Ver publicación (El Retorno del Rey: 25 años)
Ver tema#21 Respondiendo a: Gwaihir
Perdona que te corrija Leandro
...con un día de diferencia tenemos dos aniversarios de los que regocijarnos.
La cosa es mejor todavía, pues realmente: "con dos días de diferencia tenemos tres aniversarios de los que regocijarnos"(bueno, yo realmente cuatro, que el 23 de abril es el...
Mi fragmento
Hola, este ha sido uno de los más especiales para mi:
"Hubo un rugido y una gran confusión de ruidos. Las llamas brincaron y la mieron el techo. Los golpes aumentaron y se convirtieron en un tumulto, y la Montaña tembló. Sam corrió hacia Frodo, lo levantó y lo llevó en brazos hasta la puerta. Y allí, en el oscuro umbral de los Sammath Naur, allá arriba, lejos, muy lejos de las llanuras de Mordor, quedó de pronto inmovil de asombro y de terror, y olvidándose de todo miró en torno, como petrificado.
Tuvo una visión fugaz de nubes turbulentas, en emedio de las cuales se erguian torres y murallas altas como colinas, levantadas sobre el poderoso trono de la montaña por encima de fosos insoldables; vastos patios y mazmorras, y prisioneron de muros ciegos y verticales como acantilados, y puertas entreabiertas de acero y adamante; y de pronto todo desapareció. Se desmoronaron las torres y se hundieron las montañas; los muros se resquebrajaron, derrumbándose en escombros; trepó el muro en espirales, y unos grandes chorros de vapor se encresparon, estrellándose como la cresta impetuosa de una ola, para volcarse en espuma sobre la tierra. Y entonces llegó por fin un rumor sordo y prolongado que creció y creció hasta transformarse en un estruendo y en un estrépito ensordecedor; tembló la tierra, la llanura se hinchó y se agrietó, y el Orodruin vaciló. Y por la cresta hendida vomitó rios de fuego. Estriados de relámpagos, atronaron los cielos. Restallando como furiosos latigazos, calló un torrente de lluvia negra. Y al corazón mismo de la tempestad, con un grito que traspasó todos los otros ruidos, desgarrando las nubes, llegaron los Nazgul; y atrapados como dardos incandescentes en la vorágine de fuego de las montañas y los cielos, crepitaron, se consumieron y desaparecieron.
-Y Bien, éste es el fin, Sam Gamyi-dijo una voz junto a Sam. Y allí estaba Frodo pálido y consumido pero otra vez él, y ahora había paz en sus ojos: no más locura, ni lucha interior, ni miedos. Ya no llevaba la carga consigo. Era ahora el querido amo de los dulces días de la Comarca.
-¡Mi amo!-gritó Sam, y cayó de rodillas. En medio de aquel mundo en ruinas, por el momento solo sentía jpubilo, un gran júbilo. El fardo ya no existía. El amo se había salvado y era otra vez Frodo, el Frodo de siempre, y estaba libre. De pronto Sam reparó en la mano mutilada y sangrante.
-¡Oh, esa mano de usted!-exclamó-. Y no tengo nada con que aliviarla o vendarla. Con gusto le habría cedido a cambio una de las mías. Pero ahora se ha ido, se ha ido para siempre.
-Si-dijo Frodo-. Pero ¿recuerdas las palabras de Gandalf? Hasta Gollum puede tener aún algop que hacer. Si no hubiera sido por él, Sam, yo no habría podido destruir el Anillo. Y el amargo viaje habría sido en vano, justo al fin. ¡Entonces perdonémoslo! Pues la Misión ha sido cumplida, y todo ha terminado. Me hace muy feliz que estés aquí conmigo. Aquí al final de todas las cosas,Sam.
Hola, este ha sido uno de los más especiales para mi:
"Hubo un rugido y una gran confusión de ruidos. Las llamas brincaron y la mieron el techo. Los golpes aumentaron y se convirtieron en un tumulto, y la Montaña tembló. Sam corrió hacia Frodo, lo levantó y lo llevó en brazos hasta la puerta. Y allí, en el oscuro umbral de los Sammath Naur, allá arriba, lejos, muy lejos de las llanuras de Mordor, quedó de pronto inmovil de asombro y de terror, y olvidándose de todo miró en torno, como petrificado.
Tuvo una visión fugaz de nubes turbulentas, en emedio de las cuales se erguian torres y murallas altas como colinas, levantadas sobre el poderoso trono de la montaña por encima de fosos insoldables; vastos patios y mazmorras, y prisioneron de muros ciegos y verticales como acantilados, y puertas entreabiertas de acero y adamante; y de pronto todo desapareció. Se desmoronaron las torres y se hundieron las montañas; los muros se resquebrajaron, derrumbándose en escombros; trepó el muro en espirales, y unos grandes chorros de vapor se encresparon, estrellándose como la cresta impetuosa de una ola, para volcarse en espuma sobre la tierra. Y entonces llegó por fin un rumor sordo y prolongado que creció y creció hasta transformarse en un estruendo y en un estrépito ensordecedor; tembló la tierra, la llanura se hinchó y se agrietó, y el Orodruin vaciló. Y por la cresta hendida vomitó rios de fuego. Estriados de relámpagos, atronaron los cielos. Restallando como furiosos latigazos, calló un torrente de lluvia negra. Y al corazón mismo de la tempestad, con un grito que traspasó todos los otros ruidos, desgarrando las nubes, llegaron los Nazgul; y atrapados como dardos incandescentes en la vorágine de fuego de las montañas y los cielos, crepitaron, se consumieron y desaparecieron.
-Y Bien, éste es el fin, Sam Gamyi-dijo una voz junto a Sam. Y allí estaba Frodo pálido y consumido pero otra vez él, y ahora había paz en sus ojos: no más locura, ni lucha interior, ni miedos. Ya no llevaba la carga consigo. Era ahora el querido amo de los dulces días de la Comarca.
-¡Mi amo!-gritó Sam, y cayó de rodillas. En medio de aquel mundo en ruinas, por el momento solo sentía jpubilo, un gran júbilo. El fardo ya no existía. El amo se había salvado y era otra vez Frodo, el Frodo de siempre, y estaba libre. De pronto Sam reparó en la mano mutilada y sangrante.
-¡Oh, esa mano de usted!-exclamó-. Y no tengo nada con que aliviarla o vendarla. Con gusto le habría cedido a cambio una de las mías. Pero ahora se ha ido, se ha ido para siempre.
-Si-dijo Frodo-. Pero ¿recuerdas las palabras de Gandalf? Hasta Gollum puede tener aún algop que hacer. Si no hubiera sido por él, Sam, yo no habría podido destruir el Anillo. Y el amargo viaje habría sido en vano, justo al fin. ¡Entonces perdonémoslo! Pues la Misión ha sido cumplida, y todo ha terminado. Me hace muy feliz que estés aquí conmigo. Aquí al final de todas las cosas,Sam.
Acepto; seguiré el consejo de Gildor. Si el peligro fuera menos sombrío, bailaría de alegría. Sin embargo, no puedo evitar sentirme feliz, más feliz de lo que me he sentido en mucho tiempo. La perspectiva de esta noche me aterraba.
_¡Bien decidido! ¡Tres hurras por el capitán Frodo y sus compañeros...
_¡Bien decidido! ¡Tres hurras por el capitán Frodo y sus compañeros...