Acción

Después del fracaso ocurrido en la salida del bosque negro, creyendo que podría ser tan fácil pillar a las fuerzas oscuras sin habérselo trabajado; todo fue parado, con lentitud, los miembros de la compañía estaban sumidos en una pesadumbre y tristeza que se contagiaba, aún así la raza de los elfos siempre tenía un optimismo ético y peculiar por el cual nunca decaían tan fácilmente:

[quote]Las escasas aunque creíbles pistas halladas por Abârmil son suficientes para seguir y buscar a esos montaraces, ¡No debemos perder el ánimo porque eso es lo único que nos hace vulnerables![/quote]

Ante la casi imposible labor de contagiar el ánimo élfico a toda la compañía a través de Rúmil, Elder, y yo; decido sentarme en torno a la hoguera y alentar a mis amigos sobre la ardua tarea de llegar a Moria lo antes posible sin cruzarnos en el trayecto del enemigo:

[quote]Creo, pues, deberíamos ir a la aldea de Breon dónde tal vez podamos conseguir unas barcas con las que podemos recorrer el Anduin hasta las cercanías de Lorien; una vez allí propongo continuar el camino a pie hasta el Valle del arroyo Sombrío; ahorraremos tiempo y aseguro que se sucederán jornadas tranquilas. Por cierto, Abârmil, te haré compañía durante esta primera guardia si estas de acuerdo.[/quote]

Mientras comunicaba la idea más clara que podía discurrir en esa situación de desaliento y silencio; de acuerdo junto con la mejor idea de Elder de partir al alba; me levanto y me aproximo a apoyarme sobre una pequeña roca cercana a la orilla del Anduin, disponiéndome a vigilar junto con Abârmil el tiempo necesario para que Dimasalang y Burzumgad recuperaran fuerzas hasta su turno para luego hacer mi descanso. A medida que las jornadas se sucedían se notaba que la amistad brotaba entre los miembros de toda la compañía por igual.