libro Rojo

En este relato, nuestro amigo Eorlingas nos cuenta las peripecias de Bill de Encinaverde, nieto de Sam (a quien Elanor entrega el Libro Rojo) tras haber sido invitado a Gondor por el Rey Elessar.

Capítulo V: Una patrulla del Bosque Verde

Cinco días después, llegamos a Cair Andros. Allí, paramos a descansar. Cenamos cerca de unos arbustos, al borde de las montañas. De repente, una flecha salió disparada de uno de los arbustos, y se clavó en un odre de agua que cargaba Gordo Terronillo. Tan rápido como pude, desenvainé a Hornamén y Tom Bombadil a Vemiarën. Otra flecha salió dispara, clavándose en el trasero de Tom, que le hizo soltar a Vemiarën. Luego salieron dos más, clavándose en mi macuto. De uno de los arbustos, salió un hombre encapuchado, seguido de dos más. De los otros dos arbustos, salieron más hombres. Estábamos rodeados. Nos apuntaron con arcos. Por un momento creí que eran Haradrim, hasta que uno dijo:

-¿Qué hace el viejo Iarwain Ben-adar por estas tierras, tan lejos de su hogar?

Entonces supe que eran elfos.

-¿Y quien es este? –Preguntó el elfo-. Un pequeño hobbit. ¿Y que hace un hobbit fuera de La Comarca? Será un espía Haradrim, ¡matémosle!

El elfo tensó su arco, preparado para disparar.

-¡Noooooo! –Gritó un elfo del fondo- Yo conozco a este hobbit.

El elfo que iba a matarme, bajo el arco y dejo paso al elfo del fondo.

-Yo te conozco –me dijo-, eres Samsagaz Gamyi, de La Comarca.

En se momento, se bajo la capucha. Era alto, de cabellos largos y rubios. Lo reconocí al instante, era Legolas. El acompaño a mi abuelo durante la Guerra del Anillo, en la Compañía del Anillo.

-Perdone señor, pero se equivoca –le dije a Legolas-. Yo soy Bill de Encinaverde Gamyi, nieto de Samsagaz Gamyi.

-Es un honor conocerte, Bill –me dijo Legolas-. Creo que ya sabes quien soy, ¿o acaso me equivoco?

-No señor Legolas, está en lo cierto.

-Estupendo. ¿Podría saber un elfo como yo que hacéis  por estas tierras? –me preguntó Legolas.

-Nos dirigimos a Minas Tirith –le contesté.

-Malos tiempos habéis elegido para viajar a Minas Tirith –me dijo Legolas-. Somos una patrulla del Bosque Verde. Nos encargamos de sorprender a los Haradrim, y Lugo matarlos. No son bien recibidos aquí. Bueno, nos veremos en la batalla. ¡Namarië! (significa adiós)

Antes de darnos cuenta, ya se habían alejado hacía las montañas. Que quería decir Legolas con “nos veremos en la batalla”. No lo sé, pero me temía lo peor. A Tom le sangraba mucho el trasero, así que le arranque la flecha y le limpie la herida.

Dos horas después del encuentro con la patrulla élfica, yo estaba leyendo el Libro Rojo por décima vez, cuando vi algo moverse entre los arbustos. Desenvainé a Hornamén y fui a ver.

-¿Qué sucede, Bill? –me preguntó Tom Bombadil que no podía moverse por su herida.

-He visto algo entre los arbustos, será un elfo de la patrulla de Legolas –le contesté a Tom.

Me acerqué un poco más al arbusto.

-Sal de ahí, maldito elfo –grité.

Nadie contestó. Alcé en alto a Hornamén para cortar el arbusto, pero una espada de Rohan salió del arbusto y paró a Hornamén. No podía ser. Mívewyn salió del arbusto y me abrazó.

-¿Qué haces aquí? –la pregunté.

-Verás, nadie podía impedirme ir a Minas Tirith con vosotros, ni siquiera mi propio  primo –me contestó Mívewyn.

Nos volvimos a abrazar, pero Mívewyn me soltó mirando a Tom.

-¿Qué le ha pasado? –me preguntó alarmada.

-Un elfo del diablo me clavó una flecha  el trasero –la contestó Tom.

Mívewyn fue corriendo hacia el y le miró la herida.

-Es muy profunda, no puedo hacer nada –dijo Mívewyn-. El Rey Elessar podrá curársela mañana, pero no ahora. Hay que descansar para estar preparados para mañana. Buenas noches.
 
Después de decir eso, Mívewyn se tendió en el suelo y se quedó dormida. Me pregunté a que se refería Mívewyn con “estar preparados para mañana”. Seguro que se refería a que mañana llegaríamos a Minas Tirith, pero no lo sé. El caso es que caí dormido en el propio suelo.
 


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