Pues sí es un mensaje bonito. Siempre pensé, leyendo tanto SDLA como el Silmarillion, que el mundo de Tolkien era un mundo pesimista, una continua desgracia y una progresiva pérdida de las cosas bellas. Llegué incluso a considerar que ese era el mensaje más importante de Tolkien: la pérdida de lo bello. Este se podía deber a que Tolkien era una persona pesimista: le desagradaba la maldad del hombre, que él atribuía a su "caída" y que provocaba las guerras, donde murieron sus amigos, la pobreza y la marginación, por las que murió su madre, y la destrucción del medio ambiente, que provocaba la destrucción de lo que más amaba, el paisaje y los árboles. Sin embargo, Tolkien dio siempre puertas a la esperanza. Él siempre consideró que esa esperanza estaba en Dios. Y que como los hombre eran obra de Dios, aún podían "curarse". Yo creo que él imagino a los elfos como los hombres antes de su caída, y por eso los representó casi perfectos; en los hobbits que tanto amaba también puso mucho de sus virtudes. Y ahí en esos valores estaba la esperanza. Confiaba en que el hombre pudiera convertirse en ello. Sin embargo no dejo de creer que Tolkien también plasmó mucho de su pesimismo en su obra: el mal nunca desaparece, las guerras nunca se ganan del todo, los hombres se corrompen, todo envejece y se marchita...
Pero sí, me quedo con lo de la esperanza. Porque la verdad y la belleza siempre estarán ahí. Una curiosidad, estel también significa confianza. Gracias, a Elentir y Eduardo Segura, por recordarnos este valor tan bonito y necesario y que tan bien nos enseñó Tolkien. Como le decía Tío Gamyi a Sam, "donde hay vida hay esperanza".
Perdón por el rollo filosófico.

Un saludo desde Gondolin.

(Mensaje original de: Pengolodh el Sabio)