Querido profesor

Por una vez intentaré ser breve. No tiene sentido intentar explicar en una carta la cantidad de sensaciones que la lectura de sus libros me ha proporcionado y me seguirá proporcionando. Desde las grandes historias de los Numenoreanos hasta las "pequeñas" frases de Sam, sus libros me han acompañado en los mejores momentos y también en los más oscuros. Y era precisamete en mitad de la desesperación cuando, al intentar aferrarme a esa Esperanza con mayúsculas que usted trasmite, me planteaba una duda: ¿no estaré siendo demasiado ingenua e infantil? ¿cómo puedo pretender aplicara a la vida real, "sórdida y cenagosa" en palabras de Fabricio del Dongo, la filosofía de su obra, que transcurre en un lugar imaginario poblado por magos, dragones, elfos y demás criaturas tan propias de los cuentos para niños?
Y entonces recuerdo que ESDLA está lejos de ser idílico (por no hablar del Silma), que el dolor y la tristeza son consustancials al mundo porque forman parte de la melodía misma que lo creó, que Frodo era un hobbit raro y que tenía miedo, lo que no le impidió llegar hasta el final con dignidad y asumir que había "sufrido heridas demasiado profundas".
Por eso, el espíritu de sus historias sí vale para la vida real y además puede formar parte un universo mucho más amplio, el que conforman las preocupaciones, sueños y preguntas existenciales de los hombres a lo largo de la historia de la literatura. Por eso yo quiero conocer más, leer más y sentir queestas reflexiones no me quedan demasiado grandes. Su obra siempre será uno de mis untos de referencia.
Porque al final todos formamos parte de esa gran historia que nunca acaba y siempre queda esperanza, gracias y feliz cumpleaños.

(Mensaje original de: Brissa Baggins)