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Ver tema#92 Respondiendo a: Rúmil Är-Feinield
ACCIÓN
Tras escuchar a Elder y Adan Eädur hablar mas sobre ellos y así conocerlos mejor, decido discutir sobre mi al grupo para que sepan los motivos del por qué acepte la misión...
[quote]Bueno camaradas, yo y Aikanáro ya nos conocemos de hace muchos años, ¿verdad viejo amigo? Solo expresaros que...
ACCIÓN
En los últimos momentos del combate el Enano Dimasalang había estado a punto de perecer. Tras seccionar dos hediondas patas a una araña agonizate, salieron otras tantas decenas de la densa vegetación. Una de ellas atenazó las piernas del Enano y lo lanzó a tres metros. Sólo la rápida intervención de sus compañeros pudo salvarle de un trágico fin. Aupado a la cima de las árboles, a las dos horas la Compañía ya se habían puesto en marcha. Milagrosamente recuperado por las enigmáticas pociones élficas Dimasalang pronto andó al ritmo de sus compañeros. Al punto del amanecer, decidió participar en las presentaciones:
[quote]Gracias. Gracias a todos por vuestra ayuda. ¡Vive Aulë que no es momento aún de ocupar sus estancias dejando este mundo!. Definitvamente puedo caminar en paz, a pesar de ir acompañado de elfos y de un orco que han demostrado su valor en la batalla. Creo que todo ha sido tan precipitado que aún no me he presentado formalmente. Ya sabeis mi nombre, Dimasalang, aunque también podeis llamarme Dimas, hijo de Thranios. Mi nombre significa en un viejo dialecto enano "el intocable". ¡bien me hubiera podido servir ante las arañas!. Mi familia desciende de la ciudad de Nogrod, "la morada hueca", enorme población de afamados artesanos, que desapareció al final de la II Edad. Desde entonces todos mis antepasados han morado en las Colinas de Hierro. Me enrolé como mercenario para luchar en el Bosque Negro porque era el mejor modo de garantizar la paz para los Enanos del Norte. Serví a las órdenes de Dáin, rey de Erebor, en la Batalla de Azanulbizar, y acompañé a Balin en el 2889 hasta Moria, hasta entonces ocupada por los orcos, siendo capitan de la restaurada guardia de Durin III, refundada en honor a ese rey enano. Poco después de al entrada de Balin en Moria regresé a Erebor [/quote]
El Enano prosiguió su relato mientras la Compañía siguió avanzando rápidamente hacia el oeste, con el ánimo de encontrar nuevos indicios de los dos montaraces desaparecidos.
En los últimos momentos del combate el Enano Dimasalang había estado a punto de perecer. Tras seccionar dos hediondas patas a una araña agonizate, salieron otras tantas decenas de la densa vegetación. Una de ellas atenazó las piernas del Enano y lo lanzó a tres metros. Sólo la rápida intervención de sus compañeros pudo salvarle de un trágico fin. Aupado a la cima de las árboles, a las dos horas la Compañía ya se habían puesto en marcha. Milagrosamente recuperado por las enigmáticas pociones élficas Dimasalang pronto andó al ritmo de sus compañeros. Al punto del amanecer, decidió participar en las presentaciones:
[quote]Gracias. Gracias a todos por vuestra ayuda. ¡Vive Aulë que no es momento aún de ocupar sus estancias dejando este mundo!. Definitvamente puedo caminar en paz, a pesar de ir acompañado de elfos y de un orco que han demostrado su valor en la batalla. Creo que todo ha sido tan precipitado que aún no me he presentado formalmente. Ya sabeis mi nombre, Dimasalang, aunque también podeis llamarme Dimas, hijo de Thranios. Mi nombre significa en un viejo dialecto enano "el intocable". ¡bien me hubiera podido servir ante las arañas!. Mi familia desciende de la ciudad de Nogrod, "la morada hueca", enorme población de afamados artesanos, que desapareció al final de la II Edad. Desde entonces todos mis antepasados han morado en las Colinas de Hierro. Me enrolé como mercenario para luchar en el Bosque Negro porque era el mejor modo de garantizar la paz para los Enanos del Norte. Serví a las órdenes de Dáin, rey de Erebor, en la Batalla de Azanulbizar, y acompañé a Balin en el 2889 hasta Moria, hasta entonces ocupada por los orcos, siendo capitan de la restaurada guardia de Durin III, refundada en honor a ese rey enano. Poco después de al entrada de Balin en Moria regresé a Erebor [/quote]
El Enano prosiguió su relato mientras la Compañía siguió avanzando rápidamente hacia el oeste, con el ánimo de encontrar nuevos indicios de los dos montaraces desaparecidos.
"Así lucharemos a la sombra"- dijo Dieneces en las Termópilas al saber que los persas harían una nube con sus flechas.