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Arahael
Arahael
Desde: 17/08/2003

#76 Respondiendo a: Gladious

Ahora resulta... se me olvidaba

¿Cómo que el héroe guay?, dime tú cual de todos los personajes de esa saga es un héroe guay....
Todos tienes sus debilidades y cometen sus errores, ¡yo no veo ningún héroe guay!, todos son personajes, algunos grandes luchadores porqué no, que debido a la situación a...

las dos cargas

Un par de apuntes sobre las dos cargas que comenta Gladious:

La carga suicida de Faramir en Osgiliath es un misterio que a día de hoy no he logrado todavía entender. No le encuentro el sentido por ninguna parte. ¿Es Faramir un suicida en la película, es un necio o pretende de veras reconquistar Osgiliath, de esa forma? Volvemos a la incoherencia: un experto en la guerra de guerrillas, en las operaciones sigilosas y encubiertas, atacando a campo abierto una posición extremadamente defendida con una fuerza inferior y sin protección alguna... cualquier militar sabe que eso constituye una auténtica estupidez y Faramir es un gran capitán.... una vez más, tiramos por el suelo al personaje.

La segunda carga, la tan esperada de los rohirrim, me resulta también harto decepcionante. Primeramente no hay elemento sorpresa: tocan los cuernos, se paran, forman, hay arenga, vítores y saludos.... tiempo que aprovechan los orcos para organizarse restando ventaja a la fuerza atacante. La escena es una repetición a la de la anterior película. El ejército sitiador en el plano general es una nube de puntos negros más propia de un videojuego, y pese a insistir en el gran contingente enemigo, en los primeros planos salen siempre los mismos orcos. Tampoco se produce choque, los caballos de los rohirrim parece que vuelan sobre sus enemigos. Luego toda la epica se acaba cuendo llegan los olifantes y la cosa empieza a tomar matices de star wars (el Imperio Contraataca) y finalmente acaba resolviéndose con la aparición de los espectros verdosos que acaban subiéndose incluso por los muros de la ciudad. El resultado me parece de una cutrez intolerable y máxime cuando se había anunciado con bombo y platillo como la batalla más grandiosa de la historia del cine: menudo fiasco.