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Ver tema#435 Respondiendo a: burzumgad
off-topic.
Hoolaaa...
¿...hay alguien allí...? ¿master Entaguas...? ¿Camaradas...?
¡Cuanto hace que no se de vosotos! Yo sigo acá.
¿Es que esta segunda página nos desmoviliza?
Que alguien me hable, que esto tenga un buen fin.
Saludos, descansando en Minas Morgu...
Epílogo
Todo había acabado, o al menos eso parecía, las huestes de Sauron habían sido derrotadas y prácticamente aniquiladas. Las gentes de Harad no volverán a amenazar Gondor en mucho tiempo y los hombres del este se perderán en un sinfín de guerras entre tribus en busca del liderazgo. Los Pueblos Libres, por nuestra parte hicimos lo que teníamos que hacer, celebrarlo por todo lo alto. Se organizó una hermosísima ceremonia de entronización en la que Frodo, el salvador de la Tierra Media, coronó a nuestro rey reunificando el otrora reino de Isildur. Fui invitado por el mismo Aragorn a formar parte de los testigos de honor, dada mi sangre dúnadan, pero mi sitio estaba con mis hermanos de batallas, con los que tanto había sufrido y reído.
Tras las formalidades se dio paso al ansiado festejo. Comimos y bebimos como nunca desde nuestra estancia en Lorien. Cuando toda la pitanza había sido terminada, un bardo comenzó a cantar las increíbles hazañas de la Compañía del Anillo, al terminar, Adan tomó su “instrumento” y se arrancó con un poema de sempiternos versos sobre nuestras aventuras, todos ovacionamos a su conclusión. La fiesta se prolongó hasta la mañana siguiente.
Yo me quede en Minas Tirith durante un tiempo en los que, muy entristecido, tuve que despedir a mis grandes camaradas, el último que se quedó conmigo fue Burzumgad, pues había quedado con él que lo acompañaría en su regreso a Mordor, un montaraz siempre está ávido de nuevos conocimientos geográficos. Para preparar el viaje de la mejor forma posible decidí informarme concienzudamente sobre la región de Ithilien, pregunté quien la conocía mejor y varios hombres me indicaron donde encontrar a esa persona. Cuan grande fue mi sorpresa al serme presentado Faramir, el hijo del difunto Senescal. Nos hicimos grandes amigos y me propuse ponerme a sus órdenes durante algunos años en el recién instaurado principado de Ithilien. Vagué un tiempo con Burzumgad entre los inhóspitos valles de Gorgoroth, más allá de las Ephel Duath. Aprendí numerosas costumbres orcas que desconocía por completo, como rituales religiosos, recetas culinarias y relaciones conyugales. Yo por mi parte le fui enseñando en difícil arte de la exploración, la detección de huellas, ocultación de las propias y la desaparición casi por completo, con su gran olfato podría ser un gran explorador, sin duda. Cuando llegamos a Nurn, decidí tomar el camino hacia el norte para examinar las Ered Lithui. La despedida fue penosa, era el último compañero del que restaba despedirme y al que más me iba a costar volver a ver.
[quote] “Toma amigo Burzumgad, es el poema que Adan compuso, podrás traducirlo a tu idioma y cantarlo con los tuyos en vuestras celebraciones. Espero que algún día pueda escucharlo, aunque vuestra lengua siempre me pareció un tanto ruda, por poner un eufemismo. Adiós gran orco, que las estrellas te guíen.”[/quote]
Tras deambular por Mordor tomando notas de todo aquello que llamaba mi atención, me dirigí a cumplir mi promesa con Faramir, quien me nombró Señor de Ithilien Sur, encargado de custodiar el paso del río Poros. La verdad es que pase gran parte del tiempo yendo y viniendo de aquí para allá, incluso adentrándome en Harondor y navegando hasta Umbar. Pasados siete años el tedio y la nostalgia me abrumaban, por lo que pedí a Faramir que me librara de mi servicio y me dispuse a visitar a mis antiguos amigos, a los que no había visto desde la ilustre boda entre Elessar y Arwen, confieso que aquel día lloré cuando pude ver plantado a un retoño del Árbol Blanco. Marché a Rohan en busca de Lanceloth, Barin y las rohirrim, donde conocí al gran Eomer. Me adentré en Lorien en busca de mis queridos elfos Aikanáro, Rúmil, que encontré por casualidad, pues en breve irían de vuelta a sus lejanas tierras, y Elder. Continué hacia el norte por los lindes del Eryn Lasgalen hasta encontrar a mi bardo favorito, Adan. Con él recorrí el gran bosque entusiasmado, que me dejó maravillado, sobre todo por la comparación con el último recuerdo que tenía de él, “El paraíso de un montaraz”, le dije. Al llegar al otro extremo nos dirigimos al norte, hacia Erebor, para ver a Dimas, convertido en un gran señor enano.
Una vez hechas las visitas me dirigí a Rivendel donde encontré a los hijos de Elrond, compañeros de fatigas mucho tiempo atrás. Rejuvenecí mis músculos y ofrecí mis servicios a Eriador, donde fui nombrado Capitán a cargo de la región entre la comarca y Rivendel, Fornost y Tharbad, puesto que ejercí hasta el final de mis días, aunque nunca estuve más de un año sin viajar fuera de esos límites.
PD: Sobre la aventura, quiero decir que me ha encantado. Me lo he pasado genial con todos, hemos demostrado gran imaginación (bastante carente en la sociedad actual) y buena prosa (hay acciones dignas de mención aparte). Debo reconocer el mérito de Entaguas ya no sólo creando la historia, sino también integrando nuevos personajes o realizando acertados cameos de otros integrantes del foro, chapeau (si se escribe así, no ando fino en frances :P). Estoy deseando ver como ha quedado la recopilación amigo Entaguas, aunque con ello no pretendo meterte prisa
, si tienes problemas no tienes más que comentárnoslos.
Dado que siempre es buena la crítica, creo que para las próximas habría que intentar reducir el tiempo, o más bien ajustar la aventura entre cuatrimestres o algo así, negociable al principio, de esta manera evitaríamos ralentizar la acción, la época de exámenes te absorbe completamente. También remarcar que las habilidades o experiencia no cuentan mucho al final y quizás sea buena idea elegir una clase (bardo, guerrero, explorador, capitán, etc.) y que cada uno se comporte según la que ha tomado, siendo el master quien decida, según la experiencia acumulada, las acciones que mayor repercusión tengan en la historia. Por ejemplo, si uno elige ser capitán, supuesto organizador y reflexivo componente del grupo, pero en su acción no muestra esas características y se lanza como un poseso al ataque o se muestra individualista, el master sería el encargado de que en su narración dichas acciones no sean lo eficientes que podrían ser si hubiera sido hecha por un guerrero. No se me ocurre nada más, si tengo un momento de inspiración meto el enésimo off-topic
.
Un saludo.
Todo había acabado, o al menos eso parecía, las huestes de Sauron habían sido derrotadas y prácticamente aniquiladas. Las gentes de Harad no volverán a amenazar Gondor en mucho tiempo y los hombres del este se perderán en un sinfín de guerras entre tribus en busca del liderazgo. Los Pueblos Libres, por nuestra parte hicimos lo que teníamos que hacer, celebrarlo por todo lo alto. Se organizó una hermosísima ceremonia de entronización en la que Frodo, el salvador de la Tierra Media, coronó a nuestro rey reunificando el otrora reino de Isildur. Fui invitado por el mismo Aragorn a formar parte de los testigos de honor, dada mi sangre dúnadan, pero mi sitio estaba con mis hermanos de batallas, con los que tanto había sufrido y reído.
Tras las formalidades se dio paso al ansiado festejo. Comimos y bebimos como nunca desde nuestra estancia en Lorien. Cuando toda la pitanza había sido terminada, un bardo comenzó a cantar las increíbles hazañas de la Compañía del Anillo, al terminar, Adan tomó su “instrumento” y se arrancó con un poema de sempiternos versos sobre nuestras aventuras, todos ovacionamos a su conclusión. La fiesta se prolongó hasta la mañana siguiente.
Yo me quede en Minas Tirith durante un tiempo en los que, muy entristecido, tuve que despedir a mis grandes camaradas, el último que se quedó conmigo fue Burzumgad, pues había quedado con él que lo acompañaría en su regreso a Mordor, un montaraz siempre está ávido de nuevos conocimientos geográficos. Para preparar el viaje de la mejor forma posible decidí informarme concienzudamente sobre la región de Ithilien, pregunté quien la conocía mejor y varios hombres me indicaron donde encontrar a esa persona. Cuan grande fue mi sorpresa al serme presentado Faramir, el hijo del difunto Senescal. Nos hicimos grandes amigos y me propuse ponerme a sus órdenes durante algunos años en el recién instaurado principado de Ithilien. Vagué un tiempo con Burzumgad entre los inhóspitos valles de Gorgoroth, más allá de las Ephel Duath. Aprendí numerosas costumbres orcas que desconocía por completo, como rituales religiosos, recetas culinarias y relaciones conyugales. Yo por mi parte le fui enseñando en difícil arte de la exploración, la detección de huellas, ocultación de las propias y la desaparición casi por completo, con su gran olfato podría ser un gran explorador, sin duda. Cuando llegamos a Nurn, decidí tomar el camino hacia el norte para examinar las Ered Lithui. La despedida fue penosa, era el último compañero del que restaba despedirme y al que más me iba a costar volver a ver.
[quote] “Toma amigo Burzumgad, es el poema que Adan compuso, podrás traducirlo a tu idioma y cantarlo con los tuyos en vuestras celebraciones. Espero que algún día pueda escucharlo, aunque vuestra lengua siempre me pareció un tanto ruda, por poner un eufemismo. Adiós gran orco, que las estrellas te guíen.”[/quote]
Tras deambular por Mordor tomando notas de todo aquello que llamaba mi atención, me dirigí a cumplir mi promesa con Faramir, quien me nombró Señor de Ithilien Sur, encargado de custodiar el paso del río Poros. La verdad es que pase gran parte del tiempo yendo y viniendo de aquí para allá, incluso adentrándome en Harondor y navegando hasta Umbar. Pasados siete años el tedio y la nostalgia me abrumaban, por lo que pedí a Faramir que me librara de mi servicio y me dispuse a visitar a mis antiguos amigos, a los que no había visto desde la ilustre boda entre Elessar y Arwen, confieso que aquel día lloré cuando pude ver plantado a un retoño del Árbol Blanco. Marché a Rohan en busca de Lanceloth, Barin y las rohirrim, donde conocí al gran Eomer. Me adentré en Lorien en busca de mis queridos elfos Aikanáro, Rúmil, que encontré por casualidad, pues en breve irían de vuelta a sus lejanas tierras, y Elder. Continué hacia el norte por los lindes del Eryn Lasgalen hasta encontrar a mi bardo favorito, Adan. Con él recorrí el gran bosque entusiasmado, que me dejó maravillado, sobre todo por la comparación con el último recuerdo que tenía de él, “El paraíso de un montaraz”, le dije. Al llegar al otro extremo nos dirigimos al norte, hacia Erebor, para ver a Dimas, convertido en un gran señor enano.
Una vez hechas las visitas me dirigí a Rivendel donde encontré a los hijos de Elrond, compañeros de fatigas mucho tiempo atrás. Rejuvenecí mis músculos y ofrecí mis servicios a Eriador, donde fui nombrado Capitán a cargo de la región entre la comarca y Rivendel, Fornost y Tharbad, puesto que ejercí hasta el final de mis días, aunque nunca estuve más de un año sin viajar fuera de esos límites.
PD: Sobre la aventura, quiero decir que me ha encantado. Me lo he pasado genial con todos, hemos demostrado gran imaginación (bastante carente en la sociedad actual) y buena prosa (hay acciones dignas de mención aparte). Debo reconocer el mérito de Entaguas ya no sólo creando la historia, sino también integrando nuevos personajes o realizando acertados cameos de otros integrantes del foro, chapeau (si se escribe así, no ando fino en frances :P). Estoy deseando ver como ha quedado la recopilación amigo Entaguas, aunque con ello no pretendo meterte prisa

Dado que siempre es buena la crítica, creo que para las próximas habría que intentar reducir el tiempo, o más bien ajustar la aventura entre cuatrimestres o algo así, negociable al principio, de esta manera evitaríamos ralentizar la acción, la época de exámenes te absorbe completamente. También remarcar que las habilidades o experiencia no cuentan mucho al final y quizás sea buena idea elegir una clase (bardo, guerrero, explorador, capitán, etc.) y que cada uno se comporte según la que ha tomado, siendo el master quien decida, según la experiencia acumulada, las acciones que mayor repercusión tengan en la historia. Por ejemplo, si uno elige ser capitán, supuesto organizador y reflexivo componente del grupo, pero en su acción no muestra esas características y se lanza como un poseso al ataque o se muestra individualista, el master sería el encargado de que en su narración dichas acciones no sean lo eficientes que podrían ser si hubiera sido hecha por un guerrero. No se me ocurre nada más, si tengo un momento de inspiración meto el enésimo off-topic

Un saludo.
All that is gold does not glitter,
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...