Accion

Frente al señor verde aparece el ultimo troll que queda en el ejercito enemigo. Perfectamente coordinados, el señor elfo y yo nos lanzamos sobre el mientras el señor verde lo distrae. Ambos clavamos nuestras espadas en el cuerpo del troll y con rapidez las liberamos y nos hacemos a un lado. Ahora sobre el troll avanza el señor mago perfectamente protegido por los dos hermanos de Rohan. El señor mago descarga un blanco relampago desde su vara y el troll sucumbe entre aullidos de dolor. Al fin empieza a ceder el enemigo. Pero un alto precio hemos pagado. Mas de la mitad de los rohirrim y de los arqueros elfos yacen muertos o heridos en el campo de batalla. El señor elfo se ha dado cuenta de la herida del señor arnoriano, y se coloca a su lado mientras, ante ellos, el señor verde sigue disfrutando de su aficion favorita. Ningun orco logra llegar hasta el señor arnoriano. Yo miro a mi alrededor y me doy cuenta de que falta el señor enano. Miro entonces hacia atras y veo como el señor enano rueda por el barro tras encajar un tremendo tajo de un uruk particularmente gordo. -¡Señor mago!.-Grito en medio del combate.-¡¡Voy a retroceder, el señor enano esta en apuros!!. -El señor mago tambien mira hacia atras y, tras asentir, me dice.-¡¡Corre, y no tardeis mucho!!.- Yo corro hacia el señor enano y, tras envainar mis armas, salto sobre el uruk. Le agarro por detras y grito.-¡¡Ahora, acaba con este desgraciado!!. -El señor enano se pone en pie, alza su hacha y descarga un golpe terrible sobre el uruk. Tras liberar su arma de entre la tripas del uruk ya muerto, el señor enano me mira y dice. -¿Por que has tardado tanto?. -Y yo rio al oir la pregunta del señor enano y replico. -¿Y tu, donde leches te habias metido?. -Antes de que el señor enano pueda contestar añado. -El señor arnoriano esta herido. ¡¡Corre y ayudale!!. -El señor enano asiente y se lanza corriendo hacia el lugar en donde luchan nuestros compañeros. Pero yo no le sigo. Corro hacia el lugar en donde yace el cadaver del capitan enemigo y, tras desenvainar mi espada, le cort la cabeza con dos tajos. Alzo la cabeza con mi mano izquierda y grito. -¡¡Mirad, escoria sin alma!!. ¡¡Este es vuestro capitan. Huid si no quereis sufrir el mismo destino!!. -Tomo carrerilla y lanzo la cabeza en medio de los orcos que todavia resisten. Pronto de entre sus filas empiezan a surgir alaridos de terror. En ese momento, los rohirrim con su principe al frente vuelven a cargar. Yo salto y me quito de en medio. Ya muchos orcos arrojan sus armas y tratan de huir. Tambien caen sobre ellos numerosas flechas lanzadas por los elfos. El señor de Rhun revivido ha logrado que recompongan una linea otra oleada de flechas cae sobre los orcos. Yo me reuno al fin con mis compañeros y todos juntos nos lanzamos a la carga contra el enemigo. Pocos son ya los orcos que quedan ante nosotros intentando resistir.