Análisis de la Banda Sonora de Las Dos Torres
Pero de eso…ya hace un año. ¿Qué deberíamos esperar para Las Dos Torres? Debo ser franco y reconocer que no esperaba demasiado, si por “no demasiado” entendemos como más de lo mismo. ¡Qué equivocado estaba! Quien espere una simple reelaboración de los motivos propuestos en La Comunidad del Anillo es posible que se lleve una gran decepción. En opinión de un servidor estamos ante un magistral trabajo de madurez. Shore recoge el material de la primera película, lo presenta bajo nuevos prismas y ángulos, y nos lo confronta con un nuevo material temático de enorme interés. El estilo es inconfundible, puro Shore, al que se le encuentra muchísimo más cómodo ante los enormes motivos que debe desarrollar. Todo está mejor cohesionado, perfeccionado. Una de las cosas que en el pasado critiqué a Shore fue su limitada capacidad de orquestación, o al menos el empleo de recursos trilladísimos. Esto ha mejorado de una manera evidente, la economía de medios ya no es tan palpable. El contrapunto, sí, está muy limitado, trabajando con conceptos armónicos muy clásicos en diversas ocasiones. Las maravillas son muchas, porque si los puntos fuertes de Shore siguen estando ahí, estoy convencido que además se han solventado los posibles puntos flacos. Todo fluye mejor. Problemas de continuidad apreciados en la anterior banda sonora aquí parecen haber remitido. Todas las ideas, todos los momentos están perfectamente engarzados, con suaves progresiones, enlaces armónicos bellamente tejidos. Nada suena forzado ni mal montado. Y ocurre que quieres más, se acaba demasiado pronto. Es cierto, todo el material tiene tan estupenda presencia, tan acabada factura, tan bien desarrollado que siempre deseas más, que continúe hasta el infinito.
Es curioso, pero esta banda sonora juega con ventaja. Me explico. Aquí ya no cabe la sorpresa. El estilo inconfundible de Shore, nuestros propios problemas de “adaptación” que pudieran surgir ya han sido solventados con la piedra de fuego que supuso La Comunidad del Anillo. Y, por tanto, este nuevo trabajo de Shore entra directamente, como una lanza encendida al corazón. Es una maravilla lo que aquí se vislumbra, y el goce de la cohesión final imagen-sonido debe proporcionar un deleite de rango superior. Influencias hay muchas, como cabía esperar, y poco a podo se irán desentrañando.