El árbol de la vida y la sabiduría
Capitulo II: El encuentro
Shyal después de inspeccionar todo minuciosamente se rindió y pensó que jamás lo encontraría, abatida por el pesar se dejo caer en la helada hierba, cerró los ojos y deseó que esta misión no hubiera sido encomendada a ella o que a lo mejor solo había tenido un sueño y que en realidad ese árbol no existía, luego se enfureció con ella misma por no haber sido capaz de encontrarlo. Por su mente pasaban fugaces imágenes de guerra, muerte y desolación, su gente derrotada, con sangre por todo el cuerpo, agonizantes.
Le saltaron unas lagrimas de impotencia. Kywer se le acercó y se la quedó mirando tristemente, luego suavemente le dio unos golpecitos, Shyal le miró y le dio un abrazo pero no quiso levantarse. Llego al ambiente una calma inusual, ya ni la brisa soplaba, ni un solo árbol movía sus ramas y ningún animal emitía sonido alguno. Shyal no notó el cambio, pues estaba tan metida en sus pensamientos que parecía que no se encontraba en ese lugar, en cambio Kywer si lo noto y se puso nervioso y todavía más cuando ante sus ojos un camino se abrió, intento avisar a Shyal, pero esta no se movía, la toco varias veces, relincho, pero no conseguía nada. Desesperado la cogió con la boca y dificultosamente la subió a su grupa. Parecía que les llamaban a entrar así que el caballo entró con su dueña medio inconsciente. Llegó nada más entrar a un claro con un lago con agua tibia y sin estar congelada como sería normal en esos tiempos, decidió parar a beber un poco, cuando hubo saciado su sed continuó por el estrecho sendero que se abría ante sus ojos. Decidió bajar a Shyal e intentar que volviese a la realidad de nuevo, le lamió la cara y la empujó con la cabeza, pero al ver que no conseguía nada retrocedió hacía donde se encontraba el lago, metió la cabeza y cogió agua, luego la soltó encima de la cara de la elfa, la cual emitió unos sonidos inteligibles, pero por fin abrió los ojos y al no reconocer el lugar se asustó, pero sabía que su caballo la había guiado por un sendero seguro.
Bebió un trago de esa agua, estaba un poco dulce, después volvió a montar en su caballo y continuaron la marcha, se internaron en un bosque más bonito que cualquier otro que hubiese visto, los árboles estaban verdes y les colgaban enredaderas, parecía que seguía siendo primavera, que las estaciones no pasaban por él. Fluían pequeños riachuelos, las aves, de múltiples colores entonaban cantos, los animales correteaban a su alrededor sin miedo. Y allí a lo lejos lo distinguió, allí estaba imponente el grandioso árbol de hojas del color del fuego. Animó a su caballo para que corriese veloz y en cinco minutos estaba ante él. Nada más llegar allí se colocó en un profundo trance para poder hablar con el:
"Árbol de la vida y la sabiduría, a vos me dirijo, pues necesito vuestra ayuda, para acabar con una gran guerra que pretende destruir a todos los seres vivientes. En sueños me habló una gran voz indicándome que debía acudir a vos. Os ruego que si me podría dar un poco de su agua sagrada, junto con una de sus magnificas hojas para destruir al enemigo, espero vuestra respuesta"
" Elfa de los bosques, veo que tu propósito es bueno y que te corre gran prisa por conseguirlo, accederé a tu petición, cuando salgas del trance lo tendrás todo a tu lado, deseo que consigas tu propósito, pues si no todos moriremos pues están siendo conducidos por la diosa del mal, hazlo ya no te detengas más que para prepararlo. Suerte"
Shyal despertó de su trance y a su lado encontró un frasco con agua y una hoja, lo recogió con sumo cuidado y montó rápido en su caballo, que le esperaba ansioso.