Ver publicación (Bárbol, según cada un@ lo imaginó)

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Eviore
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Desde: 05/03/2002

#1 Respondiendo a: Elfa Árwena

Hola a todo el mundo

Esta mañana he estado echando un vistazo a algunas de las ilustraciones que tenemos en la sección de fans (por cierto, enhorabuena a los autores, pues algunos dibujos son realmente magníficos)... Bueno, pues, haciendo esto, he recordado los extras de la edición extendida (...

No creo que pueda haber duda en eso

En mi opinión está más que claro que los Ents eran ciertamente árboles con rasgos de hombre en se refiere a su aspecto y no al revés. Admito que la descripción inicial de Barbol es un tanto vaga a este respecto, y puede dar origen a la duda de cuan arbóreos eran los Ents. Sin embargo hay muchos más indicios que terminan con las posibles dudas de esa descripción.

Un primer argumento está que la descripción de Barbol no habla de que fuera un hombre con rasgos arbóreos, sino más bien, y teniendo presente el contexto en el que se enmarca... los Hobbits de entrada lo confunde con un árbol más, es cuando se dan cuanta de que no lo es cuando describen los aspectos menos “arbóreos” que presentaba: su similitud con un hombre corpulento, tan corpulento como lo eran los trolls, en una palabra, su aspecto antropomórfico... en definitiva, se ponen a la sombra de lo que creen un simple árbol, el árbol les habla, y ellos se dan cuanta de que no era tan árbol, sino que tiene brazos, piernas, dedos, cabeza, ojos, barba, rasgos más de un hombre que de un árbol. Apenas hablan de sus rasgos “arbóreos”, puesto que estos los daban por sentados (para ellos era un simple árbol más del bosque que crecía sobre la colina) lo que les sorprende es que no lo es, y en eso que demuestra que no lo es en lo que se centran.

Luego tenemos lo que comenta Mago Hermético: en la Cámara de los Ents las descripciones que se dan son en función de rasgos de árboles (se usan términos como: nudosos, bien ramificados, como árboles vigorosos pero de mucha edad, como árboles del bosque en la plenitud de la edad... incluso de Zarcillo se llega a decir que “Un vello de hojas le cubre el cuerpo”), aunque también se refieren a algunos de sus rasgos antropomórficos (barbudos, largo de los brazos y piernas, número de dedos en los pies). Pero sin duda hay un detalle remarca más las características arbóreas de los Ents frente a las antropomórficas: “Los ents eran tan diferentes entre sí como un árbol de otro árbol: algunos tan diferentes como árboles del mismo nombre, pero que no han crecido del mismo modo y no tienen la misma historia; y algunos tan diferentes como si pertenecieran a distintas familias de árboles, como el abedul y el haya, el roble y el abeto.” Vemos incluso que el criterio con el que los Hobbits van agrupando o clasificando a los Ents no en función de la altura, o del largo de los brazos, o del número de dedos, sino en familias de árboles: “Algunos recordaban el castaño: Ents de piel parda con manos grandes y dedos abiertos y piernas cortas y macizas; otros el fresno: Ents altos, rectos y grises con manos de muchos dedos y piernas largas; algunos el abeto (los ents más altos) y otros el abedul, el pino y el tilo.” Incluso nos enteramos ahora (o al menos se nos dan indicios de ellos) de los rasgos arbóreos genéricos que presentaría Barbol, puesto que los Hobbits también lo clasifican a él: “Algunos eran quizá parientes de Barbol y parecían hayas o robles.”; así pues Barbol era algún tipo de árbol de la familia de fagaceae.

Estos dos puntos parecen apuntar más en la dirección del “árbol antropomórfico” (o “árbol andante y parlante” ) que en la del “hombre arbóreo”... pero aún queda otro más clarificador aún:

En el texto que habla sobre el origen de los Ents y las Águilas y que Chistopher Tolkien utilizó en la segunda mitad del capítulo 2 del Quenya Silmarillion: “De Aulë y Yavanna”, queda más que claro que los Pastores de Árboles y las Águilas eran espíritus enviados por Eru y albergados en kelvar (= animales) y olvar (= plantas). Así pues, cada Ent un espíritus enviados por Eru albergado en un “cuerpo” de árbol tal y como Yavanna había deseado: “¡Quisiera que los árboles pudieran hablar en nombre de todas las cosas que tienen raíz y castigar a quien les hiciese daño!”

Saludos.
“¡Matad gorgûn! ¡Matad orcos! Los Hombres Salvajes no conocen palabras más placenteras -le respondió Ghân- ¡Ahuyentad el aire malo y la oscuridad con el hierro brillante!”