Ver publicación (Carta de Gil-galad)
Ver tema#3 Respondiendo a: Anónimo
En inglés no!!!
fuchi
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Te agradezco tu gesto pero... mejor esperaré a que venga alguien con la carta en españoljeje.
Un abrazo.
P.D. Tu carta en inglés amerita el anillo (pero sin la piedrajaja).
(Mensaje original de: Ereinion el Blanco)
aqui ta en español
(Aqui ta en español)
Ereinion Gil-galad, hijo de Fingon, a Tar-Meneldur de la línea de Earendil, salve: Los Valar os guarden y que no haya sombras en la Isla de los Reyes.
Hace ya mucho que os devo agradecimiento por haberme enviado tantas veces a vuestro hijo Anardil aldarion: a quien considero el más grande Amigo de los Elfos que hay ahora entre los hombres. En esta ocasión os pido perdón por haberlo retenido demasiado; porque yo tenía gran necesidad del conocimiento de los Hombres y de sus lenguas que sólo él posee. Ha desafiado múltiples peligros para traerme su consejo. De mi necesidad, él os dirá algo; no obstante, no llega a advertir claramente el tamaño de esa necesidad, pues es joven y tiene muchas esperanzas. Por tanto, escribo esto sólo para los ojos del Rey de Númenor.
Una nueva sombra se levanta en el Este. No se trata de la tiranía de hombres malvados, como cree vuestro hijo; pero un servidor de Morgoth está moviéndosse, y las criaturas malignas han despertado otra vez. Cada año el Mal gana en fuerza, pues la mayor parte de los Hombres están dispuestos a servirlo. No pasará mucho tiempo, según mi parecer, en que la amenaza será excesiva para los Eldar, que no podrán oponérsele sin ayuda. Por tanto, cada vez que veo una de las altas naves de los Reyes de los Hombres, mi corazón se apacigua. Y ahora tengo la audacia de solicitar vuestra asistencia. Si os sobran fuerzas de Hombres, prestádmelas, os lo ruego.
Vuestro hijo os informará, si queréis, de todas nuestras razones. Pero en resumen su consejo (siempre atinado) es que cuando sobrevenga el ataque, como sobrevendrá sin duda alguna, hemos de intentar la defensa de las Tierras del Oeste, donde moran los Eldar y los Hombres de vuestra raza cuyos corazones no están todavía oscurecidos. Cuando menos hemos de defender Eriador y las orillas de los largos ríos al oeste de las montañas que llamamos Hithaeglir: nuestra principal defensa. Pero en ese muro de montañas hay una gran hendedura hacia el sur en la tierra de Calenardhon; y por esa vía puede llegar la invasión del Este. Ya el enemigo se acerca arrastrándose a lo largo de la costa. Podríamos defender Eriador e impedir el asalto si tuviéramos alguna plaza fuerte en la costa cercana.
Todo esto, el Señor Aldarion lo ha comprendido hace años. En Vinyalondë, junto a la desembocadura del Gwathló, trabajó mucho tiempo en la construcción de un gran puerto fortificado, seguro contralo que venga por tierra y por mar; pero estas grandes obras han resultado inútiles. Conoce bien tales asuntos, porque mucho ha aprendido de Círdan, y comprende mejor que nadie las necesidades de vuestros grandes navíos. Pero nunca tuvo hombres suficientes; mientras que a Círdan no le sobran los artífices ni los albañiles.
El Rey conocerá sus propias necesidades; pero si escucha con favor al Señor Aldarion y lo apoya en todo lo posible, habrá un poco más de esperanza en el mundo. Los recuerdos de la Primera Edad no son claros, y las cosas están enfriándose en la Tierra Media. Que no se desvanezca también la vieja amistad de los Eldar y los Dúnedain.
¡Escuchad! La oscuridad que se acerca está llena de odio hacia nosotros, y el aborrecimiento en que os tiene no es mucho menor. Pronto sus alas cubrirán el gran mar de extremo a extremo, si seguimos permitiéndole que crezca.
Manwë os mantenga al abrigo del Único y envíe buenos vientos a vuestros velámenes.
(Mensaje original de: Elenna Amarië)
(Aqui ta en español)
Ereinion Gil-galad, hijo de Fingon, a Tar-Meneldur de la línea de Earendil, salve: Los Valar os guarden y que no haya sombras en la Isla de los Reyes.
Hace ya mucho que os devo agradecimiento por haberme enviado tantas veces a vuestro hijo Anardil aldarion: a quien considero el más grande Amigo de los Elfos que hay ahora entre los hombres. En esta ocasión os pido perdón por haberlo retenido demasiado; porque yo tenía gran necesidad del conocimiento de los Hombres y de sus lenguas que sólo él posee. Ha desafiado múltiples peligros para traerme su consejo. De mi necesidad, él os dirá algo; no obstante, no llega a advertir claramente el tamaño de esa necesidad, pues es joven y tiene muchas esperanzas. Por tanto, escribo esto sólo para los ojos del Rey de Númenor.
Una nueva sombra se levanta en el Este. No se trata de la tiranía de hombres malvados, como cree vuestro hijo; pero un servidor de Morgoth está moviéndosse, y las criaturas malignas han despertado otra vez. Cada año el Mal gana en fuerza, pues la mayor parte de los Hombres están dispuestos a servirlo. No pasará mucho tiempo, según mi parecer, en que la amenaza será excesiva para los Eldar, que no podrán oponérsele sin ayuda. Por tanto, cada vez que veo una de las altas naves de los Reyes de los Hombres, mi corazón se apacigua. Y ahora tengo la audacia de solicitar vuestra asistencia. Si os sobran fuerzas de Hombres, prestádmelas, os lo ruego.
Vuestro hijo os informará, si queréis, de todas nuestras razones. Pero en resumen su consejo (siempre atinado) es que cuando sobrevenga el ataque, como sobrevendrá sin duda alguna, hemos de intentar la defensa de las Tierras del Oeste, donde moran los Eldar y los Hombres de vuestra raza cuyos corazones no están todavía oscurecidos. Cuando menos hemos de defender Eriador y las orillas de los largos ríos al oeste de las montañas que llamamos Hithaeglir: nuestra principal defensa. Pero en ese muro de montañas hay una gran hendedura hacia el sur en la tierra de Calenardhon; y por esa vía puede llegar la invasión del Este. Ya el enemigo se acerca arrastrándose a lo largo de la costa. Podríamos defender Eriador e impedir el asalto si tuviéramos alguna plaza fuerte en la costa cercana.
Todo esto, el Señor Aldarion lo ha comprendido hace años. En Vinyalondë, junto a la desembocadura del Gwathló, trabajó mucho tiempo en la construcción de un gran puerto fortificado, seguro contralo que venga por tierra y por mar; pero estas grandes obras han resultado inútiles. Conoce bien tales asuntos, porque mucho ha aprendido de Círdan, y comprende mejor que nadie las necesidades de vuestros grandes navíos. Pero nunca tuvo hombres suficientes; mientras que a Círdan no le sobran los artífices ni los albañiles.
El Rey conocerá sus propias necesidades; pero si escucha con favor al Señor Aldarion y lo apoya en todo lo posible, habrá un poco más de esperanza en el mundo. Los recuerdos de la Primera Edad no son claros, y las cosas están enfriándose en la Tierra Media. Que no se desvanezca también la vieja amistad de los Eldar y los Dúnedain.
¡Escuchad! La oscuridad que se acerca está llena de odio hacia nosotros, y el aborrecimiento en que os tiene no es mucho menor. Pronto sus alas cubrirán el gran mar de extremo a extremo, si seguimos permitiéndole que crezca.
Manwë os mantenga al abrigo del Único y envíe buenos vientos a vuestros velámenes.
(Mensaje original de: Elenna Amarië)