Rauron opina.
Mucho tiempo ha pasado desde que por primera vez oí hablar del rodaje de la película. Durante dos interminables años he esperado el estreno, contando cada mes, descartando cada día, soñando cada minuto, viviendo cada segundo. Parece mucho tiempo, y ahora si miro hacia atrás, la lucidez de los recuerdos de todo lo que ha pasado desde entonces, es difícilmente creíble.
Podéis imaginar entonces lo que ansiaba sentarme en una butaca para que un proyector escupiera como fuera ese haz de luz, ese chorro de sonidos que me sumergiera en mi tan amada Tierra Media. Y quise hacerlo (y lo conseguí) junto a las personas que mas cerca han estado de mi en este tiempo, los que más han compartido la espera, los que probablemente sepan mejor lo que el día diecinueve de diciembre de 2001 significaba para mi.
Y allí estaba Leandro, padre de este ensueño en que se ha convertido elFenomeno, alegre al fin (y por segunda vez en dos días), disfrutando y diciendo con la mirada (y alguna que otra palabra): "Os gustará"; y Abraham, la mano que lo materializó, expectante, soberbio, majestuoso; y Esparta, que siempre ha estado ahí, con Meduseld, abrazando el momento, críticos y serios, pero alegres; y Tombo, con quien compartí los anhelos, los sueños, las desilusiones, con media sonrisa en los labios difícilmente adivinadle, y Gwaihir, de tan serio semblante y estudiosos ojos que en algún momento se debieron vidriar en acuosos sentimientos; y Avyel que recibía un regalo esperado envuelto en un no tan esperado envoltorio; y Dwalin al que no veía desde hace mucho (cosa que aun no estoy seguro de que sea tan mala), y que, aun así, seguía manteniendo una sonrisa erigida en el duro rostro de un enano; y otros que viajaron mucho y que fue magnifico verles de nuevo, cómo los canarios; y otros muchos, mas cercanos o más lejanos, que quisieron viajar conmigo a Endor, y otros que no estaban pero si se sentaban en mi butaca. Y sobretodo la que más me ha soportado en esta espera, la que más entiende lo que para mi significa: Virginia
¿Y por que digo todo esto, y no hablo de la película?. La respuesta es tan sencilla como complicada: yo ni lloré ni reí al final de la película, ni al principio, ni en su desarrollo... y quería haberlo hecho, rodeado de esta gente. Me levanté, miré despacio a mi alrededor, espiando los rostros y, sin escuchar debidamente la respuesta, pregunté tímidamente a algunos si les había gustado. Pero mi mente lloraba sobre mi corazón, completamente abatido por la tristeza, la desilusión, el desasosiego.
¿No me había gustado?, no se podría expresar así. Estuve en la Comarca, sobrevolé en un instante la Ciudad Blanca, cabalgué por los jardines del anillo de Isengard, respiré el polvo del País Negro, abrí las puertas sobre los muros de la Torre de la Hechicería, pisé el lodazal de Bree, saboree la buena cerveza en la enseña entre vaporosas inhalaciones de la mejor hierba de la Cuaderna del Sur, me moje en el Vado, sentí el viento en mi cara en Amon Sul, oí a los elfos en Imladris y Lorien, toqué las frías paredes de las Minas, me sobrecogí ante la majestuosidad de los reyes en las puertas de Gondor, me sorprendí al ver desaparecer a Bilbo, vi caer la esperanza en el puente ...pero... no sentí que fueran realmente esos sitios, esas gentes, ese mundo en el que tantas otras veces he estado, y eso, simplemente eso, complicadamente eso, era lo que esperaba ese día.
Mi primera reacción fue achacarle la culpa a la multitud de inexactitudes, de deficiencias, de invenciones (no puedo negar que cómo bien me advirtió el sabio Leandro: "el libro pesa mucho"), sin embargo, ahora que la he vuelto a ver, he entendido más a los guionistas, he vislumbrado el significado de tantas palabras volcadas por mis muy queridos Aldo y Leandro, y he comprendido al director. ...pero... sigo sin haberlo sentido.
Me puedo quejar de las inexactitudes en la traducción (no me hagáis recordar al magnífico Bilbo soltando ese: Bosque Tenebroso... Ciudad-Lago ... Montañas Solitarias); me puedo quejar de los desaciertos del guión (aun no puedo comprender cómo un neonato se puede imaginar a dónde va Gandalf desde Hobbiton a Isengard si pretende encontrase con los hobbits en Bree, o cómo pueden entender el poder de Elrond y su importancia, cuando su hija se "chupa toda la cámara" desde la Cima de los Vientos hasta gran parte del Concilio - no presente pero si latente-); me puedo quejar de las desafortunadas personalidades de los personajes (Merry y Pipin deberían dejar la más temprana adolescencia de sus dicharacheras aportaciones, Maggoz podría pasar por interpretar a la misma Muerte, mi muy querido enano podía emigrar de otro país que no fuera Rusia, y sobretodo Galadriel, -de la que prefiero no decir más de lo que se dice en la película, esto es, nada-); me puedo quejar de los diálogos en lenguas tan esperadas por nuestros oídos como son el Sindarin; me puedo quejar del tiempo que se le da a innecesarias extravagancias frente al tiempo que se le quita a importantes detalles que si bien no son tan impresionantes ni cinematográficas, estoy convencido de que hubieran servido para darle más riqueza a la película (¿no os pareció larguísima la salida de la comarca?, ¿alguien ha tenido la paciencia suficiente para contar los largos minutos que tarda en desplomarse esa escalera?, ¿sabe alguien cuantas vueltas da Gandalf sobre si mismo, antes de quedar apresado en la poco conseguida Orthanc?); me puedo quejar de detalles que se suponen puestos para nosotros, los fieles seguidores, y en los que se ha prestado muy poco cuidado (Bilbo esta escribiendo su libro, nuestro libro, en Ingles, por no hablar de que Isildur también conocía el idioma y lo emplea en su manuscrito); me puedo quejar, pero no lo seguiré haciendo... tenemos todo un año de foros para hacerlo, y aun así, los aciertos de la película son tantos, que hablar de los tantos otros desaciertos es a la vez injusto y incomprensivo.
Pero entre estas y muchas otras cosas, principalmente la insuficiencia de tiempo, la discordancia personal entre mi interpretación y la de Peter, la abismal diferencia de calidad entre una obra maestra, un clásico, y entre una película, muy buena, pero una película, y la incapacidad que he sentido de que el filme me traslade a Endor (para mi era otro sitio, parecido, semejante, pero a la vez tan distinto, tan ajeno...), el diecinueve de diciembre de 2001 no será nunca más el día que he esperado ansiosamente que fuera, y para mi, esto es un fracaso para la película, no lo ha conseguido.
Pero no voy a terminar así este interminable monologo, quiero contaros algo que me alegró muchísimo, y que sucedió ayer en mi segundo visionado: mi compañera de butaca, alguien a quien no conocía, y nunca conoceré, y con la que no compartiré probablemente nada más en mi vida que esas tres horas y ese reposabrazos, esa desconocida, estaba completamente maravillada, lo delataban sus continuas expresiones de miedo, de alegría, de emoción, de admiración. Y cuando termino, lo único que dijo fue: "...¡¿ya?!..., ¡no puede quedarse así!...". Pues sí, así se queda, y nos queda todo un año de espera para ver lo que nos cuentan (aunque conozcamos la obra al pie de la letra), porque al fin y al cabo.... es nuestra historia ... o ... ¿es otra historia?.
Gracias a todos los fenómenos que habéis esperado conmigo, conozco a la mitad de vosotros la mitad de.... je je. Espero seguir esperando la esperada segunda parte.