No se sulfure, caballero...

... que las subidas de temperatura no suelen resultar buenas para el cerebro, el cual, viéndose sometido a una sobrecarga calorífica insostenible, empieza hervir y, créame usted, que lo que le digo es ciertísimo, las volutas de humo saliendo afuera por las orejas no son muy estéticas, más bien poco favorecedoras.

Es un consejo gratuito que le doy, aun del no sabio al menos sabio todavía, no por otra razón que por el aprecio seguro de los demás usuarios, quiénes seguramente se sentirían muy afectados de perder a tan peculiar y singular compañero de tertulias imposibles por una algo tan tonto como un sobrecalentamiento neuronal, cosa harto y tristemente frecuente en los días que corren.

No se enoje, pues, amigo, que puede estar seguro de que todos lo leemos, o lo intentamos, con merid... claridad... esto, sí, éso que leer sabemos y tal. Y éso. Pues nada, no se me vayan a enfadar todavía, con la buena persona que es Leandro, no sería nada agradable ver a un entrañable Hobbit súbitamente transformarse en un Uruk-hai de la peor calaña... Créame, que todo puede suceder.