Ver publicación (PROPUESTA:''PLAY-BY-POST'')

Ver tema

burzumgad
burzumgad
Desde: 11/10/2005

#373 Respondiendo a: Elder

Acción

La situación se volvía incontenible, la marea de orcos entraba incesante entre las ya quebradizas murallas del primer nivel y el fuego que lanzaban las catapultas del enemigo hacía que tuviese que escoger bien mi siguiente movimiento, pronto me encontré en solitario luchando a la desesperada...

Acción.

Nunca llegué a recordar que me pasó realmente: de golpe esteba en el suelo, y si que dolorido ¿acaso alguien me había empujado en medio de la embestida de los orcos? cuando cobré conciencia me levanté a los tumbos para comprobar que ya no había a mi lado nadie más de los mios, o mejor, nadie había: estaba solo. Me asomé a través de las almenas, desportilladas por la embestida enemiga, y entonces lo vi, muy por debajo mio. Era el Capitán de los Espectros, Amo y Señor de Minas Morgul y esclavizador y corruptor de los mios. La ira me colmó y, sin tener conciencia de que se trataba de un enemigo imbatible, corrí escaleras abajo. El Señor de la Muerte gritó en esos momentos. Que palabras pronunció, que extraña jerga abismal uso, no se decirlo, pero a su conjuro la colosal puerta de la Ciudad Blanca voló en pedazos en una vorágine rojinegra. La explosión me arrojó por los aires. Cuando volví en mi estaba sobre un tejado al cual había llegado, seguramente, volando, pero eso no era todo: Khamûl estaba ante mí, su máscara sin ojos horadándome con una mirada de hielo que, sin embargo, quemaba como el fuego[quote]-¿cómo has llegado hasta aquí, escoria? - y ,reconociendome ,gritó con su voz distorsionada de horror y odio sin límites- ¡Burzumgad, orco traidor![/quote]
Yo apenas si tuve tiempo de advertir que estaba herido: a pesar del miedo metí la mano dentro del peto de mi coraza para sacarla enseguida oscura y caliente:la sangre fluía...
No había tiempo, ni tampoco quizás esperanzas. Sólo me restaba morir con dignidad. alcé mi espada, trémulo y a sabiendas de que no era arma contra tamaño enemigo. Khamûl rió, y ese sonido se mezcló con otro, potente y grave[quote]-¡¡Allí voy..!!! -sonaba la voz cavernosa de Dimas el enano, quién acudía a mí seguido de soldados locales[/quote]
La situación era desesperante: el terror, algún maleficio o, más prosaicamente la pérdida de sangre, nublaban mi vista ¿llegaría el enano a tiempo? De pronto una flecha, llegada desde quién sabía donde, atravesó de lado a lado el cuello de la bestia alada que montaba Khamül. La flecha estaba encendida y la criatura gritó, sacudiéndose de encima a su jinete. Khamül cayó,maldijo en lengua negra y volvió la cabeza. El vozarrón del enano sonaba ya cercano[quote]-¡ No puedes triunfar siempre, maldito seas!- grité en la cara de Khamûl, y el nombre de la mujer amada me llenó la boca y el corazón-¡¡Marzdaph!!- intenté gritar, pero sólo hallé en mi garganta una lastimosa hebra de voz. Todo se oscureció mientras el fragor de la contienda se tornaba ridícula algarabía[/quote]
De pronto aconteció que yo estaba ante el rostro de un orco de grandes dientes manchados de tabaco...¿que hacía mi padre allí..? intenté correr hacia ese rostro sonriente, pero mi padre ya era apenas un jirón de sombras....¿y esos libros y artilugios como de alquimista?... ¿acaso el gabinete de Lagshaf, el viejo erudito orco asesinado por uruks de los que se decía justamente que eran enviados de Khamül? Luego fue la figura de una orquita menuda, de largos bucles como resortes brunos y ojos de gata del crepúsculo...era ella...¿que hacía Merzdaph en Minas Tirith...?ciudado, querida mía.....
Me desperté con un alarido, como si resucitara. A mi lado estaba Dimas, satisfecho, pero todo sucio de sangre oscura. Ante mí un hombre (¿era en verdad un hombre?) totalmente vestido de blanco me sonreía, y el viento de esa ciudad escarpada le mecía la barba y los largos cabellos también albos. Su rostro me era conocido, pero la vorágine de la batalla había embotado mis sentidos.[quote] un personaje pequeño, del tipo que algunos llaman mediano, estaba junto al viejo, y susurró:- es un orco- y el personaje blanco respondió:- yo siento compasión aún de los esclavos del enemigo...[/quote]
Dimas y los soldados se inclinaron ante el viejo, y luego el anciano y el mediano partieron.
Envuelto aún en una increíble serenidad sentí que Dimas me ayudaba a levantarme. No había sangre y nada me dolía.[quote]- ¿quién era ese,Dimas? El enano rió con su voz de trueno- ¿no lo reconociste, orco debilucho? ¡parece mentira, te tumba una cosa de nada! ven...vamos, que nos esperan...[/quote]
Umbrías son las montañas, mas la ciudad brilla:Se diría una gran mortaja flotando entre el cielo y la tierra.
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...