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Ver tema#56 Respondiendo a: Aikanáro Telrunya
ACCIÓN
Me acerco a la hoguera donde todos, menos mi compañero Rúmil y Adan que hacen la primera guardia subidos a un árbol, descansan y calienta sus manos agarrotadas; allí me situo cercano al orco Burzumgad y me dispongo a exponer mi opinión y mis deseos de aprovechar la luz del sol desde el alba...
ACCIÓN
La presencia de varios elfos en la compañía no es obstáculo para el aguerrido Enano Dimasalang, pues todos comparten un mismo objetivo. Tras cenar copiosamente -incluso pan de Lembas élfico- Dimasalang departe con el dunadán Abarmil:
[“Abarmil. Aunque no niego que urge salir de este maldito Bosque Negro creo que tu propuesta es la más sensata, en la que también coincide Aikanáro. Si vamos a partir en búsqueda de los dos montaraces deberíamos realizar algunas indagaciones en el lugar que desaparecieron. Sólo después de esto podríamos saber que dirección tomar. Todo ello cuanto antes, pues mi pueblo no guarda gratos recuerdos de esta densa foresta. Como sabes, hace años una comunidad de Enanos transitó por estos frondosos senderos en compañía de Bilbo Bolsón, siendo atacados por múltiples arañas”.]
A continuación Dimasalang, en el pasado capitán de la Guardia Real del puente de Khazad-Dûm, en los tiempos dorados de Durin III, se dispuso a realizar el tercer turno de guardia tras el elfo Aikanaro. Pero antes de comenzar, reunió y sugirió a los elfos ciertas indicaciones:
[“Escuchad compañeros. Rúmil, Elder y Ailkanaro. Según he hablado con Abarmil, creo que sería conveniente acudir rápidamente al lugar donde se produjo la desaparición de los dos montaraces. Cuando amanezca sería necesario que encabezaseis el grupo. Con vuestra vista aguda creo que podrías escudriñar el punto en que se produjo el suceso y sus alrededores. Todo ello con el máximo sigilo, dada la proximidad de Dol Guldur, la “Colina del Hechizo”. Sólo después de esto podríamos determinar el camino a seguir. ]
Por último, el Enano partió a su puesto de Guardia, donde habría de permanecer casi dos largas horas. Sacó su hermosa hacha de doble filo, cuyo brillo desafiaba a la oscuridad, mientras deseaba no tener que utilizarla con el orco, que hasta entonces permanecía callado y dormitando junto a la hoguera.
PD: De acuerdo con la propuesta de continuar mejor los fines de Semana. Entre semana no dispongo de tanto tiempo. Espero que hayan salido bien las citas.
La presencia de varios elfos en la compañía no es obstáculo para el aguerrido Enano Dimasalang, pues todos comparten un mismo objetivo. Tras cenar copiosamente -incluso pan de Lembas élfico- Dimasalang departe con el dunadán Abarmil:
[“Abarmil. Aunque no niego que urge salir de este maldito Bosque Negro creo que tu propuesta es la más sensata, en la que también coincide Aikanáro. Si vamos a partir en búsqueda de los dos montaraces deberíamos realizar algunas indagaciones en el lugar que desaparecieron. Sólo después de esto podríamos saber que dirección tomar. Todo ello cuanto antes, pues mi pueblo no guarda gratos recuerdos de esta densa foresta. Como sabes, hace años una comunidad de Enanos transitó por estos frondosos senderos en compañía de Bilbo Bolsón, siendo atacados por múltiples arañas”.]
A continuación Dimasalang, en el pasado capitán de la Guardia Real del puente de Khazad-Dûm, en los tiempos dorados de Durin III, se dispuso a realizar el tercer turno de guardia tras el elfo Aikanaro. Pero antes de comenzar, reunió y sugirió a los elfos ciertas indicaciones:
[“Escuchad compañeros. Rúmil, Elder y Ailkanaro. Según he hablado con Abarmil, creo que sería conveniente acudir rápidamente al lugar donde se produjo la desaparición de los dos montaraces. Cuando amanezca sería necesario que encabezaseis el grupo. Con vuestra vista aguda creo que podrías escudriñar el punto en que se produjo el suceso y sus alrededores. Todo ello con el máximo sigilo, dada la proximidad de Dol Guldur, la “Colina del Hechizo”. Sólo después de esto podríamos determinar el camino a seguir. ]
Por último, el Enano partió a su puesto de Guardia, donde habría de permanecer casi dos largas horas. Sacó su hermosa hacha de doble filo, cuyo brillo desafiaba a la oscuridad, mientras deseaba no tener que utilizarla con el orco, que hasta entonces permanecía callado y dormitando junto a la hoguera.
PD: De acuerdo con la propuesta de continuar mejor los fines de Semana. Entre semana no dispongo de tanto tiempo. Espero que hayan salido bien las citas.
"Así lucharemos a la sombra"- dijo Dieneces en las Termópilas al saber que los persas harían una nube con sus flechas.