Pero bueno...

...¿qué queréis, asustar a estos pobres chicos que todavía estamos en cuarto de ESO? Por favor, con sólo pensar el montón de libros que tendré que leer por obligación, ¡ya estoy temblando! Y imaginaos a los profesores: "tened en cuenta que es muy importante trabajar duro para llegar a algo, y empezad a pensar como os comportaréis en bachillerato, de donde sacaréis temas para el (dichoso) "treball de recerca" y blablabla..."

De hecho, también en secundaria nos vemos obligados a reducir nuestras horas de lectura... pero tenemos tres grandes aliados: los viajes en autobús, los descansos de cinco minutos entre clase y clase (así me leí el Silmarillion), y las clases aburridas donde el profesor no para de repetir algo que ya te sabes, y puedes aprovechar para sacar el libro, si tienes la suerte de estar a una de las últimas hileras (como estamos en orden alfabético, yo siempre estoy detrás de todo )

O sea que, a pesar de todo, siempre nos queda tiempo para disfrutar de lo que amamos, ¿verdad?

¡Namárië!