Ver publicación (Sobre el anhelo por la Tierra Media)

Ver tema

Beregond de M.Tirith
Beregond de M.Tirith
Desde: 15/08/2002

#1 Respondiendo a: Anónimo

Saludos!
En primer lugar, quería hablar de esa sensación que produce el leer y releer una y otra vez (como han hecho algunos locos como yo, con todo el respeto). Me refiero, a ese amor, a ese sentimiento como si echáramos algo en falta. ¿Pero qué es lo que anhelamos? ¿Qué es lo que echamos de menos...

Según Estrabón, hace dos mil años una ardilla podía atravesar la Península Ibérica de norte a sur sin bajar de los árboles. Seguramente sería una exageración, pero ¿en qué se parece nuestro mundo a aquel?
Pero no solo ha cambiado el paisaje. Con él ha ido cambiando todo. Somos muchos más, y la agricultura ha tenido que ir aumentando con la población, y la industria es ahora imparable.
¿Y vivía mejor la gente? No lo creo. La esperanza media de vida era bajísima. La gente se moría de cualquier infección. No había familia en la que no hubiera muerto algún hermano, y todas había alguna mujer muerta de parto. Los ricos eran muy ricos y los pobres eran muy pobres. Y no hace tanto, la gente aún trabajaba de sol a sol durante todo el año, sin vacaciones ni seguros sociales. La industrialización ha producido verdaderas catástrofes naturales, pero ha permitido una gran mejoría en nuestra calidad de vida a todos los niveles, y no estamos dispuestos a renunciar a nada.
Pero la Tierra está pagando por ello. Los pocos países que aún tienen espacios vírgenes también aspiran a vivir igual, a costa de sangrar la Naturaleza, y los bosques y las selvas siguen desapareciendo a velocidad de vértigo sin que nadie quiera o pueda hacer nada. ¿O sí se puede?
No creo que haya camino de vuelta. Tendríamos que renunciar a demasiadas cosas, pero si no renunciamos a algo podemos perderlo todo. Por ahora sólo podemos intentar no forzar demasiado a la Naturaleza y no tensar demasiado la cuerda para que no se rompa definitivamente.
Un consejo es un regalo muy peligroso, aun del sabio al sabio, ya que todos los rumbos pueden terminar mal. ¿Qué pretendes? No me has dicho todo lo que a ti respecta; entonces, ¿cómo podría elegir mejor que tú? Pero si me pides consejo te lo daré por amistad.