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Galadwen_Baggins
Galadwen_Baggins
Desde: 22/07/2003
Bueno, lo de hoy ya me ha superado

Primero fue el Golden Sun. Al principio de la aventura, cuando recoges las Estrellas Elementales, el erudito nos hace meterlas en bolsas... de mitril. No recuerdo muchos detalles de este juego, porque me lo pasé hace bastante, por lo que no puedo dar más datos.

Luego fue el Seiken Densetsu 3, más conocido por estos lares como Secret of Mana 2. En este juego, bien avanzada la aventura, se llega a un poblado de Elfos, que no quieren saber nada de los humanos, por un suceso que aconteció hace años. El sabio de la aldea nos cuenta que hace muchos años un humano llegó a la aldea y conoció a una elfa y se enamoraron. A causa de esto la elfa perdió su inmortalidad y, poco después, tuvieron una hija, que fue dada en adopción a los humanos para que la criaran como tal (no recuerdo el nombre de la niña porque no jugué la aventura con ella). ¿No os suena esta historia?

Pero es que hoy, jugando al Golden Sun 2 (sin tener en cuenta que comienzas la aventura con una bolsa de mitril equipada y sin contar la camisa, el sayo y la armadura del mismo material), muy cerca del final de la historia he recogido un item llamado mitril de plata. Curioseando un poco, he leído en la definición que era un "Legendario metal de los Enanos". Bueno, ahí ya estaba que me revolcaba por el suelo de la risa, pero es que cuando llego al final de la caverna para enfrentarme con el Guardián del Fuego... ¡Oh! ¡Sorpresa! ¡UN BALROG! Y lo mejor: ¡con alas! Alas membranóficas de esas que no sirven para volar, por si quedaban más dudas La verdad es que tenía un aspecto muy raro y, en lugar de látigo, tenía una especie de maza amarilla y las patas eran como las de un toro O_o Vaya mezclas más raras. Un balrog de colores y con alas

Es que no se cortan ni un pelo, porque estos no son los únicos ejemplos que he encontrado, pero sí de los más claros. Ayyy, si más de uno los pillara...

Saludos desde Bolsón Cerrado, investigando
«Cuando llegó al hogar, su hija corrió a su encuentro y lo recibió con alegría: había vuelto antes de lo esperado, aunque nunca es demasiado pronto para el que espera. «¡Papá!», exclamó, «¿dónde has estado? Tu estrella brilla mucho».». “El Herrero de Wootton Mayor”, J.R.R. Tolkien

«Mi r...