Para complementar

Son los Enanos desterrados de las ciudadelas del este (Gabilgathol y Tumunzahar, y Khazad-dûm aun más lejos) en los remotos años anteriores al desencadenamiento de Melkor. Durante su largo vagar por las vastas tierras de Beleriand su altura disminuyó, se hicieron furtivos y cautelosos y perdieron gran parte de las dotes para la herrería, tan comunes en el resto de los Enanos. Antes de la llegada de los Noldor de allende las Grandes Aguas, los Sindar les dieron caza como si de animales se tratasen, pues no conocían a otros seres hablantes que no fueran ellos mismos; pero cuando descubrieron su error los dejaron en paz, y nunca más se metieron con ellos. Esto hizo que los Enanos Mezquinos se aislaran, temerosos de todas las otras razas, y si odiaban y temían a los Orcos, no mucho más amor sentían por los Eldar.

Mucho antes de que los Exiliados llegasen a la Tierra Media, ellos habían horadado la roca bajo Amon Rûdh, la “Colina Calva”, y en unas cavernas que descubrieron allí donde el rápido Ringwill vertía sus aguas en el Narog excavaron las grandes estancias de Nulukkizdîn. Muchos años después, en esas mismas cavernas, el Rey Finrod construyó su fortaleza subterránea de Nargothrond, y aunque en ningún sitio se dice que los Enanos Mezquinos todavía viviesen allí cuando llegó el hijo de Finarfin, siempre odiaron a los Noldor por arrebatarles sus tierras.

Durante la Primera Edad siguieron menguando en tamaño, y también en número. El último de todos fue Mîm, que traicionó a Túrin y a su banda de proscritos y fue luego muerto por Húrin. Éste fue el final de los Noegyth Nibin, y en los escritos de los Días Antiguos nada más se dice de esta raza hoy casi olvidada.

Los Noegyth Nibin (que en algún lugar se traduce como “Enanos Pequeños”), también fueron llamados Nibin-Nogrim y Nibin-noeg.