Ver publicación (El Retorno del Rey: 25 años)

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#1 Respondiendo a: elPeregrinoGris

¡Hola fenomenos!
Quería proponeros una cosa. Como hoy 21 de Abril se cumplen 25 años de la publicación de ERDR en castellano quería pediros para conmemorarlo que cada uno de vosotros escribiera un fragmento de la tercera parte de ESDLA. Yo me he decidido por este fragmento:

"Y cuando una vez...

El océano embravecido de los ejércitos de Mordor inundaba las colinas. Los Capitanes del Oeste empezaban a zozobrar bajo la creciente marejada. El sol rojo, ardía, y bajo las alas de los Nazgül las sombras negras de la muerte se proyectaban sobre la tierra. Aragorn, erguido al pie de su estandarte, silencioso y severo, parecía abismado en el recuerdo de cosas remotas; pero los ojos le resplandecían, como las estrellas que brillan más cuanto más profunda y oscura es la noche. En lo alto de la colina estaba Gandalf, blanco y frío, y sobre él no caía sombra alguna. El asalto de Mordor rompió corno una ola sobre los montes asediados, y las voces rugieron como una marea tempestuosa en medio de la zozobra y el fragor de las armas.

De pronto, como despertado por una visión súbita, Gandalf se estremeció; y volviendo la cabeza miró hacia el norte, donde el cielo estaba pálido y luminoso. Entonces levantó las manos y gritó con una voz poderosa que resonó por encima del estrépito:

—¡Llegan las Águilas!

Y muchas voces respondieron, gritando:

—¡Llegan las Águilas! ¡Llegan las Águilas!

Los de Mordor levantaron la vista, preguntándose qué podía significar aquella señal.

Y vieron venir a Gwaihir el Señor de los Vientos, y a su hermano Landroval, las más grandes de todas las Águilas del Norte, los descendientes más poderosos del viejo Thorondor, aquel que en los tiempos en que la Tierra Media era joven, construía sus nidos en los picos inaccesibles de las Montañas Circundantes. Detrás de las águilas, rápidas como un viento creciente, llegaban en largas hileras todos los vasallos de las montañas del Norte. Y desplomándose desde las altas regiones del aire, se lanzaron sobre los Nazgül, y el batir de las grandes alas era como el rugido de un huracán.

Pero los Nazgül, respondiendo a la súbita llamada de un grito terrible en la Torre Oscura, dieron media vuelta, y huyeron, desvaneciéndose en las tinieblas de Mordor; y en el mismo instante todos los ejércitos de Mordor se estremecieron, la duda oprimió los corazones; enmudecieron las risas, las manos temblaron, los miembros flaquearon. El Poder

que los conducía, que los alimentaba de odio y de furia, vacilaba; ya su voluntad no estaba con ellos; y al mirar a los ojos a los enemigos, vieron allí una luz de muerte, y tuvieron miedo.

Entonces todos los Capitanes del Oeste prorrumpieron en gritos, porque en medio de tanta oscuridad una nueva esperanza henchía los corazones. Y desde las colinas sitiadas los Caballeros de Gondor, los Jinetes de Rohan, los Dúnedain del Norte, compañías compactas de valientes guerreros, se precipitaron sobre los adversarios vacilantes, abriéndose paso con el filo implacable de las lanzas. Pero Gandalf alzó los brazos y una vez más los exhortó con voz clara.

— ¡Deteneos, Hombres del Oeste! ¡Deteneos y esperad! Ha sonado la hora del destino.

Simplemente no tiene palabras para describir esto

(Mensaje original de: Manwë Señor de Arda)