Guardián
Nuestro amigo Amrod_Felagund nos envia la primera parte de su relato, ambientado durante la Segunda Edad, cuando el protagonista, Amrod, aún era joven, tanto entre los Elfos, como entre los Hombres

Parte 1

  Brillaban las estrellas en el cielo la noche que precedía a la batalla. Los árboles de los Altos Bosques del Norte estaban pintados de plata por la luz de la luna. El silencio en el bosque era sepulcral, los árboles solo escuchaban murmullos.

  Los Soldados eran conocidos como Los Guardianes del Bosque y habían sido enviados a sus hogares, para estar con sus familias por orden de Eldahir, Señor de los bosques

 En los Altos Bosques del Norte, a finales de la Segunda Edad de los Hombres, habitaban los Elfos mas hermosos jamás vistos, su sabiduría y valor eran proporcionales a su belleza. Solían ser respetados por todas las criaturas de la Tierra Media, pero durante los últimos años, las fuerzas del mal han resurgido y las batallas contra Orcos y bestias son comunes en cada rincón de la Tierra Media.

El personaje de nuestra historia es Amrod, un Elfo de no extremada sabiduría pero si de gran valor. Era aun un joven tanto entre Elfos como entre Hombres y su única familia era su tío, Menelod. No conoció a su padre y su madre murió hace ya mucho tiempo.

Amrod era uno de Los guardianes del bosque y había sido enviado a su hogar para estar con su familia, ya que a la mañana siguiente partiría a su primera batalla.

Amrod había heredado de su padre una espada. Esa espada era de un metal que no existía por aquellas tierras. Los Enanos llamaban a ese metal Mithril. En la espada estaba insicrito “Espada de los Valar” en la lengua de los primeros Enanos, por eso era una espada muy apreciada por Amrod y por todos.

 Amrod preparo su armadura y se sentó junto a su tío a la luz de las estrellas. Ese mismo día por la mañana había llegado un mensajero de los Hombres, de las tierras de Gondor y detrás de el un batallón de Hombres armados. Llevaban armaduras de color de plata con grandes capas negras. Dirigiendo esta tropa se encontraba un Hombre alto y fuerte, era joven y aun así parecía sabio. Se hacía llamar Celethorn. Estos acompañarían a los Elfos.

 Amrod, discutía con su tío de una forma moderada.

 -¡Hombres! espadas movidas por corazones oscuros -dijo Amrod. No les necesitamos! Solo nos provocaran más problemas... viste tío como avanzaban... parecía una estampida de trolls... ¡¡¿dónde quedó el sigilo de los numenoreános de antaño!!?
  -Eres joven e incauto Amrod –respondió su tío. Muchos de ellos son como dices,¡si cierto! pero muchos de ellos no lo son. Los Hombres han combatido en muchas guerras y muchos son grandes expertos en el arte de la espada. Hicieron cosas horribles y oscuras antaño pero muchas fueron grandiosas! No deberías subestimar el poder de los Hombres en las batallas.
 -¿¡¡Poder!!??-respondió Amrod con incredulidad. Lo único que les importa son los tesoros y la Gloria... son como los Enanos! Razas creadas por los Valar para perturbar la paz!
 -¡¡¡No digas mas tonterías!!!¿¿No has oído hablar de los Elfos oscuros??¡Aquellos que codician la magia, codician el fuego y la tierra, el agua y el aire. Los Hombres no son los únicos seres oscuros que existen. El poder de los Hombres es de otra forma  Amrod, no es como el de los Elfos...no se manifiesta salvo en ellos mismos...a veces es mejor y a veces peor. Su poder radica en sus sentimientos Amrod, ese es su poder! te voy a contar una pequeña historia... ocurrió hace ya 20 años de los Hombres.
  Menelod, mirando hipnotizado el fuego empezó la historia.
 
  Cuando yo era capitán de Los guardianes, a mi servicio se encontraban dos Hombres... acogidos por los maestros Elfos cuando nacieron. Uno de ellos, el mayor era de extremo valor y una espada fuerte en la batalla, el otro, el menor acababa de salir de la academia de guerra y estaba deseando luchar junto a su hermano.

 El hermano mayor se llamaba Droél y su hermano pequeño era Draken.
Droél estaba a mi mando, nos mandaron a una pequeña expedición por las tierras del norte... nuestra misión era eliminar una avanzadilla de unos 100 Orcos que avanzan provocando el caos a su paso. Habíamos recibido noticias de que esta avanzadilla había recibido refuerzos así que fuimos con unos 200 Guardianes. Nos habían comunicado que se encontraban a no mas de 80 millas al sur.

Al llegar a su campamento, no había rastro de ellos. La tierra estaba muerta. como quemada por el fuego. Los Orcos, aparecieron de noche y nos tendieron una emboscada, eran más de 300 Orcos... llevaban consigo 3 trolls pero eso no era lo peor.......lo peor-dijo Menelod, era su General... era una criatura hecha de fuego. Esta,quemaba la hierba por donde pasaba y por eso la tierra estaba así. La criatura era uno de los demonios menores que creó Morgoth y a los que llamo elementales de fuego. Esta figura de fuego, blandía una espada de llamas. No se conseguía diferenciar la empuñadura de la espada del la mano del demonio. Era mas pequeño que los Balrogs de Morgoth pero tenía su misma fuerza
Caímos casi todos los Guardianes. Su general, que se hacía llamar Helión había aniquilado casi todas nuestras tropas.

Yo y algunos de los Guardianes conseguimos huir de la masacre. Al llegar a un monte vimos en la lejanía a un Hombre, era Droél. Estaba atrapado, los Orcos habían formado un corro ante el.

Vimos y escuchamos como Gritaba por la muerte de sus amigos y compañeros de batalla. La criatura de llamas lo escuchó y se colocó delante de el para batirse en duelo. El humano alzó la espada para dar la primera estocada pero antes de darla, el elemental creo con el brazo izquierdo un escudo de llamas. Este, al igual que la espada no se diferenciaba del puño y con este escudo paró el golpe del mortal Droél. Seguidamente, El Elemental de fuego lo partió en dos con su espada.

Recuerdo que el corazón se me encogió al ver tal escena. Nos alejamos lo que pudimos y nos escondimos en las copas de los árboles.

La avanzadilla orca se retiró a la mañana siguiente y nosotros fuimos a recoger a nuestros caídos.

Recogí el arma de Droél y a la vuelta al bosque... -Menelod se quedó callado un momento -Ojalá no tengas que hacer lo que hice yo... Entregué la espada de Droél a su hermano pequeño. La espada estaba ensangrentada, la sangre estaba seca y por culpa de algún extraño hechizo oscuro no pude quitarla. Quizás fuese por el fuego del demonio ¿quién sabe?

¡¡Por Eru!!... Le entregué la espada de su hermano llena sangre. Y vi como su corazón se partía en mil pedazos y noté como esos pedazos se estrellaban en mi corazón..

Estuvimos dos días cantando canciones a los caídos y sobre todo cantamos a Droél. Su hermano no salió de su casa durante estos dos días, decían que había tirado su espada, y que jamás lucharía en una batalla.

Al tercer día recibimos noticias de que esta avanzadilla orca se movía de nuevo... pero que el elemental de fuego ya se había retirado. En menos de medio día estábamos casi todo el ejército del Bosque preparados para la batalla. Esos Orcos nos habían quitado mucho.
 Para mi sorpresa, Draken, hermano del caído Droél se colocó en primera fila del batallón. Este llevaba la espada de su hermano, por eso había tirado la suya, la espada aun llevaba la sangre.

 Los Orcos no se encontraban demasiado lejos, se encontraban a unas 10 millas al este de su campamento inicial. Esperamos a que anocheciera. El elemental ya no estaba aunque los tres trolls si seguían con ellos.
 Al primero de los trolls lo abatimos con los arqueros y después de matarlo atacamos el campamento Orco.
La espada de tu tío abatió al segundo troll, no fue una gran hazaña ya que este había recibido ya algunas flechas.
 Durante la batalla, yo solo veía a una persona... veía a Draken. Este Movía la espada de su hermano con tanta fuerza y velocidad que por poco me mata un Orco de la incredulidad de mis ojos.
 Miraba donde miraba estaba el matando Orcos. De repente escuchamos al tercer troll, este llevaba un martillo tan negro como su propio corazón
 No podía acercarme a el troll, los Orcos eran muchos. Solo se que miré y delante de el se encontraba una armadura brillante... brillaba de una forma especial... quizás era solo mi cabeza pero no he visto jamás una figura así.
 Me resulto casi del mismo tamaño que el troll... después me di cuenta, era Draken. Este lleno de odio, amor por su hermano, dolor por su muerte, esquivaba el martillo negro del troll sin problemas. Se convirtió en el ser mas ágil que he visto nunca, y en uno de los momentos que el troll golpeó el martillo con el suelo, Draken de un solo golpe, hundió toda la espada de su hermano en el vientre de la bestia. Esta cayó provocando un ruido estrepitoso.
 Vencimos esa batalla gracias a Draken. Un simple Hombre que no había luchado nunca y que nunca había destacado en el arte de la espada... pero estaba lleno de todos los sentimientos que los Valar han dado los Hombres.
 Draken se despidió de nosotros y jamás le he vuelto a ver.
 Con esta historia quiero decirte Amrod, que no subestimes el poder de los Hombres! Los señores oscuros lo hicieron y por eso perecieron, Su poder es de otra forma, si son movidos por odio o también por amor pueden ser los mejores guerreros que cualquiera pudiese desear tener a su lado.
 Así que mañana, ten cuidado en la batalla Amrod y sobre todo confía en los Hombres. Los Valar nos dieron a los Elfos nuestra naturaleza mágica y a los Hombres...y esto lo desconoce mucha gente Amrod, Les dieron el poder de sentir con poderosa fuerza.
 Nosotros también tenemos sentimientos... y nos hacemos muy fuertes cuando los utilizamos, pero no son ni la mitad que los de los Hombres. Muchos, son necios por creer que los Hombres son peores que los Elfos o que otras criaturas.

 Espero que mi historia te haya ayudado. Ahora duerme Amrod, mañana debes estar descansado. Buenas noches

 -¡¡Peroo... tengo preguntas... sobre... -dijo Amrod con impaciencia y antes de terminar la frase su tío le interrumpió.
 -Duerme ahora Amrod! Yo estoy cansado y eso es lo que haré

Amrod conocía a su tío y sabia que no podía insistir así que decidió tumbarse sobre la rama y descansar... mañana tenía su primera Batalla!!