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Ver tema#184 Respondiendo a: Aikanáro Telrunya
Acción
Después de la encarnizada batalla de la que nos libraron los pocos elfos de Lórien que quedaron agotados y que usaron el fuego en sus flechas, como bien advirtió Rúmil que serviría para alentar al espectro, una vez muerta su bestia; la situación había propiciado, además, las bajas de Dimas,...
Acción
El ardid de Dimasalang convenció al resto de sus compañeros, atemorizados ante el ataque frontal del temido Nazgul. Tras un breve momento de calma y la huida de los elfos todos se sintieron desconcertados. Pero no había tiempo para más pesares. Mientras Rúmil y Abarmil se prestaron para la treta tensando sus arcos, junto a los recién incorporados Elder y Aikánaro, Dimas, Burzumgad y Adan unieron sus cuerpos y aprestaron sus armas para abatir al nazgul. En esto, el espectro había comenzado a descender velozmente:
[quote]- ¡Aún no, aún no!- ordenó Dimas a sus dos compañeros mientras sujetaba fuertemente el hacha de doble filo con todas sus fuerzas.[/quote]
A escasos tres metros del suelo la bestia del espectro recibió una lluvia de ambos lados del claro del bosque, donde se apostaban los tres elfos y el dunadan, haciéndola dibujar violentos escorzos en su trayectoria.
[quote]- ¡Ahoraaaa!- gritó el enano. [/quote]
En una fracción de segundo Dimas hundió velozmente el hacha de mithril con las inscripciones rúnicas de su pueblo en la cabeza de la bestia, notando como se quebraban como ramas los huesos de su grueso cráneo y sintiendo como el filo del hacha golpeteaba en las piedras del suelo tras seccionar en dos la testa de aquella horrible criatura. Junto a él, Adan y Burzumgad penetraron el primero su espada y el segundo su cimitarra en el cuello del animal. Instantes después los tres fueron despedidos por la fuerza de la embestida varios metros. Al momento los ojos de Dimas se cerraron.
[quote]- ¿Dónde estoy?- dijo el Enano tiempo después- ¿Realmente estoy vivo?, por la belleza de este lugar diría que por fin descanso junto a Eru y los Siete Padres de los Enanos.
- Se encuentra en Lorien, maese Enano – respondió el elfo Bronceliande-. Sus amigos Adan y Burzumgad también lograron sobrevivir al encuentro con el nazgul. Ahora necesitais reposo. Sois afortunado, pocos enanos son tan bien recibidos en estos lares, y ello gracias a las buenas referencias que de usted me han dado sus acompañantes.[/quote]
Después Bronceliande continuó refiriendo a los tres heridos el desenlace del encuentro con el espectro y la huída de los uruks con los montaraces, y refiriendo la importancia de la misión que ya le habían explicado Abarmil, Rumil, Elder y Aikánaro. La estancia en Lorien benefició enormemente a Dimasalang, quien aún quejumbroso por sus heridas en el Bosque Negro y en Loeg Nigloron, decidió pasear por la sempiterna ciudad élfica, respirando el caprichoso aire perfumado de flores, levantando las hojas secas al andar, y relajándose escuchando bellas canciones élficas del pasado y el lento y calmoso tránsito del agua entre los robles. No obstante, eso no le hace olvidar la necesidad de partir cuanto antes, cuestión que decide consultar al resto de acompañantes.
El ardid de Dimasalang convenció al resto de sus compañeros, atemorizados ante el ataque frontal del temido Nazgul. Tras un breve momento de calma y la huida de los elfos todos se sintieron desconcertados. Pero no había tiempo para más pesares. Mientras Rúmil y Abarmil se prestaron para la treta tensando sus arcos, junto a los recién incorporados Elder y Aikánaro, Dimas, Burzumgad y Adan unieron sus cuerpos y aprestaron sus armas para abatir al nazgul. En esto, el espectro había comenzado a descender velozmente:
[quote]- ¡Aún no, aún no!- ordenó Dimas a sus dos compañeros mientras sujetaba fuertemente el hacha de doble filo con todas sus fuerzas.[/quote]
A escasos tres metros del suelo la bestia del espectro recibió una lluvia de ambos lados del claro del bosque, donde se apostaban los tres elfos y el dunadan, haciéndola dibujar violentos escorzos en su trayectoria.
[quote]- ¡Ahoraaaa!- gritó el enano. [/quote]
En una fracción de segundo Dimas hundió velozmente el hacha de mithril con las inscripciones rúnicas de su pueblo en la cabeza de la bestia, notando como se quebraban como ramas los huesos de su grueso cráneo y sintiendo como el filo del hacha golpeteaba en las piedras del suelo tras seccionar en dos la testa de aquella horrible criatura. Junto a él, Adan y Burzumgad penetraron el primero su espada y el segundo su cimitarra en el cuello del animal. Instantes después los tres fueron despedidos por la fuerza de la embestida varios metros. Al momento los ojos de Dimas se cerraron.
[quote]- ¿Dónde estoy?- dijo el Enano tiempo después- ¿Realmente estoy vivo?, por la belleza de este lugar diría que por fin descanso junto a Eru y los Siete Padres de los Enanos.
- Se encuentra en Lorien, maese Enano – respondió el elfo Bronceliande-. Sus amigos Adan y Burzumgad también lograron sobrevivir al encuentro con el nazgul. Ahora necesitais reposo. Sois afortunado, pocos enanos son tan bien recibidos en estos lares, y ello gracias a las buenas referencias que de usted me han dado sus acompañantes.[/quote]
Después Bronceliande continuó refiriendo a los tres heridos el desenlace del encuentro con el espectro y la huída de los uruks con los montaraces, y refiriendo la importancia de la misión que ya le habían explicado Abarmil, Rumil, Elder y Aikánaro. La estancia en Lorien benefició enormemente a Dimasalang, quien aún quejumbroso por sus heridas en el Bosque Negro y en Loeg Nigloron, decidió pasear por la sempiterna ciudad élfica, respirando el caprichoso aire perfumado de flores, levantando las hojas secas al andar, y relajándose escuchando bellas canciones élficas del pasado y el lento y calmoso tránsito del agua entre los robles. No obstante, eso no le hace olvidar la necesidad de partir cuanto antes, cuestión que decide consultar al resto de acompañantes.
"Así lucharemos a la sombra"- dijo Dieneces en las Termópilas al saber que los persas harían una nube con sus flechas.