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Ver tema#11 Respondiendo a: Alkarion
¿Está eso en internet o lo tenéis escaneado alguien?
Aquí
Es la segunda parte de un artículo sobre ESDLA, la primera es una crítica de la película que estoy más que dudando si ponerla en foro cine (la que se puede armar). Como hay que estar registrado en la web de La Vanguardia, lo copio aquí:
"Anillos y política, 2
BALTASAR PORCEL - 09/01/2004
Prosigamos con “El Señor de los Anillos”. No hay mucha diferencia entre el filme de ahora y el anterior, salvo en detalles: en éste se acusan más los apliques de art déco que los prerrafaelitas, por ejemplo, con al habitual marco neogótico. J. R. R. Tolkien, que culminó la trilogía de “El Señor de los Anillos” en 1955, ya escribía hacia 1917 los textos que luego constituyeron “El Silmarillion”, o sea, que se formó en la estética a lo “Batman”, para entendernos, efervescente en las entreguerras mundiales: de ahí el art déco, el culto a la fuerza, el panorama de podredumbre social, la salvación por el milagro... En política esto se llamó Lenin, Hitler y crisis capitalista del 29. Se conocen las simpatías nazis del profesor Tolkien, en la misma universidad inglesa que despertó a una elite comunista.
La lucha del bien contra el mal de estas películas, los angelicales elfos frente al tétrico reino de Mordor, y que a través de la pantalla llega a centenares de millones de personas, ¿constituye una virtud, estimula la civilización? Muchos defienden así la saga de Tolkien, pero no estoy seguro de que tanta brutalidad física, ritual mítico y falta de matices y complejidad en las opciones resulte educativo. O saludable. El Gran Satán de los clérigos iraníes, Estados Unidos, se reencarna para Bush en Bin Laden y Saddam. Macabro juego de máscaras. El mismo fascismo comienza a ser estudiado en más profundidad al rastrearlo en sus bases simbólicas incrustadas en las mentalidades sociales: así, pues, la gravedad litúrgica del cristianismo, la exaltación corporal que durante el siglo XX se traduce en el masificado deporte, los espectáculos ideológicos multitudinarios que inauguró la revolución Francesa, nutren al fascismo tanto como la doctrina. Y al comunismo, para el cual al fin los desfiles en la plaza Roja fuero más importantes que Marx.
En las antípodas de tanta brutal ambigüedad está otro filme de estos días, “Master and commander”, de un novelista que fantaseó mucho sobre su vida, Patrick O'Brian, pero cuya nitidez de exposición se convierte en impactante en el cine: formidable en imágenes, aventurero y fantasmal, resulta humanamente ejemplar. La eficacia radica en su voluntad de estilo potenciando una clara realidad. Vale la pena. Como también la última película de Eastwood, ya un maestro de la sobriedad expresiva y moral, aunque compleja, a la vez que este “Good bye, Lenin”, lúdica caricatura de lo tontos que podemos ser ideológicamente. “El Señor de los Anillos” carece de humanidad. "
Que cada uno lea y juzgue. Yo me quedo sin palabras. La última frase es increíble.
Saludos desde el sur.
(Mensaje original de: gilraen_egr)
Es la segunda parte de un artículo sobre ESDLA, la primera es una crítica de la película que estoy más que dudando si ponerla en foro cine (la que se puede armar). Como hay que estar registrado en la web de La Vanguardia, lo copio aquí:
"Anillos y política, 2
BALTASAR PORCEL - 09/01/2004
Prosigamos con “El Señor de los Anillos”. No hay mucha diferencia entre el filme de ahora y el anterior, salvo en detalles: en éste se acusan más los apliques de art déco que los prerrafaelitas, por ejemplo, con al habitual marco neogótico. J. R. R. Tolkien, que culminó la trilogía de “El Señor de los Anillos” en 1955, ya escribía hacia 1917 los textos que luego constituyeron “El Silmarillion”, o sea, que se formó en la estética a lo “Batman”, para entendernos, efervescente en las entreguerras mundiales: de ahí el art déco, el culto a la fuerza, el panorama de podredumbre social, la salvación por el milagro... En política esto se llamó Lenin, Hitler y crisis capitalista del 29. Se conocen las simpatías nazis del profesor Tolkien, en la misma universidad inglesa que despertó a una elite comunista.
La lucha del bien contra el mal de estas películas, los angelicales elfos frente al tétrico reino de Mordor, y que a través de la pantalla llega a centenares de millones de personas, ¿constituye una virtud, estimula la civilización? Muchos defienden así la saga de Tolkien, pero no estoy seguro de que tanta brutalidad física, ritual mítico y falta de matices y complejidad en las opciones resulte educativo. O saludable. El Gran Satán de los clérigos iraníes, Estados Unidos, se reencarna para Bush en Bin Laden y Saddam. Macabro juego de máscaras. El mismo fascismo comienza a ser estudiado en más profundidad al rastrearlo en sus bases simbólicas incrustadas en las mentalidades sociales: así, pues, la gravedad litúrgica del cristianismo, la exaltación corporal que durante el siglo XX se traduce en el masificado deporte, los espectáculos ideológicos multitudinarios que inauguró la revolución Francesa, nutren al fascismo tanto como la doctrina. Y al comunismo, para el cual al fin los desfiles en la plaza Roja fuero más importantes que Marx.
En las antípodas de tanta brutal ambigüedad está otro filme de estos días, “Master and commander”, de un novelista que fantaseó mucho sobre su vida, Patrick O'Brian, pero cuya nitidez de exposición se convierte en impactante en el cine: formidable en imágenes, aventurero y fantasmal, resulta humanamente ejemplar. La eficacia radica en su voluntad de estilo potenciando una clara realidad. Vale la pena. Como también la última película de Eastwood, ya un maestro de la sobriedad expresiva y moral, aunque compleja, a la vez que este “Good bye, Lenin”, lúdica caricatura de lo tontos que podemos ser ideológicamente. “El Señor de los Anillos” carece de humanidad. "
Que cada uno lea y juzgue. Yo me quedo sin palabras. La última frase es increíble.

Saludos desde el sur.
(Mensaje original de: gilraen_egr)