Ver publicación (¿Aman es America?)
Ver tema#1 Respondiendo a: Anónimo
Hola a todos.
Vereis esta duda me surge desde hace mucho tiempo pero hoy expongo mi teoria.
Geograficamente en Arda tendriamos a La tierra media siendo Europa,Harad siendo Africa,Rhûn siendo Asia y Numenor siendo Atlantida,todo esto en comparacion con nuestro mundo.
Pues bien sobre Todos estos co...
Veamos...
Pese a que soy bastante lego en estos temas, me gustaría compartir con vosotros algunos de mis pensamientos sobre el asunto.
Para empezar, Reinart, y sin ánimo de ofender, tus planteamientos me parecen demasiado simples. No podemos reducir la obra de Tolkien a una simple alegoría de la Historia de la Humanidad. Pero por cierto que tampoco debemos tener una visión tan superficial de ésta última. Dices por ejemplo que los romanos, segundo gran imperio tras el egipcio (¿y donde queda el vasto territorio conquistado por Alejandro Magno y los consecuentes reinos que se formaron a partir de él tras la muerte del macedonio; y el Imperio Persa, la Babilonia de Nabuconodosor II, asirios, cartagineses, etc.? Es cierto que la extensión territorial de Roma fue mayor que muchos de estos dominios, pero también los persas superaron en esto a los egipcios Por no hablar de las tierras del Extremo Oriente...) y que ves en él a los hombres (de Gondor, supongo. ¿O te refieres a Númenor? La comparación es aún más traída por los pelos). Evidentemente Tolkien no es ajeno al Mundo Real (o Mundo Primario, como él lo llama) pero de la misma manera encontramos similitudes en muchas otras culturas que también pudieron servir de fuente de inspiración. Y además, la cronología de Arda tiene muy poco que ver con el desarrollo de nuestra Historia. Los Elfos no continuaron su cultura en el Oeste. Los Elfos, en su mayoría fueron, desde un principio al Oeste. Era la Meta que les indicaron los Valar. Unos llegaron más lejos que otros y así un grupo de ellos, formado por Noldor, Vanyar y algunos Teleri, consiguió llegar a Aman e instalarse allí, a la vista de los Valar. El resto de su Historia está en El Silmarillion... La historia de estas Gentes, muy trágica, es bien distinta a la de los Egipcios. Para empezar estos no se organizaron en un único Imperio continuo a lo largo del tiempo. La historia del Antiguo Egipcio se ha dividido tradicionalmente en unas 30 dinastías, agrupadas en tres períodos principales bien diferenciados, intercalados por períodos intermedios. El esplendor egipcio renació (después de períodos de oscuridad artístico) varias veces a lo largo de casi tres mil años (así, por ejemplo, las pirámides de Giza son 1300 años anteriores a las magnas obras de Ramsés II, como los templos de Abu Simbel) mientras que los elfos fueron menguando irremediablemente (después del hundimiento de Beleriand ni siquiera los reinos de Eregion y Lindon en la Tierra Media podían compararse a lo que había sido la gloria de épocas pasadas a este y oeste del Gran Mar). El sentimiento de marchitamiento es constante. De todas maneras, es osado (demasiado) aventurarse a comparar un pueblo de Hombres con una raza como la élfica, movida por pasiones distintas, con una concepción intrínseca de la Vida radicalmente diferente (la cuestión de la inmortalidad es Fundamental).
Aman responde a una necesidad básica en la obra de Tolkien: la de un Paraíso Perdido, un lugar ideal añorado en época de Tinieblas y que en el caso del Profesor inglés tiene un profundo sentido religioso. En muchas culturas encontramos un lugar de este tipo, esta aspiración espiritual, situado en el Occidente. Así ocurría, por ejemplo, entre los Egipcios. En la Edad Media fueron muy populares los relatos de navegantes (que en Irlanda, donde se cultivó mucho este género, se conocieron como “inramma”, “periplos”), como San Brandán, que cruzando el Mar hacia el Oeste llegaban a una tierra mágica, llena de seres fantásticos y maravillosos. Entre los pueblos que habitaron a orillas del Atlántico encontramos multitud de concepciones cosmogónicas como ésta. Para demostrarlo sólo tenemos que tomar los relatos de los pueblos célticos insulares: encontramos así la Avalon del ciclo artúrico, la Tir Nan Og o Mag Mel de los irlandeses (que los entendidos podrán relacionar claramente con la Tol Eressëa de los Cuentos Perdidos), ambos relacionados con el país de los Hiperbóreos de las fuentes clásicas, situado en el Polo Norte. El concepto del "Finis Terræ" que se tenía en la Antigüedad Clásica (y que perduró como una obsesión hasta el siglo XVI) demuestra lo mucho que fascinó siempre al Hombre de esta parte del Mundo la imagen de un Mar aparentemente infinito en el Horizonte y la incógnita de lo que podía haber más allá de él.
La concepción de Aman varía en Tolkien a lo largo del tiempo. En un principio los Valar, que por aquel entonces eran seres más “divinos”, habitaban una región muy parecida y de manera muy similar al Ásgarðr germánico que menciona elbiz(cochito) (el fragmento que aparece en la firma de Reinart pertenece a esta época y por el contenido, nos recuerda fácilmente al Ragnarök y a la descripción que se hace de él en las Eddas). Para Tolkien, la tierra de los Valar siempre fue una suerte de Paraíso Terrenal élfico, prohibido para los Hombres (se lo impide su condición mortal), que queda inaccesible para el Mundo Primario y permanece como lugar casi onírico.
Tolkien continúa con toda esta tradición anterior y consigue integrar de esta manera (el ejemplo de Númenor es más claro) su propia propia creación mítica dentro de toda esa maravillosa “Creación” humana que son los mitos europeos.
Eso es todo. Mucho para leer, me temo.
Un saludo desde Gondolin.
(Mensaje original de: Pengolodh el Sabio)
Pese a que soy bastante lego en estos temas, me gustaría compartir con vosotros algunos de mis pensamientos sobre el asunto.
Para empezar, Reinart, y sin ánimo de ofender, tus planteamientos me parecen demasiado simples. No podemos reducir la obra de Tolkien a una simple alegoría de la Historia de la Humanidad. Pero por cierto que tampoco debemos tener una visión tan superficial de ésta última. Dices por ejemplo que los romanos, segundo gran imperio tras el egipcio (¿y donde queda el vasto territorio conquistado por Alejandro Magno y los consecuentes reinos que se formaron a partir de él tras la muerte del macedonio; y el Imperio Persa, la Babilonia de Nabuconodosor II, asirios, cartagineses, etc.? Es cierto que la extensión territorial de Roma fue mayor que muchos de estos dominios, pero también los persas superaron en esto a los egipcios Por no hablar de las tierras del Extremo Oriente...) y que ves en él a los hombres (de Gondor, supongo. ¿O te refieres a Númenor? La comparación es aún más traída por los pelos). Evidentemente Tolkien no es ajeno al Mundo Real (o Mundo Primario, como él lo llama) pero de la misma manera encontramos similitudes en muchas otras culturas que también pudieron servir de fuente de inspiración. Y además, la cronología de Arda tiene muy poco que ver con el desarrollo de nuestra Historia. Los Elfos no continuaron su cultura en el Oeste. Los Elfos, en su mayoría fueron, desde un principio al Oeste. Era la Meta que les indicaron los Valar. Unos llegaron más lejos que otros y así un grupo de ellos, formado por Noldor, Vanyar y algunos Teleri, consiguió llegar a Aman e instalarse allí, a la vista de los Valar. El resto de su Historia está en El Silmarillion... La historia de estas Gentes, muy trágica, es bien distinta a la de los Egipcios. Para empezar estos no se organizaron en un único Imperio continuo a lo largo del tiempo. La historia del Antiguo Egipcio se ha dividido tradicionalmente en unas 30 dinastías, agrupadas en tres períodos principales bien diferenciados, intercalados por períodos intermedios. El esplendor egipcio renació (después de períodos de oscuridad artístico) varias veces a lo largo de casi tres mil años (así, por ejemplo, las pirámides de Giza son 1300 años anteriores a las magnas obras de Ramsés II, como los templos de Abu Simbel) mientras que los elfos fueron menguando irremediablemente (después del hundimiento de Beleriand ni siquiera los reinos de Eregion y Lindon en la Tierra Media podían compararse a lo que había sido la gloria de épocas pasadas a este y oeste del Gran Mar). El sentimiento de marchitamiento es constante. De todas maneras, es osado (demasiado) aventurarse a comparar un pueblo de Hombres con una raza como la élfica, movida por pasiones distintas, con una concepción intrínseca de la Vida radicalmente diferente (la cuestión de la inmortalidad es Fundamental).
Aman responde a una necesidad básica en la obra de Tolkien: la de un Paraíso Perdido, un lugar ideal añorado en época de Tinieblas y que en el caso del Profesor inglés tiene un profundo sentido religioso. En muchas culturas encontramos un lugar de este tipo, esta aspiración espiritual, situado en el Occidente. Así ocurría, por ejemplo, entre los Egipcios. En la Edad Media fueron muy populares los relatos de navegantes (que en Irlanda, donde se cultivó mucho este género, se conocieron como “inramma”, “periplos”), como San Brandán, que cruzando el Mar hacia el Oeste llegaban a una tierra mágica, llena de seres fantásticos y maravillosos. Entre los pueblos que habitaron a orillas del Atlántico encontramos multitud de concepciones cosmogónicas como ésta. Para demostrarlo sólo tenemos que tomar los relatos de los pueblos célticos insulares: encontramos así la Avalon del ciclo artúrico, la Tir Nan Og o Mag Mel de los irlandeses (que los entendidos podrán relacionar claramente con la Tol Eressëa de los Cuentos Perdidos), ambos relacionados con el país de los Hiperbóreos de las fuentes clásicas, situado en el Polo Norte. El concepto del "Finis Terræ" que se tenía en la Antigüedad Clásica (y que perduró como una obsesión hasta el siglo XVI) demuestra lo mucho que fascinó siempre al Hombre de esta parte del Mundo la imagen de un Mar aparentemente infinito en el Horizonte y la incógnita de lo que podía haber más allá de él.
La concepción de Aman varía en Tolkien a lo largo del tiempo. En un principio los Valar, que por aquel entonces eran seres más “divinos”, habitaban una región muy parecida y de manera muy similar al Ásgarðr germánico que menciona elbiz(cochito) (el fragmento que aparece en la firma de Reinart pertenece a esta época y por el contenido, nos recuerda fácilmente al Ragnarök y a la descripción que se hace de él en las Eddas). Para Tolkien, la tierra de los Valar siempre fue una suerte de Paraíso Terrenal élfico, prohibido para los Hombres (se lo impide su condición mortal), que queda inaccesible para el Mundo Primario y permanece como lugar casi onírico.
Tolkien continúa con toda esta tradición anterior y consigue integrar de esta manera (el ejemplo de Númenor es más claro) su propia propia creación mítica dentro de toda esa maravillosa “Creación” humana que son los mitos europeos.
Eso es todo. Mucho para leer, me temo.
Un saludo desde Gondolin.
(Mensaje original de: Pengolodh el Sabio)