El metraje de Cannes. Segunda parte: El viaje de Hobbiton a Moria.
Segundo reportaje con las impresiones de Leandro sobre la proyección del metraje de Cannes en Madrid.
De nuevo con vosotros, para narraros la segunda parte de nuestro reportaje sobre el metraje. Hoy llegaremos hasta las puertas de Moria. Pero recordemos que habíamos dejado a nuestros hobbits partiendo de Hobbiton, perseguidos por los Nazgûl...
De pesadilla. Sólo así se pueden describir las breves imágenes que se nos ofrecieron del camino de Hobbiton a Bree. Al menos vimos en tres situaciones distintas a los hobbits siendo acechados. La primera ya os la hemos descrito: un homenaje a la escena de la película de Bakshi, en la que los cuatro hobbits se esconden bajo las raíces de un árbol. Enorme y amenazador, el Nazgûl...
La segunda y la tercera son algo más confusas, pero una de ellas la hemos podido ver todos en el último trailer: Frodo corre hacia el río, precedido por sus tres compañeros, y a su vez perseguido opr un Jinete Negro que está a punto de darle caza. Frodo salta a la barca y se salva por muy poco. Una escena muy emocionante. La otra es la continuación de esa escena en la que Frodo está mirando al camino, y éste se deforma ante sí. Frodo grita algo así como "¡Fuera del camino!" o "¡Escondéos!". El rostro de Elijah Wood es todo un poema...
Ya en Bree, vemos varios planos rápidos. Frodo lleva unas jarras de esa maravillosa cerveza de "El Poney Pisador", y al sentarse a la mesa, Sam le advierte de una figura allá en el rincón. La cámara enfoca entonces a Trancos, al fondo, con su capucha puesta y fumando su pipa. Decimoquinto escalofrío que recorre mi espalda. ¿Será toda la película así, repleta de detalles que hemos visto una y mil veces en nuestra imaginación, sacadas directamente de las páginas de Tolkien? De verdad, que sólo con ver un instante, un fotograma, uno sabría decir exactamente en qué pasaje estamos del libro y qué es lo que estamos viendo.
Parece que ya han conocido a Trancos, y en una escena que todos ya conocemos, éste le pregunta a Frodo: "¿Estás asustado?". "Sí", le contesta Frodo. Y ahí esa frase que puede quedar para la historia, junto con el "No puedes pasar" de Gandalf: "No lo bastante asustado". El resto del metraje, creedme, confirmará con creces esta rotunda afirmación del ahora llamado Trancos.
No hay tiempo para más pausas. Los Nazgûl irrumpen por la noche en Bree, en otra escena que también hemos visto en algún trailer. Ya de día, vemos a Aragorn, los cuatro hobbits y Bill el Poney atravesando Moscagua, en un plano de apenas dos segundos... y sin embargo, totalmente significativa y descriptiva. Un instante después ya estamos en la Cima de los Vientos. Este metraje apenas nos ofreció cuatro planos muy breves de esta escena. Aragorn intentando mantener a raya a los Jinetes Negros con su antorcha y una espada que, podemos confirmarlo (ya veréis el porqué en uno de los próximos reportajes) no es Narsil.
Estos planos rápidos dan paso a una escena en Orthanc, con Gandalf y Saruman. Christopher Lee posee exactamente la voz que se le supone a Saruman: rotunda, autoritaria; no hipnótica sino persuasiva, tal y como describió Tolkien. Orthanc no parece tanto una discoteca como en las fotos que vimos en su día de Saruman y Lurtz. Más oscuro, más lóbrego, más tenebroso... aunque aún habrá gente a la que no le guste. Ésto ya es cuestión de gustos, por supuesto.
De pronto, la acción se acelera. La escena más odiada, posiblemente, por los fans de Tolkien de todo el mundo: Arwen llevando a Frodo en la Huída hacia el Vado. Al igual que antes, será cuestión de gustos, pero una cosa es innegable: esta escena se desarrolla a una velocidad tan impresionante que ya les hubiera gustado a muchos directores conseguir algo parecido en alguna persecución con coches... ¡¡y son caballos!! Arwen desenvaina una espada, y el plano cambia al Concilio de Elrond. De nuevo, el último trailer os ha ofrecido una buena perspectiva de esta última escena.
Aquí quiero hacer un pequeño inciso: todos los que hayáis visto el último trailer habéis visto muchos destellos de lo que el metraje de Cannes nos ofreció. En el trailer, los efectos especiales están más completos, más terminados. Y si bien el metraje nos permitía ver planos y escenas más largas, el trailer puede permitiros imaginar más fácilmente lo que os estamos contando.
Nos habíamos quedado en el Concilio de Elrond. Estas escenas se entremezclan con otras de Lorien, entre Galadirel (maravillosa y hermosísima Cate Blanchett) y Frodo (perfecto, perfecto, perfecto Elijah Wood, a lo largo de todo el metraje). Elrond, quien no parece - para nada - el Agente Smith de Matrix, por mucho que quieran negarlo algunos, nos cuenta cómo fue forjado el Anillo, completando la explicación de Gandalf en el equivalente a "La Sombra del Pasado" (y acompañado de algunas imágenes de la propia forja, Mordor y otras imágenes confusas de la Última Alianza... épicas, totalmente de leyenda). La voz de Hugo Weaving es tan grave y autoritaria como cabe esperar del Medio Elfo.
Frodo pasa al centro, y deposita el Anillo en la mesa. Boromir no cabe en sí de incredulidad cuando Elrond proclama que el Anillo ha de ser destruido. Sean Bean, en pie, habla de cómo podrían utilizar el mejor arma del enemigo en su contra. Asimismo, y con perfecta lógica (pensadlo bien: es totalmente lógico) dice que llevar el Anillo a Mordor sería un suicidio: "Uno no se adentra sin más en Mordor".
Aún en el Concilio, no pudimos ver la escena en que Frodo dice que él llevará el Anillo a Mordor (snif, snif), pero sí vemos la reacción de los demás. Esta escena es tan emocionante que más de uno no podrá contener las lágrimas (a mí me costó un poco, lo reconozco). Aragorn ofrece su espada a Frodo, jurando protegerle con su vida si fuera preciso. Legolas da un paso y proclama: "¡y también tendrás mi arco!". Un primer plano de Gimli (¡¡qué maquillaje!! ¡¡impresionante!!) quien declara con su ruda voz y su marcado acento (es el personaje al que más me costó entender lo que decía): "¡y mi hacha!". No vemos el ofrecimiento de Boromir, pero sí vemos a Sam, escondido tras unas plantas, que entonces sale y chilla: "¡y yo!" o algo así. Elrond le mira, sorprendido, pero Sam se sitúa al lado de Frodo, delante de Aragorn, Gandalf, Legolas y Boromir. Y para completar el grupo, también aparecen Merry y Pippin, que parece que también se habían ocultado (sí, otro cambio de guión, pero perfectamente justificable para recortar tiempo, a mi entender), quienes gritan: "¡y nosotros!". Se sitúan delante, también, junto a Gimli, y ya tenemos la "foto de familia" que pudimos ver en un trailer. Elrond, visiblemente satisfecho, declara: "Nueve Caminantes para enfrentarse a los Nueve Jinetes. ¡Vosotros seréis La Comunidad del Anillo!". La música de Gladiator, creo recordar, acompaña a estas imágenes... Aún no hemos oído a Howard Shore... pero seguro que lo hará mejor. Aún así, es una escena emocionante.
Entre medias de estas escenas, como ya os habíamos dicho, hemos visto a Cate Blanchett (¿os he dicho ya lo guapísima que está?) diciéndole a Frodo: "Sé lo que has visto, pues también está en mis pensamientos". También hay otro corte (muy bien montado, entre las palabras de Elrond y Galadirel, resulta curioso, pese a que este efecto se perderá en la película, claro está) en el que Frodo le dice: "¡Pero estaré solo!", a lo que Galadriel le contesta: "Eres el Portador del Anillo, Frodo. Tener un Anillo del Poder es estar solo". Doble sentido en esta frase... ¡y qué voz tiene Cate Blanchett!
La Compañía va hacia el Sur. Los nueve y Bill, el poney, pasan por diversos paisajes, dando la sensación de un largo viaje. Y a la vez, se nos da la oportunidad de recrearnos en la maravillosa geografía de Nueva Zelanda. ¡ES la Tierra Media! Pero poco a poco, el tiempo empeora. Bajo una gran tormenta, al fin toman una decisión. Gimli anima a Gandalf (impresionante, de nuevo, el logro de los tamaños de los personajes) y al final, "si no podemos ir sobre la montaña, iremos bajo la montaña". Otro homenaje al nombre de un capítulo de "El Hobbit", si no recuerdo mal.
Pasamos a las Puertas de Moria. Las Puertas son más pequeñas de lo que habíamos imaginado, muy similares en tamaño a las de la película de Bakshi. Es de noche, y el dibujo e inscripción brillan en la oscuridad, como debe ser. No oímos la voz de Gandalf diciendo las palabras para abrirlas, sino que la imagen que vemos es, directamente, la de las puertas abriéndose, sin hacer ningún ruido. La Compañía entra en las Minas. No vimos tampoco al Guardián del Lago, pero en el último trailer sí se le puede ver (¿os habéis fijado en que los tentáculos brillan con fosforescencia...?).
Ya en el interior, la luz del bastón de Gandalf ilumina unos pasillos casi en ruinas. Restos de todo tipo (desde esqueletos a vasijas rotas, paredes derrumbadas, columnas caídas...) están esparcidos allá por donde alcanza la débil luz (el efecto de iluminación del basón aún no está bien terminado... se observa mejor en el trailer). Un detalle importante: la escena de las Minas de Moria que pudimos ver es sólo una fracción de lo que será la escena completa en la película. ¿Recordáis el trailer en el que se oía la voz de Gollum? Bien, pues ninguna de esas escenas pudo verse en el metraje: ni cuando la Compañía asciende en una curva llena de ruinas, ni cuando Frodo advierte que "¡hay algo ahí abajo!", ni el "mi tesssoro" de Gollum. Así pues, el montaje que vimos es sólo una fracción.
Y otro detalle más: se ha comentado que los efectos especiales están mal hechos. No es cierto. Lo que ocurre (tal y como Peter Jackson explica al comienzo del metraje) es que están sin terminar. Comparando entre el metraje y el último trailer (mucho más reciente) se puede observar la diferencia claramente. Algo parecido se puede observar al ver las diferencias entre el plano del ejército de Mordor en el primer vídeo ofrecido por internet, hace más de un año, y la misma escena en los últimos trailers: la diferencia es abismal. Así pues, quiero mandar un mensaje tranquilizador con respecto a los efectos especiales: no es que sean malos, es que no están terminados. Lo que hemos visto completo y terminado es tan real que no se puede distinguir de lo demás.
La Compañía se adentra en Moria, y la música cambia. No más "Gladiator", ni "Emma", ni "El Último Mohicano". Una melodía de violines arropa a la Comunidad del Anillo. Naryanna estuvo tarareando esta melodía toda la tarde. Howard Shore nos ofrece sus primeros compases, envolventes, suaves por el momento. Como bien nos ha comentado nuestro amigo Ignacio (creo que de la publicación Fangoria), el estilo no cuadra del todo con el habitual de Howard Shore. Sin embargo, Harry de Aint-It-Cool-News confirmó que sí se trataba de música de Shore. Pero ésto nos deja con otra incógnita, que no podemos resolver: ¿Sería la música definitiva, o tan sólo un arreglo de Howard Shore, un ensayo, para ver cómo cuadraría otra melodía más terminada en estas escenas? Sea como fuere, puedo decir que me encantó.
El siguiente reportaje narra la escena más larga, de diez o quince minutos (no recuerdo bien) en la que la Compañía se adentra en Moria. La exhaustividad con la que he contado sus escenas es la máxima que puede permitirse mi memoria. Os aseguro que, si leéis el reportaje, os vais a perder la primera impresión de una de las mejores escenas de la película, junto con toda la emoción y la sorpresa que conlleva. NO os recomiendo leerla, pero sé que hay gente a la que no le importará. Así pues, para todos ellos, podéis leer la tercera parte AQUÍ.