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Entaguas
Entaguas
Desde: 21/04/2005

#174 Respondiendo a: adan_eadur

Acción

La batalla comenzó en un abrir y cerrar de ojos. Enseguida saqué mi espada, los elfos eran mejores arqueros que yo, no necesitarían mi arco. El Nazgul venía hacia nosotros; [quote]¡cuidado![/quote] Mis compañeros saltaron a los lados, fuera de la trayectoria del espectro. Entonces, un Uruk v...

NARRACIÓN

La guerra de los elfos contra los Uruks era dura y despiadada. Finalmente los elfos ganaron, pero estos al ver lo que ello llamaban ''terror alado'', huyeron, pues estaban muy debilitados y os dejaron solos frente a la bestia alada.
Rúmil, Abârmil estaban escondidos entre los matorrales preparados para soltar sus flechas. Dimas, Burzumgad y Adan, preparados para hundir sus armas en la bestia. Desde lejos, Elder y Aikanáro apuntaban también con sus flechas.
Antes de que la bestia se abalanzara sobre Dimas y el resto, Rúmil, Abârmil, Elder y Aikanáro soltaron sus flechas. Las flechas de Rúmil y Abârmil impactaron con los ojos de la bestia, y las flechas de Elder y Aikanáro fueron directas a la panza de la gran bestia. La bestia se retorcio en el aire, pues las flechas de Rúmil y Abârmil le había dejado ciega, y se retorcía gritando terriblemente. El espectro pego un chillido y la bestia se controlo, y justamente antes de que les lanzaráis otra descarga, se abalanzó sobre Dimas, Burzumgad y Adan. Ambos salieron despedidos y arrollados por la bestias, y pronto sus cuerpos se desperdigaron por el campo. Se levantaron con dificultad pues la carga de la bestia les había causado grandes heridas, aunque afortunadamente no murieron. La bestia se retorcía nuevamente en el aire, girando como si estuviera poseída. La hacha de Dimas estaba clavada en la cabeza de la bestia, y la cimarra de Burzumgad estaba llena de la sangre negra de la bestia. Adan había conseguido causarle una gran herida que le recorría toda la garganta. Entonces la última descarga fue lanzada, y la bestia se retorció y se elevó hasta perderse entre las nubes, y de más de 10 m de altura cayó el espectro en mitad del campo de batalla. Los ojos élficos de Elder vieron como la bestia se despeñaba contra algun pequeño lago cercano, y luego se arrastraba hasta perderse de la vista.
Entonces el espectro se levantó y desenvaino su espada, olfateo el ambiente y os miró a todos.
Dimas, Burzumgad y Adan estaban en el suelo agotados por la embestida de la bestia, y bastante alejados uno de los otros, pues habían salido en diferentes direcciones despedidos; Dimas a la izquierda, Burzumgad a la derecha y Adan en el centro. Acto seguido de los matorrales salieron Rúmil y Abârmil, sosteniendo sus espadas temerosos ante el espectro. De lejos Elder y Aikanáro venían hacia el lugar. Pero para sorpresa una descarga de flechas incendiarias salió de los bosques de Lórien, y el nazgûl huyó envuelto en llamas. Agotados, los elfos de Lórien os ofrecieron pasar la noche. Vuestro corazón seguía bombeando fuertemente por los acontecimientos. No podíais rechazar la propuesta, y Aikanáro miraba al norte, intentando encontrar a vuestra misión.

[quote]-No podéis seguir en estas condiciones- Dijo un elfo muy anciano- Me llamo Broceliande, y me han informado de que los Uruks van rumbo Isengard, tendrá que bordear Fangorn, pero dudo que avanzen ahora. Bien, ahora nos explicaréis mas detalladamente todo sobre vuestra misión, pues con las prisas no nos hemos enterado bien. Sobre todo, por qué un orco y un enano os siguen- Y acto seguido vistéis la maravilla del reino élfico de Lórien.
- Bien- siguió Broceliande- Ahora mi ayudante Erwin os ayudará en todo lo que necesitéis.
Y siguistéis avanzando entre la maravilla del reino élfico, ahora tendréis tiempo para descansar y reflexionar. [/quote]

Perdon:S No se porqué la narración me ha salido arriba.
Ahora contestad aquí .
Saludos y los arqueros habéis ganado mas puntería con el arco, y Dimas, Burzumgad y Adan, resistencia y manejo con las armas. Y todos habéis ganado mas valor . Y Dimas mas estrategia .

Ahora sí, me despido
¡Oh Orofarnë, Lassemista, Carnimirië!
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...