Ver publicación (Que memoria para todo, ¿no?)
Ver tema#2 Respondiendo a: Nuindacil
Muy cierto
A mi me pasa igual, se me olvidan los nombres enseguida. (Al principio del silma parece que todo el mundo se llamaba igual), pero bueno en las cosas principales, los protagonistas... sí es facil quedarte con los nombres. Y si no te acuerdas, para eso tienes las enciclopedias de tolkien,...
para todo??
Aiya!!!
Quizás es por el tiempo, por esas relecturas apoteósicas que hacemos y quizás por ese encanto que tiene nuestra Tierra Media, pero después de unos añitos, al menos en mi caso, te aprendes algunos detallitos que estáN ahí. Pero vamos que yo creo que le ocurre a todo el mundo no?? :P :P :P
Por supuesto pocos pueden decir 8 generaciones de los descendientes de Beor o de la casa Fingolfin (ahora va alguien y las escribe sin mirar
), pero quizás algún dÍa se conviertan en nuestro alfabeto particular.Yo al menos en mi caso cuando no estoy segura de algo y contesto a un post siempre miro las Cartas o alguna enciclopedia Tolkien, así que hay truco :P :P :P
Namárië.
Aiya!!!
Quizás es por el tiempo, por esas relecturas apoteósicas que hacemos y quizás por ese encanto que tiene nuestra Tierra Media, pero después de unos añitos, al menos en mi caso, te aprendes algunos detallitos que estáN ahí. Pero vamos que yo creo que le ocurre a todo el mundo no?? :P :P :P
Por supuesto pocos pueden decir 8 generaciones de los descendientes de Beor o de la casa Fingolfin (ahora va alguien y las escribe sin mirar



Namárië.



Eärendil era un marino
que en Arvenien se demoró,
y un bote hizo en Nimrethel
de madera de árboles caídos,
tejió las velas de hermosa plata,
y los faroles fueron de plata,
el mascarón de proa era un cisne,
y había luz en las banderas.[...]
La alada Elwing vino entonces a él,
y la llama s...
que en Arvenien se demoró,
y un bote hizo en Nimrethel
de madera de árboles caídos,
tejió las velas de hermosa plata,
y los faroles fueron de plata,
el mascarón de proa era un cisne,
y había luz en las banderas.[...]
La alada Elwing vino entonces a él,
y la llama s...