continuacion 17

El hobbit miró extasiado la joya... le parecía hermosa. Pero de pronto, levantó la vista, y vio algo extraño: había un aire misterioso que infundía miedo en el ropavejero... el brillo blanco irresistible de su ex anillo lo sedujo, lo embelezó y lo hizo tiritar... nunca antes, su antiguo anillo le había parecido así; era extraño... por otra parte, sentía lo liviano y frágil que era la nueva joya en su palma; era como si le pidiese protección. Volvíó a mirar al decrépito, y sintió un frío helado. Levantaba el terrible y hermoso anillo a la luz del sol, con una carcajada desesperante, haciéndolo sufrir con la pulcra resplendorosidad de la argolla, mientras hacía ademán de ponérselo, cuando... oyó un grito... un grito, y una flecha: rápida y ágil, se había llevado el pequeño objeto, clavándolo en la tierra.