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Ver tema#1 Respondiendo a: Anónimo
Hola!
Quisiera saber cuál es la opinión predominante en este foro sobre el libro "La lengua de los elfos", de Luis González Baixauli, editado por Minotauro.
En este libro Baixauli hace un repaso exhaustivo a la gramática del quenya, tanto de aquello que se sabe a ciencia cierta como a aquello...
Consenso básico
Antes que nada, gracias por responder. Respuestas con sustancia y criterio (o al menos, con enlaces a donde podía encontrarlos).
Intentaré contestar por partes antes de ir al grueso de la cuestión.
A vueltas con la ortografía:
"¿A ti no te fastidiaría escribir Espanha?"
Hombre, pues sinceramente, no. No. Sólo en la península se utilizan también otras formas para referirise a EspaÑa. A saber EspaNHa (portugués), EspaNYa (catalán) y EspaINia (vasco). Y no les pasa nada por no utilizar la Ñ.
La ortografía es sólo una convención entre los hablantes.
La ortografía que usaba Tolkien era de carácter eminentemente estético, es decir, la forma escrita de cada idioma debía reflejar cómo sonaba cada lengua. Así, el quenya a simple vista nos parece una lengua bella y musical, mientras que el Habla Negra nos parece ruda y cacofónica.
Muchas gracias por hacerme saber de la Universidad de Lambenor, la cual desconocía y en donde, en la introducción al curso de quenya, aparece un enlace al ensayo del finlandés Harri Peväla. Desgraciadamente ese enlace está roto. Así que busqué en Google, Altavista y Yahoo sin encontrar mención alguna a ese señor. En cambio, de David Salo y Heige F. Fauskanger sí hay menciones por doquier. Por una mera cuestión de confianza voy a creer que ese tal Peväla no es otro bulo de Internet.
Quenya y finés:
A falta del ensayo del señor Peväla sobre esas supuestas relaciones, semejanzas o afinidades, con un breve repaso al diccionario quenya me he topado con una palabra de las llamadas "100 básicas", el verbo "venir", que es traducido por la raíz "tul-" en quenya y en finés por "tul-la" (separo con un guión la marca de infinitivo).
Haría falta examinar detenidamente ambos diccionarios para encontrar, si es que existen, más similitudes.
Pero si las correspondencias léxicas pueden ser, incluso, casualidades, en donde encontraremos una base firme de cada idioma, aquello que se resiste a cambiar por el paso del tiempo, será en los sufijos verbales y nominales.
Compilando en una tabla los sufijos posesivos del quenya y del finés veremos que en el caso de la primera personal (tanto singular como plural) son casi idénticos:
mi -> finés -ni / quenya -nya
nuestro -> finés -mme / quenya -mma
En el resto de personas hay también semejanzas, pero en esos otros casos yo opinaría que Tolkien más bien se basó en vez de calcarlos, aunque un lingüista comparatista los relacionaría enseguida (cambiamos -nsa por -nta y ya tenemos "su (de ellos)" en finés trasplantado a quenya).
Igualmente sucede con los sufijos verbales de nominativo: la 1ª y la 2ª persona del singular son idénticas en ambos casos (yo -n, tú -t, tanto en finés como en quenya), también con otras semejanzas deconstruidas en el resto de sufijos personales.
Una última pregunta para acabar este apartado: ¿Existe el partitivo en latín o en griego? No. ¿Existe el partitivo en finés? Sí. Y también en quenya.
Pero, por favor, no nos detengamos en la ortografía o en el debate sobre la fuente de inspiración de la lengua. Vayamos al verdadero meollo de mi pregunta:
Para vosotros, amantes del mundo, las historias y las lenguas de Tolkien, ¿el quenya es una lengua de culto? Debe ser mirada y admirada, ¿o es una lengua útil para la comunicación?
Si se da el último caso debe haber un consenso sobre su uso entre quienes hablen quenya (o tengan unas mínimas habilidades comunicativas), no ya sobre la ortografía, sino sobre el uso de partes básicas de una lengua, como la conjugación de verbo "ser".
¿Existe ese consenso? O sea, ¿hay un esfuerzo para convertir el quenya en una lengua útil? (y en mi opinión el libro de Baixauli es un intento de ir en esa dirección), ¿o el quenya es una lengua reliquia? De mírame y no me toques, tan muerta como el sumerio o el córnico.
(Mensaje original de: lapse)
Antes que nada, gracias por responder. Respuestas con sustancia y criterio (o al menos, con enlaces a donde podía encontrarlos).
Intentaré contestar por partes antes de ir al grueso de la cuestión.
A vueltas con la ortografía:
"¿A ti no te fastidiaría escribir Espanha?"
Hombre, pues sinceramente, no. No. Sólo en la península se utilizan también otras formas para referirise a EspaÑa. A saber EspaNHa (portugués), EspaNYa (catalán) y EspaINia (vasco). Y no les pasa nada por no utilizar la Ñ.
La ortografía es sólo una convención entre los hablantes.
La ortografía que usaba Tolkien era de carácter eminentemente estético, es decir, la forma escrita de cada idioma debía reflejar cómo sonaba cada lengua. Así, el quenya a simple vista nos parece una lengua bella y musical, mientras que el Habla Negra nos parece ruda y cacofónica.
Muchas gracias por hacerme saber de la Universidad de Lambenor, la cual desconocía y en donde, en la introducción al curso de quenya, aparece un enlace al ensayo del finlandés Harri Peväla. Desgraciadamente ese enlace está roto. Así que busqué en Google, Altavista y Yahoo sin encontrar mención alguna a ese señor. En cambio, de David Salo y Heige F. Fauskanger sí hay menciones por doquier. Por una mera cuestión de confianza voy a creer que ese tal Peväla no es otro bulo de Internet.
Quenya y finés:
A falta del ensayo del señor Peväla sobre esas supuestas relaciones, semejanzas o afinidades, con un breve repaso al diccionario quenya me he topado con una palabra de las llamadas "100 básicas", el verbo "venir", que es traducido por la raíz "tul-" en quenya y en finés por "tul-la" (separo con un guión la marca de infinitivo).
Haría falta examinar detenidamente ambos diccionarios para encontrar, si es que existen, más similitudes.
Pero si las correspondencias léxicas pueden ser, incluso, casualidades, en donde encontraremos una base firme de cada idioma, aquello que se resiste a cambiar por el paso del tiempo, será en los sufijos verbales y nominales.
Compilando en una tabla los sufijos posesivos del quenya y del finés veremos que en el caso de la primera personal (tanto singular como plural) son casi idénticos:
mi -> finés -ni / quenya -nya
nuestro -> finés -mme / quenya -mma
En el resto de personas hay también semejanzas, pero en esos otros casos yo opinaría que Tolkien más bien se basó en vez de calcarlos, aunque un lingüista comparatista los relacionaría enseguida (cambiamos -nsa por -nta y ya tenemos "su (de ellos)" en finés trasplantado a quenya).
Igualmente sucede con los sufijos verbales de nominativo: la 1ª y la 2ª persona del singular son idénticas en ambos casos (yo -n, tú -t, tanto en finés como en quenya), también con otras semejanzas deconstruidas en el resto de sufijos personales.
Una última pregunta para acabar este apartado: ¿Existe el partitivo en latín o en griego? No. ¿Existe el partitivo en finés? Sí. Y también en quenya.
Pero, por favor, no nos detengamos en la ortografía o en el debate sobre la fuente de inspiración de la lengua. Vayamos al verdadero meollo de mi pregunta:
Para vosotros, amantes del mundo, las historias y las lenguas de Tolkien, ¿el quenya es una lengua de culto? Debe ser mirada y admirada, ¿o es una lengua útil para la comunicación?
Si se da el último caso debe haber un consenso sobre su uso entre quienes hablen quenya (o tengan unas mínimas habilidades comunicativas), no ya sobre la ortografía, sino sobre el uso de partes básicas de una lengua, como la conjugación de verbo "ser".
¿Existe ese consenso? O sea, ¿hay un esfuerzo para convertir el quenya en una lengua útil? (y en mi opinión el libro de Baixauli es un intento de ir en esa dirección), ¿o el quenya es una lengua reliquia? De mírame y no me toques, tan muerta como el sumerio o el córnico.
(Mensaje original de: lapse)