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Ver tema#125 Respondiendo a: Rúmil Är-Feinield
Acción
Tras acampar, cenar y debatir sobre las pistas y habladurías de los orcos ya fallecidos, escucho las opiniones de mis camaradas y tras pensarlas detenidamente expongo mi opinión.
[quote]Moria es un gran laberinto y en el habita "El daño de Durin", al cual ninguno de nosotros podemos hacer...
NARRACIÓN
Tras discutir, y sacarles mucho provecho a los barriles, quedais bien satisfecho con la comida y aclaráis que lo mejor, es él plan de Rúmil, pero afortunadamente, no tenéis que viajar más para encontrar unas barcas, ya que unas vienen contra corriente del Anduin, y quedan ancladas a la orilla. Pero las barcas estan llenas de unos guerreros elfos atravesados con flechas negras, de orcos.
[quote] - Ya sabemos que barcas cogieron nuestros perseguidos- Dice Abârmil quién coge de las barcas unas mantas, y burzumgad las olfatea asegurando que son de los montaraces.[/quote]
No os dáis cuenta del peligro que acecha y no partís inmediatamente, y haceis las guardias. Decidis partid al alba como dice Elder, y descansar, pues la jornada a sido agotadora. Todos haceis guardias menos adan, que estaba exahusto después de guiaros por el bosque negro.
La primera guardia con Abârmil y Aikanáro no sucede nada extraño, y pasa apacible y tranquila. La segunda de Burzumgad y Dimasalang también, y estos se permiten el lujo de hasta dormirse un rato. En la tercera guardia de Elder y Rúmil, todo cambia. Un chillido agudo se oye en la noche, y todos os despertáis asustados. Elder, Rúmil y Aikanáro palidecen, temerosos. Abârmil y Adan se echan al suelo tapandose los oídos, pues el grito era desgarrador. Dimasalang señalo al cielo y dijo:
[quote]- ¡¡¡Mirad compañeros!!!- Todos mirásteis y visteis como una bestia alada volaba en el cielo, y un jinete negro montado encima de ella olfateaba el aire, gritando terriblemente. Burzumgad que conocía que era eso, dijo con dificultad:
- Nazgûl...
Todo conocéis esa palabra, y no tardáis en meteros en los botes, y remad río abajo. Finalmente conseguisteis despitar al nazgûl y mientrás remáis en las barcas, completamente callados todos os hacéis una pregunta:
- ¿Tan importante era lo qué sabían esos montaraces? ¿Que hacía un nazgûl persiguiendolos, quizás guardarles las espaldas al grupo que tenía raptado los montaraces?.
Sea lo que sea, cada día que pasa, los acontecimientos os llevan a creer que estabáis en una misión mas arriesgada[/quote].
En la primera barca estaban Dimasalang, Rúmil y Burzumgad, en la segunda barca estaban Aikanáro, Adan, Elder y Abârmil. Habíais dejado 4 barcas más, lo que os llevaba a creer que el grupo que tenía raptado a los montaraces era más numeroso.
Pronto llegaréis al valle del arroyo sombrió, y no tardaréis en desembarcad.
Mientras remáis en silencio, cada uno espera que uno rompa el silencio diciendo lo que piensa de lo sucedido y sobre si estaba de acuerdo con el plan de Rúmil, que por ahora, parecía el más sensato y el que habíais cumplido. Aún así, intentáis acelerar, pues no tardais en ver por el río circulando desperdicios, lo que os indica que estáis cerca del objetivo.
Saludos desde mis aguas
P.D: Ya no hay más narraciónes hasta el Lunes
Tras discutir, y sacarles mucho provecho a los barriles, quedais bien satisfecho con la comida y aclaráis que lo mejor, es él plan de Rúmil, pero afortunadamente, no tenéis que viajar más para encontrar unas barcas, ya que unas vienen contra corriente del Anduin, y quedan ancladas a la orilla. Pero las barcas estan llenas de unos guerreros elfos atravesados con flechas negras, de orcos.
[quote] - Ya sabemos que barcas cogieron nuestros perseguidos- Dice Abârmil quién coge de las barcas unas mantas, y burzumgad las olfatea asegurando que son de los montaraces.[/quote]
No os dáis cuenta del peligro que acecha y no partís inmediatamente, y haceis las guardias. Decidis partid al alba como dice Elder, y descansar, pues la jornada a sido agotadora. Todos haceis guardias menos adan, que estaba exahusto después de guiaros por el bosque negro.
La primera guardia con Abârmil y Aikanáro no sucede nada extraño, y pasa apacible y tranquila. La segunda de Burzumgad y Dimasalang también, y estos se permiten el lujo de hasta dormirse un rato. En la tercera guardia de Elder y Rúmil, todo cambia. Un chillido agudo se oye en la noche, y todos os despertáis asustados. Elder, Rúmil y Aikanáro palidecen, temerosos. Abârmil y Adan se echan al suelo tapandose los oídos, pues el grito era desgarrador. Dimasalang señalo al cielo y dijo:
[quote]- ¡¡¡Mirad compañeros!!!- Todos mirásteis y visteis como una bestia alada volaba en el cielo, y un jinete negro montado encima de ella olfateaba el aire, gritando terriblemente. Burzumgad que conocía que era eso, dijo con dificultad:
- Nazgûl...
Todo conocéis esa palabra, y no tardáis en meteros en los botes, y remad río abajo. Finalmente conseguisteis despitar al nazgûl y mientrás remáis en las barcas, completamente callados todos os hacéis una pregunta:
- ¿Tan importante era lo qué sabían esos montaraces? ¿Que hacía un nazgûl persiguiendolos, quizás guardarles las espaldas al grupo que tenía raptado los montaraces?.
Sea lo que sea, cada día que pasa, los acontecimientos os llevan a creer que estabáis en una misión mas arriesgada[/quote].
En la primera barca estaban Dimasalang, Rúmil y Burzumgad, en la segunda barca estaban Aikanáro, Adan, Elder y Abârmil. Habíais dejado 4 barcas más, lo que os llevaba a creer que el grupo que tenía raptado a los montaraces era más numeroso.
Pronto llegaréis al valle del arroyo sombrió, y no tardaréis en desembarcad.
Mientras remáis en silencio, cada uno espera que uno rompa el silencio diciendo lo que piensa de lo sucedido y sobre si estaba de acuerdo con el plan de Rúmil, que por ahora, parecía el más sensato y el que habíais cumplido. Aún así, intentáis acelerar, pues no tardais en ver por el río circulando desperdicios, lo que os indica que estáis cerca del objetivo.
Saludos desde mis aguas

P.D: Ya no hay más narraciónes hasta el Lunes

¡Oh Orofarnë, Lassemista, Carnimirië!
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...