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Ver tema#371 Respondiendo a: Abârmil
Acción
Para nuestro regocijo, habíamos conseguido incendiar la torre de asedio, mas las fuerzas enemigas no cejaban en su embestida; dos nuevas torres se hallaban frente a las murallas y el ataque se volvía incontrolable por momentos. Seguía luchando tenazmente junto a los gondorianos y, a pesar de...
Acción
La situación se volvía incontenible, la marea de orcos entraba incesante entre las ya quebradizas murallas del primer nivel y el fuego que lanzaban las catapultas del enemigo hacía que tuviese que escoger bien mi siguiente movimiento, pronto me encontré en solitario luchando a la desesperada entre las callejuelas infestadas de cadáveres en ambos bandos. Aquel fuego me hizo revivir el primer asedio que sufrió mi ciudad, donde también me encontré atrapado en el desconcierto de la batalla. Mientras retrocedía y dejaba de ver la muralla principal, perdida completamente, me fijé en una casa en llamas donde los orcos se apiñaban como si olfatearan sangre humana, pero no eran sino gritos en élfico...
[quote]Un elfo en peligro no estará mucho tiempo solo, aquí hay otro para luchar junto a él.[/quote]
Utilizando mi agilidad trepé por unos tendederos de ropa hasta la casa contigua a la del fuego y pude ver que una parte del techo comenzaba a ceder y dentro estaba Rúmil asesinando a todo orco que se le encaraba. Con mi vista de elfo eché una mirada general a la batalla...
[quote]Efectivamente el primer nivel esta perdido, debemos seguir retrocediendo...¡Abarmil! aquí rápido...son Rohirrim a lo lejos, quizás aun tengamos una oportunidad de salvarnos.[/quote]
En el momento en que Abarmil llegó a la parte trasera, salté a la casa ardiendo justo encima de la entrada y utilizando parte de la cuerda del tendedero rodeo unos tablones de madera del techo que estaban encendidos y los arrastro hasta que cayeron encima de los orcos de la entrada, que abandonaron el lugar con tremendos gritos de dolor debido a las quemaduras. Una vez que Rúmil y Abarmil acabaron con sus enemigos salimos de la casa al fin...
[quote]Bien creo que debemos ir ciertamente hacia los niveles superiores, aquí ya no hacemos nada, ire junto a Burzumgad y el enano, he podido ver donde estan antes así que... hasta pronto amigos.[/quote]
El camino hasta mis compañeros era muy complicado y peligroso, según me acercaba a los portones ya destruidos por Grond el horror era cada vez mayor, decidí que ir por las calles era perder demasiado tiempo y tomé la decisión de escalar por los edificios y esconderme dentro de las casas ya profanadas donde siempre había unos cuantos orcos estúpidos buscando comida. Por fin vi a Burzumgad herido ante un Nazgul que no me era desconocido, giré la cabeza y observé la llegada por una de las calles de Dimas dirigiendo a unos cuantos gondorianos, había que darle tiempo para que llegara hasta Burzumgad, así que escogí una ventana segura y cercana a la plaza, saqué mi arco, coloqué una flecha, la encendí utilizando unas brasas(el fuego lo inundaba todo) y apunté cuidadosamente a la cabeza de la bestia alada...
[quote]Que Eru guíe esta flecha con ojos certeros hasta mi enemigo y no tenga piedad de su vida...¡allá va![/quote]
La situación se volvía incontenible, la marea de orcos entraba incesante entre las ya quebradizas murallas del primer nivel y el fuego que lanzaban las catapultas del enemigo hacía que tuviese que escoger bien mi siguiente movimiento, pronto me encontré en solitario luchando a la desesperada entre las callejuelas infestadas de cadáveres en ambos bandos. Aquel fuego me hizo revivir el primer asedio que sufrió mi ciudad, donde también me encontré atrapado en el desconcierto de la batalla. Mientras retrocedía y dejaba de ver la muralla principal, perdida completamente, me fijé en una casa en llamas donde los orcos se apiñaban como si olfatearan sangre humana, pero no eran sino gritos en élfico...
[quote]Un elfo en peligro no estará mucho tiempo solo, aquí hay otro para luchar junto a él.[/quote]
Utilizando mi agilidad trepé por unos tendederos de ropa hasta la casa contigua a la del fuego y pude ver que una parte del techo comenzaba a ceder y dentro estaba Rúmil asesinando a todo orco que se le encaraba. Con mi vista de elfo eché una mirada general a la batalla...
[quote]Efectivamente el primer nivel esta perdido, debemos seguir retrocediendo...¡Abarmil! aquí rápido...son Rohirrim a lo lejos, quizás aun tengamos una oportunidad de salvarnos.[/quote]
En el momento en que Abarmil llegó a la parte trasera, salté a la casa ardiendo justo encima de la entrada y utilizando parte de la cuerda del tendedero rodeo unos tablones de madera del techo que estaban encendidos y los arrastro hasta que cayeron encima de los orcos de la entrada, que abandonaron el lugar con tremendos gritos de dolor debido a las quemaduras. Una vez que Rúmil y Abarmil acabaron con sus enemigos salimos de la casa al fin...
[quote]Bien creo que debemos ir ciertamente hacia los niveles superiores, aquí ya no hacemos nada, ire junto a Burzumgad y el enano, he podido ver donde estan antes así que... hasta pronto amigos.[/quote]
El camino hasta mis compañeros era muy complicado y peligroso, según me acercaba a los portones ya destruidos por Grond el horror era cada vez mayor, decidí que ir por las calles era perder demasiado tiempo y tomé la decisión de escalar por los edificios y esconderme dentro de las casas ya profanadas donde siempre había unos cuantos orcos estúpidos buscando comida. Por fin vi a Burzumgad herido ante un Nazgul que no me era desconocido, giré la cabeza y observé la llegada por una de las calles de Dimas dirigiendo a unos cuantos gondorianos, había que darle tiempo para que llegara hasta Burzumgad, así que escogí una ventana segura y cercana a la plaza, saqué mi arco, coloqué una flecha, la encendí utilizando unas brasas(el fuego lo inundaba todo) y apunté cuidadosamente a la cabeza de la bestia alada...
[quote]Que Eru guíe esta flecha con ojos certeros hasta mi enemigo y no tenga piedad de su vida...¡allá va![/quote]
"¡Seguid en posición, hacedles frente! Hijos de Gondor y de Rohan, mis hermanos. Veo en vuestros ojos el mismo miedo que encogería mi propio corazón. Pudiera llegar el día en que el valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunid...