Acción

La gran alegría que nos había producido la salvación de los montaraces gracias a los Ucornos que habían atrapado entre sus ramas a los Uruks, sobre todo a Abârmil que les conocía de hazañas pasadas, no tenía nada que ver con lo que se nos venía encima para poder culminar así nuestro ansiado objetivo. Teníamos al vengativo Khamûl con una nueva bestia alada sobre nuestras cabezas, con ansia de matar y poder arrancarnos el preciado tesoro conseguido hace apenas unos instantes, que para él significan dichos montaraces. Los montaraces, Fernando y Farahir, nos pudieron adelantar parte de lo sucedido y la importancia de su supervivencia, informándonos así de que Sauron usaba a Saruman de mano derecha para hacerse con los pueblos libres y lo más importante, que si se hacía con el anillo del poder absoluto, dominaría todo cuanto quisiera y tuviera a su alcance, lo cual atemorizaba solo de pensarlo…

[quote]Por fin, me muestro satisfecho y placido de teneros a nuestro lado en las filas que componen la compañía de aventureros que formamos, ¿que os traéis? Es asombroso, espero que la compañía del anillo tenga mejor suerte que muchas de las victimas del mal y no pierdan o se les sea arrebatado el anillo único, pues sería usado como arma para lo peor y toda la tierra media quedaría a plena merced del mal que gobierna las mentes del enemigo.[/quote]

Tras la breve pero intensísima información aportada por los montaraces rescatados, nos abalanzamos sobre la iniciativa de Abârmil como mejor solución, siguiendo la idea de Rúmil de una vez llegados a los lindes de Fangorn, seguir el río Limclaro al que esperábamos que no se acercara Khamûl con su Nazgûl:

[quote]Abârmil, compañero, será lo mejor que hagamos lo más veloz posible la idea propuesta por ti e intentemos, lo que Rúmil, mi gran amigo a propuesto para no ser atacados de forma constante y certera que es lo que nos pasaría si marcharos por la llanura, iríamos a merced plena de su maldad. Adelante, sin perder tiempo, hay que escapar como sea de su atenta mirada y a ser posible sin ser descubiertos en ningún momento de nuestro trayecto.[/quote]

Los seis nos encontrábamos algo aturdidos por los gritos del Nazgûl, pero gozosos de tener ya la mitad de lo objetado, teníamos a los montaraces y nos hallábamos honrados por el mérito de toda la compañía. Cada segundo que pasaba en aquel bosque era eterno… parecía cobrar vida ante nuestras miradas atónitas… todos aguardábamos el momento perfecto para actuar e intentar salir de allí…