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Ver tema#172 Respondiendo a: Aikanáro Telrunya
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A la par que nuestras piernas echaban en falta las fuerzas ya cansadas después de la dura jornada que habiamos atravesado, empezamos a escuchar ligeros susurros con voz suave y dulce que rondaban nuestros oídos como brisa que acaricia las hojas. Una vez adentrados entre la maleza, no tardó e...
Acción
El plan de Dimasalang al fin a todos pareció bueno y lo adoptamos. Aunque yo confieso que debí echar mano a una cuota de valor suplementario: el espectro estaba allí, delante mio, montado en esa poderosa bestia que parecia provenir de una era remota y salvaje. No era el Rey de Morgul, sin duda, pero si otro que no le iba a la cola en hechizos y malignidad. De su terror habia huido y sin embargo el destino volvía a ponerlo en mi camino. Su sola silueta, perfil funesto sobre la noche difusa de batallas sobrecogia en espasmos de miedo. Mas de pronto comprendí que, además de aquella misión que nosotros mismos habíamos elegido, yo estaba librando contra el nazgûl mi guerra personal. Recordé en un relámpago a mi padre, ese oficial del ejército de Morgul que cayó en Ithilien en una misión suicida a la que el Rey Brujo lo enviara sin miramientos: era, pues, por mi padre y por todos los orcos-soldados-esclavos que yo luchaba.
Mi vista se nubló de odio, mandé a paseo a mis temores y salí al claro donde la bestia era del todo visible. Las flechas de nuestros arqueros convertían al vientre de la cabalgadura alada en un erizo.Mi mandoble rasgó la piel del lago cuello desprendiendo del mismo una hediondez asfixiante...
El plan de Dimasalang al fin a todos pareció bueno y lo adoptamos. Aunque yo confieso que debí echar mano a una cuota de valor suplementario: el espectro estaba allí, delante mio, montado en esa poderosa bestia que parecia provenir de una era remota y salvaje. No era el Rey de Morgul, sin duda, pero si otro que no le iba a la cola en hechizos y malignidad. De su terror habia huido y sin embargo el destino volvía a ponerlo en mi camino. Su sola silueta, perfil funesto sobre la noche difusa de batallas sobrecogia en espasmos de miedo. Mas de pronto comprendí que, además de aquella misión que nosotros mismos habíamos elegido, yo estaba librando contra el nazgûl mi guerra personal. Recordé en un relámpago a mi padre, ese oficial del ejército de Morgul que cayó en Ithilien en una misión suicida a la que el Rey Brujo lo enviara sin miramientos: era, pues, por mi padre y por todos los orcos-soldados-esclavos que yo luchaba.
Mi vista se nubló de odio, mandé a paseo a mis temores y salí al claro donde la bestia era del todo visible. Las flechas de nuestros arqueros convertían al vientre de la cabalgadura alada en un erizo.Mi mandoble rasgó la piel del lago cuello desprendiendo del mismo una hediondez asfixiante...
Umbrías son las montañas, mas la ciudad brilla:Se diría una gran mortaja flotando entre el cielo y la tierra.
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...