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Ver tema#62 Respondiendo a: Findon
Narración 2 (versión buena)
La noche se nos echó encima, pero nosotros no nos movíamos para nada de nuestro puesto. La defensa estaba terminando de organizarse. Îbal había fabricado más de 100 flechas para él y para Findon. Sin embargo, Findon supo que no serían suficientes porque él había visto al...
Narración 2 (versión buena)
Los orcos se lanzan al asalto poseidos por una furia asesina. A nuestro alrededor, los defensores de la muralla van cayendo uno a uno. Combatimos frente a una de las torres y el señor enano grita en medio de la batalla.-¡¡Asi no aguantaremos mucho!!.- Por la pasarela de la torre que tenemos delante, no paran de salir orcos. Pero frente a ellos nos colocamos el señor enano y yo. Los orcos se lanzan sobre nosotros tan solo para encontrar la muerte bajo el filo de nuestros aceros. Y en ese momento, oimos a alguien junto a nosotros. -Debemos derribar esa torre. De lo contrario, no resistiremos mucho tiempo. -El señor enano y yo miramos sorprendidos y a nuestro lado descubrimos a Namsis. La dunadan esgrime su espada con mortal celeridad. El señor enano y yo. hacemos un hueco y Namsis se coloca entre nosotros. De pronto, oimos un rugido y de las entrañas de la torre surge un feroz semitroll. La bestia ruge ante nosotros. Primero de furia y un instante despues, de dolor. El señor enano le ha hundido su hacha en el muslo, yo le he clavado mi espada en el costado y Namsis aprovecha que el semitroll se inclina hacia delante para acabar con el cortandole la garganta. Ahora los orcos se lanzan sobre nosotros con mayor ferocidad aun. Pero no tardamos en recibir refuerzos. Aravir aparece y descarga su anket en un terrible tajo vertical que le destroza el craneo a un orco. Otro orco se gira sorprendido tan solo para recibir el tajo de Aravir en pleno rostro. -¡¡Que bonito!!.-Grita el señor enano en medio del combate. -Si. -Añado yo. - Una tecnica muy depurada. -Frente a Namsis y el señor enano, aparecen otros dos orcos que pronto van a reunirse con el monton de cadaveres que ya hay frente a nosotros. El señor enano rie de nuevo y grita. -¡¡Eh, Ulbar!!,¿pierdes el ritmo?. -Yo rio al oir al señor enano y adelantandome, le hundo mi espada a un orco en el pecho. Libero mi arma y la uso para desviar el tajo de otro orco. Salto hacia delante y le rajo el cuello con mi daga. Sonrio y mirando al señor enano digo. -Creo que puedo mantener el ritmo, ¿no crees?. Y ahora llega hasta nosotros Findon. El montaraz lucha con rabia contra los enemigos que tienen la desgracia de no apartarse a tiempo de su camino. Pero yo, miro a mi alrededor pues he notado que falta uno de los nuestros. -Findon, - digo yo. - ¿Donde esta Ibal?. -¡No lo se, le he perdido de vista cuando venia hacia aqui!. Yo empiezo a maldecir en medio del combate. Pero me callo asombrado cuando al fin descubro donde esta Ibal. Avanza, esquivando las flechas que le lanzan los arqueros enemigos saltando desde una almena a otra de la muralla. En su mano derecha porta una antorcha y con su brazo izquierdo transporta un odre de vino. -¡¡Joder!!, -Grita el señor enano al verle. -¿Que es lo que hace?. - ¡¡Y yo que se!!. Es la respuesta de Findon mientras contempla asombrado la demostracion de agilidad de nuestro compañero. Ibal se va aproximando a la torre de asedio. Ahora esta muy cerca. Se detiene en su paseo por las almenas de la muralla y con la antorcha, prende el odre de vino . Lo lanza y consigue acertar en el techo de la torre. Pronto empiezan a surgir llamas de esta. Ibal salta una vez mas y logra aterrizar en el interior de la muralla. En medio de un grupo de orcos que parecia que le estaban esperando. Desenvaina su espada, y logra defenderse de una serie de tajos y estocadas. -¡No va a poder resistir mucho!. -Nos dice Namsis y, con rapidez, se lanza hacia delante. El primer orco que trata de detenerla, ni siquiera vio el relampago de acero que le corto el cuello. Al segundo lo mata con una certera estocada al corazon, y al tercero le destroza las entrañas hundiendole su acero hasta la empuñadura. Tras ella, con la boca abierta por esta demostracion de esgrima, estamos los demas. Hasta que Findon reacciona y grita. - ¡¡A por ellos!!. Todos nos lanzamos hacia delante. Ningun orco puede resistir nuestro ataque. Pronto llegamos junto a Ibal el cual sonrie al vernos. Y el señor enano, tras quitarse de encima a otro orco destripandolo con un hachazo, no puede evitar decir. -¿Que, te has quedado a gusto?. -E Ibal le responde. -Bueno, creo que esa torre pronto va a dejar de ser un problema. Y asi parecia. El fuego se iba propagando con rapidez y ya toda la parte superior de la torre estaba en llamas. Y yo sonrio al ver el espectaculo y digo. -¡¡Atentos, los orcos que aparezcan ahora, lo haran dominados por el terror!!. -Y asi era. De la enorme estructura ahora ardiendo, empezaron a surgir orcos y orcos algunos de ellos quemandose vivos. Aravir rie al verlos y dice. -¡¡Seamos compasivos con ellos, liberemoslos de su sufrimiento!!. -Todos hemos entendido lo que ha querido decir. Con furia, nos lanzamos sobre esos desgraciados que pronto dejan de gritar. Resuena entonces un estruendo. Las llamas que devoran la torre han alcanzado alguna viga principal que ha debido ceder. Contemplamos como la torre se derrrumba sobre si misma y gritamos de jubilo. Hasta que Namsis nos dice. -¡¡Todavia queda otra!!. Y, al girarnos para contemplar el otr extremo de nuestra seccion de la muralla, vemos como desde la otra torre no cesan de salir orcos que, poco a poco, van acabando con los valientes soldados de Arthedain. Y en ese momento, oimos un silbido espeluznante. -¡¡A cubierto!! -Logra gritar Findon un instante antes de que un proyectil lanzado por una catapulta impacte en nuestra seccion de la muralla. Conseguimos protegernos tras las almenas de la muralla y, desde alli, oimos otro silbido inmediatamente antes de que un segundo proyectil alcance las almenas.
Los orcos se lanzan al asalto poseidos por una furia asesina. A nuestro alrededor, los defensores de la muralla van cayendo uno a uno. Combatimos frente a una de las torres y el señor enano grita en medio de la batalla.-¡¡Asi no aguantaremos mucho!!.- Por la pasarela de la torre que tenemos delante, no paran de salir orcos. Pero frente a ellos nos colocamos el señor enano y yo. Los orcos se lanzan sobre nosotros tan solo para encontrar la muerte bajo el filo de nuestros aceros. Y en ese momento, oimos a alguien junto a nosotros. -Debemos derribar esa torre. De lo contrario, no resistiremos mucho tiempo. -El señor enano y yo miramos sorprendidos y a nuestro lado descubrimos a Namsis. La dunadan esgrime su espada con mortal celeridad. El señor enano y yo. hacemos un hueco y Namsis se coloca entre nosotros. De pronto, oimos un rugido y de las entrañas de la torre surge un feroz semitroll. La bestia ruge ante nosotros. Primero de furia y un instante despues, de dolor. El señor enano le ha hundido su hacha en el muslo, yo le he clavado mi espada en el costado y Namsis aprovecha que el semitroll se inclina hacia delante para acabar con el cortandole la garganta. Ahora los orcos se lanzan sobre nosotros con mayor ferocidad aun. Pero no tardamos en recibir refuerzos. Aravir aparece y descarga su anket en un terrible tajo vertical que le destroza el craneo a un orco. Otro orco se gira sorprendido tan solo para recibir el tajo de Aravir en pleno rostro. -¡¡Que bonito!!.-Grita el señor enano en medio del combate. -Si. -Añado yo. - Una tecnica muy depurada. -Frente a Namsis y el señor enano, aparecen otros dos orcos que pronto van a reunirse con el monton de cadaveres que ya hay frente a nosotros. El señor enano rie de nuevo y grita. -¡¡Eh, Ulbar!!,¿pierdes el ritmo?. -Yo rio al oir al señor enano y adelantandome, le hundo mi espada a un orco en el pecho. Libero mi arma y la uso para desviar el tajo de otro orco. Salto hacia delante y le rajo el cuello con mi daga. Sonrio y mirando al señor enano digo. -Creo que puedo mantener el ritmo, ¿no crees?. Y ahora llega hasta nosotros Findon. El montaraz lucha con rabia contra los enemigos que tienen la desgracia de no apartarse a tiempo de su camino. Pero yo, miro a mi alrededor pues he notado que falta uno de los nuestros. -Findon, - digo yo. - ¿Donde esta Ibal?. -¡No lo se, le he perdido de vista cuando venia hacia aqui!. Yo empiezo a maldecir en medio del combate. Pero me callo asombrado cuando al fin descubro donde esta Ibal. Avanza, esquivando las flechas que le lanzan los arqueros enemigos saltando desde una almena a otra de la muralla. En su mano derecha porta una antorcha y con su brazo izquierdo transporta un odre de vino. -¡¡Joder!!, -Grita el señor enano al verle. -¿Que es lo que hace?. - ¡¡Y yo que se!!. Es la respuesta de Findon mientras contempla asombrado la demostracion de agilidad de nuestro compañero. Ibal se va aproximando a la torre de asedio. Ahora esta muy cerca. Se detiene en su paseo por las almenas de la muralla y con la antorcha, prende el odre de vino . Lo lanza y consigue acertar en el techo de la torre. Pronto empiezan a surgir llamas de esta. Ibal salta una vez mas y logra aterrizar en el interior de la muralla. En medio de un grupo de orcos que parecia que le estaban esperando. Desenvaina su espada, y logra defenderse de una serie de tajos y estocadas. -¡No va a poder resistir mucho!. -Nos dice Namsis y, con rapidez, se lanza hacia delante. El primer orco que trata de detenerla, ni siquiera vio el relampago de acero que le corto el cuello. Al segundo lo mata con una certera estocada al corazon, y al tercero le destroza las entrañas hundiendole su acero hasta la empuñadura. Tras ella, con la boca abierta por esta demostracion de esgrima, estamos los demas. Hasta que Findon reacciona y grita. - ¡¡A por ellos!!. Todos nos lanzamos hacia delante. Ningun orco puede resistir nuestro ataque. Pronto llegamos junto a Ibal el cual sonrie al vernos. Y el señor enano, tras quitarse de encima a otro orco destripandolo con un hachazo, no puede evitar decir. -¿Que, te has quedado a gusto?. -E Ibal le responde. -Bueno, creo que esa torre pronto va a dejar de ser un problema. Y asi parecia. El fuego se iba propagando con rapidez y ya toda la parte superior de la torre estaba en llamas. Y yo sonrio al ver el espectaculo y digo. -¡¡Atentos, los orcos que aparezcan ahora, lo haran dominados por el terror!!. -Y asi era. De la enorme estructura ahora ardiendo, empezaron a surgir orcos y orcos algunos de ellos quemandose vivos. Aravir rie al verlos y dice. -¡¡Seamos compasivos con ellos, liberemoslos de su sufrimiento!!. -Todos hemos entendido lo que ha querido decir. Con furia, nos lanzamos sobre esos desgraciados que pronto dejan de gritar. Resuena entonces un estruendo. Las llamas que devoran la torre han alcanzado alguna viga principal que ha debido ceder. Contemplamos como la torre se derrrumba sobre si misma y gritamos de jubilo. Hasta que Namsis nos dice. -¡¡Todavia queda otra!!. Y, al girarnos para contemplar el otr extremo de nuestra seccion de la muralla, vemos como desde la otra torre no cesan de salir orcos que, poco a poco, van acabando con los valientes soldados de Arthedain. Y en ese momento, oimos un silbido espeluznante. -¡¡A cubierto!! -Logra gritar Findon un instante antes de que un proyectil lanzado por una catapulta impacte en nuestra seccion de la muralla. Conseguimos protegernos tras las almenas de la muralla y, desde alli, oimos otro silbido inmediatamente antes de que un segundo proyectil alcance las almenas.
Aunque tarde o temprano todas las cosas hayan de perecer, a Gondor no le ha llegado todavia la hora. No, aun cuando todos los muros sean conquistados por un enemigo implacable, Gondor jamas caera bajo el dominio del Señor Oscuro.