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Ver tema#286 Respondiendo a: dimasalang
Acción
[quote]- ¡Baruk Khazad!, Khazad ai-mênu!- gritaba Dimas mientras a paso veloz avanzaba entre las líneas enemigas segando la vida de los últimos dunledinos que aún se interponían en su camino.[/quote]
Instantes después los últimos siervos de Saruman habían emprendido una desordenada huída, s...
Acción.
Conforme el dia se tornaba evidente, también lo hacía la victoria: muchos de los uruks de Saruman, huyendo a la desbandada, se habían internado en un bosque de ucornos del que no salieron. Los dunlendinos sobrevivientes se rindieron, y el rey Theoden los indultó, y eso fue del asombro de muchos, pues los rohirrim solian tener, entre mucha gente, (y aqui me incluyo) fama de crueles e inexorables.
Al sonido de trompas y clarines se anunció el triunfo definitivo. Cansadísimo pero exultante, bromée largamente con mis compañeros de lucha, feliz al comprobar que todos esteban vivos y sin otra cosa que heridas menores. Recordamos las hazañas y competímos en bravura recontando los enemigos abatidos por cada uno. Estaba yo por tomar afectuosamente el pelo a Dimasalang por el tema de la montura compartida, pero allí llegó otro enano quien felicitó a Dimas y luego los dos se pusieron a hablar.
Sin rumbo caminé por los campos de batalla sembrados de maderos de máquinas de guerra destruidas y cadáveres. En un lugar elevado dos hombres aún bien pertrechados hablaban: uno de ellos era de edad madura, rubicundo y canoso. El otro, muy flaco y alto, de cabellos y barba brunas.
[quote]- Ese es el rey Theoden, nuestro señor- dijo a mi lado Lanceloth - ¡Mira que porte, que temple!
-Ahá ¿y el otro?- pregunté
-El otro es un montaraz- me respondió Lanceloth
-Ah, como Abârmil- dije.
-No,no . Este hombre tiene más abolengo...- sonrió Lanceloth- se llama....se llama[/quote]
Unos asistentes que pasaban portando la angarilla de un herido nos separó, y me quedé sin el dato. Más allá volvi a ver al viejo Gandalf, y me dije que esa era la mia, pues quería abordarlo. En esos momentos el sabio hablaba con Abârmil, y no lo dejaría escapar; pero aquella mañana estaba signada por desencuentros, pues Gandalf saludó en esos momentos a mi compañero, él se me acercó y Gandalf partió, ni se hacia donde.
[quote]-¡Ven, Burzumgad! ¡y vosotros también, Dimas, Adan...- decía Abârmil, llamando a grandes voces- os diré lo que haremos...[/quote] Intudablemente mi entrevista con el sharku Gandalf debería esperar.
al fin Abârmil nos puso al tanto de las indicaciones de Gandalf: debíamos marchar hacia Gondor, pues el senescal estaba interesado en los secretos que guardaba Farahir. Y si que lo hacía con celo: de lo que conocia de Mordor ni media palabra largaba.
Al fin aceptamos partir hacia ese pais al fin vecino al mio, y que tanto asombraba a los roharrim por su grandeza y lustre.
Caia la noche cuando decidimos acampar a orillas del Nevado. Adan se ofreció para cubrir la primera guardia, y luego de masticar algo, yo convidé con tabaco a Lanceloth a fin de estrechar amistad con él.
Por allí andaba Farahir, Lanceloth lo llamó y yo intenté que nos confiase algo de la información que poseía, pero fue en vano.
Conforme el dia se tornaba evidente, también lo hacía la victoria: muchos de los uruks de Saruman, huyendo a la desbandada, se habían internado en un bosque de ucornos del que no salieron. Los dunlendinos sobrevivientes se rindieron, y el rey Theoden los indultó, y eso fue del asombro de muchos, pues los rohirrim solian tener, entre mucha gente, (y aqui me incluyo) fama de crueles e inexorables.
Al sonido de trompas y clarines se anunció el triunfo definitivo. Cansadísimo pero exultante, bromée largamente con mis compañeros de lucha, feliz al comprobar que todos esteban vivos y sin otra cosa que heridas menores. Recordamos las hazañas y competímos en bravura recontando los enemigos abatidos por cada uno. Estaba yo por tomar afectuosamente el pelo a Dimasalang por el tema de la montura compartida, pero allí llegó otro enano quien felicitó a Dimas y luego los dos se pusieron a hablar.
Sin rumbo caminé por los campos de batalla sembrados de maderos de máquinas de guerra destruidas y cadáveres. En un lugar elevado dos hombres aún bien pertrechados hablaban: uno de ellos era de edad madura, rubicundo y canoso. El otro, muy flaco y alto, de cabellos y barba brunas.
[quote]- Ese es el rey Theoden, nuestro señor- dijo a mi lado Lanceloth - ¡Mira que porte, que temple!
-Ahá ¿y el otro?- pregunté
-El otro es un montaraz- me respondió Lanceloth
-Ah, como Abârmil- dije.
-No,no . Este hombre tiene más abolengo...- sonrió Lanceloth- se llama....se llama[/quote]
Unos asistentes que pasaban portando la angarilla de un herido nos separó, y me quedé sin el dato. Más allá volvi a ver al viejo Gandalf, y me dije que esa era la mia, pues quería abordarlo. En esos momentos el sabio hablaba con Abârmil, y no lo dejaría escapar; pero aquella mañana estaba signada por desencuentros, pues Gandalf saludó en esos momentos a mi compañero, él se me acercó y Gandalf partió, ni se hacia donde.
[quote]-¡Ven, Burzumgad! ¡y vosotros también, Dimas, Adan...- decía Abârmil, llamando a grandes voces- os diré lo que haremos...[/quote] Intudablemente mi entrevista con el sharku Gandalf debería esperar.
al fin Abârmil nos puso al tanto de las indicaciones de Gandalf: debíamos marchar hacia Gondor, pues el senescal estaba interesado en los secretos que guardaba Farahir. Y si que lo hacía con celo: de lo que conocia de Mordor ni media palabra largaba.
Al fin aceptamos partir hacia ese pais al fin vecino al mio, y que tanto asombraba a los roharrim por su grandeza y lustre.
Caia la noche cuando decidimos acampar a orillas del Nevado. Adan se ofreció para cubrir la primera guardia, y luego de masticar algo, yo convidé con tabaco a Lanceloth a fin de estrechar amistad con él.
Por allí andaba Farahir, Lanceloth lo llamó y yo intenté que nos confiase algo de la información que poseía, pero fue en vano.
Umbrías son las montañas, mas la ciudad brilla:Se diría una gran mortaja flotando entre el cielo y la tierra.
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...