La situación se vuelve cada vez más extraña, a la par que peligrosa... ¿Trolls, orcos? Quizá haya demasiadas cosas oscuras esta noche que escapan a mi pensamiento...
Sin embargo noto que pronto me he empezado a distraer del combate y veo que mis compañeros estan entrando en apuros.
Coloco una flecha en mi arco, pero el angulo de tiro no es perfecto e incluso podría herir a mis compañeros. Una idea me cruza la mente, y rapidamente entro en la taberna, subo las escaleras hasta llegar a mi habitación. Al llegar a la terraza me alegro; el angulo de tiro no podía ser mejor, y me pongo a disparar flechas a mansalva. Muchos orcos miran extrañados de un lado hacia otro, intentando ver de donde salen las flechas que disparó, pero no logran encontrarme. Entonces pronto veo que un troll se acerca hacia mis compañeros...
- Se me han acabado las flechas- digo asombrado, y desenvainando otra vez mi espada, salto hacia el troll desde la terraza... aunque una vez que he pegado el salto me doy cuenta de que quizás no he calculado bien la distancia...