Acción.

Con las arañas tengo algo especial. Es que en Morgul, mi ciudad de origen, vivimos a la sombra de Ella-laraña, y esa si que se llevó a unos cuantos de los mios.
Me trepo a un árbol con mi agilidad habitual, pensando en domeñarlas desde arriba , pero las arañas trepan más rápido que yo. Es lo descubro muy tarde, luego de hundirle mi cimitarra a una que estaba cerca de mis botines de metal: es que a mis espaldas hay otra, destilante de veneno. Apenas si tengo tiempo de girar y cortarle las patas delanteras. El insecto, no obstante, estira hacia mi sus garfios bocales, mas a duras penas logro terminar con él de un golpe tan fiero que a mí mismo me sorprende. El cuerpo hediondo se desprende de la rama y cae...
Mas abajo la lucha se arremolina. Un salto y ya estoy en tierra.Ya verán todos de que pasta es este orco...