Querido profesor:
¿Cómo poder agradecerle tantas cosas en tan poco tiempo?¿Cómo poder transmitirle todo lo que usted ha hecho por mi, a través de sus obras y sus enseñanzas?
Somos muchos los que tenemos presentes sus palabras allá donde vamos, y gracias a ellas, muchos momentos tristes se convierten en momentos de paz, al recordar ese "No lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas"; muchos momentos de incertidumbre se convierten en momentos decisivos, recordando "Tú decides qué hacer con el tiempo que se te ha concedido"; muchos momentos de sacrificio son menos duros gracias a "Siempre hay esperanza"...¡Tantos momentos giran gracias a usted!
Porque al habernos permitido leer sus palabras, nos ha dado mucho más que buenos y agradables ratos. Nos ha transmitido una manera de pensar, de vivir, y de compartir.
Todos los días veo paisajes que me recuerdan a nuestra Tierra Media, y me recuerdan que vivir con humildad, sacrificio y tesón es posible en este mundo tan consumido. Que es posible vivir como un hobbit, como un elfo, o como un hombre en un mundo a veces más parecido a la tierra del mal, que al mundo de los hombres. Todo depende de la elección de cada uno. Esa es la grandeza que usted nos enseñó. Que sí es posible.
¿Cómo agradecerle tantas cosas? Sé que algún día nos veremos en esas bellas tierras imperecederas, junto a la campiña verde iluminados por un blanco amanecer. Y será entonces cuando le agradezca en persona la gran herencia que nos ha dejado a todos nosotros, sus humildes alumnos.
Hasta el año que viene, querido profesor.