Ver publicación (Amor sin fin o la historia de Andre)

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Morthulë
Morthulë
Desde: 10/01/2004
El otro dia leyendo "El Anillo de Morgoth" me encontré con la que para mí es la más bonita y triste historia de amor en la obra de Tolkien: la de Andreth (hermana de Hador Lorindol) y Aegnor (hijo de Finarfin).
Es una historia muy triste, porque aunque ambos se amaban nunca pudieron estar juntos, y decidieron no contraer matrimonio con ninguna otra persona.
Para mí lo sublime de ese amor lo demuestra Andreth cuando después de escuchar a Finrod decir que los Elfos y los Hombres se encontrarán algún día en una Arda Nueva, ella prefiere que Aegnor se prudente y continue con vida, a que le sea arrebatada por la lucha y encontrarse con él más prontamente (pues ella ya es vieja y no le quedan muchos años), que podría haber sido una posición egoista de su parte.
Que opinais vosotros, cual es la historia de amor más bonita de la obra de Tolkien, y cual la más triste.

Andreth- Era joven y miré en su llama, y ahora soy vieja y estoy perdida. Él era joven y su llama se extendía hacia mí, pero se dio la vuelta y se alejó, y es joven todavía.
Finrod- Adaneth, yo os digo que Aikanár la Llama Afilada os amaba. Por amor a vos nunca tomará la mano de ninguna novia de su propia raza, sino que vivirá solo hasta el final, recordando la mañana en las colinas de Dorthonion.
Andreth- ¿Entonces por qué se fue? ¿Por qué me abandonó, cuando aún me quedaban unos pocos años buenos?
Finrod- Éste es tiempo de guerra y en estos días los Eldar no se casan ni engendran niños, sino que se preparan para la muerte... o la huida. ...Si su corazón mandara, habría deseado tomaros y huir lejos, al este o al sur, abandonando a su gente y a la vuestra. El amor y la lealtad le contuvieron.
Andreth- Por un año, un día de la llama, lo habría dado todo: pueblo, juventud y la esperanza misma: adaneth soy. Yo no le habría molestado, cuando acabara mi corta juventud. No habría cojeado como una bruja tras sus pies brillantes, cuando ya no fuera capaz de correr junto a él.
Finrod- Así lo crees ahora. ¿Pero has pensado en él? Él no habría corrido delante de vos. Habría permanecido a vuestro lado para sosteneros. Entonces, cada hora, habríais experimentado pena, una pena sin escapatoria. Él no soportaría veros tan dolida. Ahora él siempre os recordará bajo el sol de la mañana, y aquel último crepúsculo, junto a las aguas de Aeluin en las que vio vuestro rostro reflejado con una estrella atrapada en vuestro cabello... siempre, hasta que el viento del Norte traiga la noche a su llama.
.......
Andreth- ¿Dónde vas?
Finrod- Lejos al Norte -dijo él. -A las espadas y al asedio y a los muros de defensa.
Andreth- ¿Estará él allí, alto y resplandeciente, y el viento en su cabello? Háblale. Dile que no sea imprudente. ¡Que no busque el peligro sin necesidad!
Finrod- Donde vayas, puedes encontrar luz. Espéranos allí: a mi hermano y a mí.


Serë ar Laitalë

Á lastal! Autuva i lóme Eldalien, i aurë entuluva. Anar caluva elmen! (Morfaer)
”Entonces Fëanor, mirándome con una expresión que jamás había visto en él me dijo: desde ahora se te conocerá por Utalma, “Sin Raíces” pues desde hoy mismo reniego de ti y no te contaré más entre los de mi casa, ya que tú has renegado de los tuyos y no has querido participar con ellos en la acción...