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Beregond de M.Tirith
Beregond de M.Tirith
Desde: 15/08/2002

#12 Respondiendo a: Elfa Árwena

Sobre la reencarnación...

Pues la verdad, no sé si he entendido bien tu pregunta :S

A ver si puedo contestar algo coherente ...

En un primer momento, Tolkien se planteó la opción del renacimiento, según la cual, una vez que el fëa se separaba del hröa, después de pasar por Mandos, renacía...

Interesante, y complicado.

Obviamente no puedo "desvestirme" de cierto "cientifismo" y de prejuicios, así que se me hace algo cuesta arriba ponerle un razonable "punto de lógica" que me gusta que tenga todo.
Como suponía, el fëa viaja y el hröa se queda, perdido irremediablemente.
Ahora, entiendo que el el propio fëa el que ha de aprender a fabricar de nuevo un cuerpo, en las estancias de Mandos, donde, entre otras cosas, será convenientemente instruido para ello (pensaba que era el propio Mandos quien les "regalaba" el nuevo cuerpo). Esa instrucción está encaminada a que aprendan a fabricarse su cuerpo basándose en los recuerdos que tienen del antiguo, y que han de ser recuerdos íntimos e "internos", no visuales, porque podrían escoger otro cuerpo diferente al que tenían (Fëanor con el cabello de Galadriel ). Como todo, habrá quien aprenda mejor y quien aprenda peor. ¿Quien no apruebe, no sale?
Y, lo que se me hace más cuesta arriba, esos nuevos cuerpos eran en realidad inmateriales, dependían de la mente del dueño, y así podían ser visibles o invisibles, y ser tocados o intangibles, según la propia voluntad de su dueño, más o menos algo así como algún tipo de fantasmas. Y también algo así como los enanos de Aulë, inanimados sin la propia voluntad de Aulë, antes de que Eru les concediera una verdadera vida.
Ese esfuerzo de voluntad necesario para lograr permanecer visibles y tangibles, ha de ser mínimo, pues de otro modo sería agotador. ¿Y qué pasaba en los periodos de distracción o de sueño? ¿O sería un esfuerzo de la voluntad lo que haría falta para conseguir ser invisible y/o intangible (aún me resulta más ilógico)?
Pues eso, complicado, pero al menos entretenido.
Un consejo es un regalo muy peligroso, aun del sabio al sabio, ya que todos los rumbos pueden terminar mal. ¿Qué pretendes? No me has dicho todo lo que a ti respecta; entonces, ¿cómo podría elegir mejor que tú? Pero si me pides consejo te lo daré por amistad.