accion

Los orcos ya estaban muy cerca de la fortaleza... la batalla comenzo repentinamente. Los trasgos intentaron trepar por las enormes murallas, mientras el resto de su ejercito acomodaba sus maquinas de asedio. Yo esperaba en mi puesto, impaciente por la lucha, mis nervios habian desaparecido y nuevamente era tiempo de desenvainar mi espada y defender mi reino. me asomé por la muralla, siempre cuidandome de los proyectiles enemigos, podia ver que se todo tipo de criaturas se hacercaban... junto con Findon, informamos a nuestros compañeros.
Los arqueros de Fornost descargaron sus flechas tan rapido, que Findon e Îbal fueron tomados por sorpresa... pero de todas formas tomaron sus arcos y fueron a lo suyo. Yo vaía como los orcos caían de sus filas... luego, desde el flanco del bosque, los montaraces descargavan otro monton de flechas, derribaron a muchos enemigos... el enemigo comenzo a incendiar el bosque, y pude contemplar como mis compañeros del bosque se incendiaban y eran blanco de las saetas de los asquerosos orcos... me quede perplejo, mirandolos, sin saber que hacer... tras un momento, recupere el sentido... un horripilante semitroll estaba subiendo, con toda mi fuerza lanzé una daga arrojadiza y ésta se clavo en su ojo... cayó muerto al instante.
Sostube mi espada con ambas manos y me lance al ataque, trataba de eliminar a los trasgos que intentaban escalar por las paredes, mientras Ulbar, Miquel y Namsis se encargaban de una torre de asedio recien llegada al muro... por lo visto, Namsis era mas valiente de lo que yo pensaba, y llebava una magnifica espada, la cual esgrimía con gran tecnica.
No pude evitar ver a îbal, quien de pronto se aparecia corriendo y saltando por las almenas... mis compañeros tambien lo miraban atónitos... el soldado de Arnor lanzaba ,al parecer, vino y luego prendía fuego sobre la torre...
Me acerqué rapidamente y con satisfaccion miré a los orcos quemandose y retorciendose de dolor... no tarde en ir y darles una muerte rapida, junto con mis compañeros.
Ahora escuchabamos los silbidos de los proyectiles de catapultas
-A cubierto!- alguien gritó
y me tiré al suelo lo mas rapido que pude... efectivamente el enemigo ya atacaba con maquinas de acedio. Nos dirigiamos hacia otra torre de acedio, de pronto note que un semitroll seguía a Findon y este aún no lo escuchaba, por que luchaba muy de cerca con su daga.
¡Al suelo, Findon! –le grité
y lance otra de mis dagas, que impactó directo en la garganta del inmenso semitroll.
-Gracias, Aravir. Te debo una, me dijo Findon.
Llegamos hasta la segunda torre, Findon y Ulbar se encargaron de incendiarla con la ayuda del ron de Miquel... improvisado pero muy efectivo... pues la torre se quemo de inmediato...
Escuchabamos un crujido y Findon nos grito.
-Los orcos han debido abrila. ¡Debemos llegar a la ciudadela!-
En ese momento vi como varios de los soldados de la muralla comensaban a retirarse, me asomé por la murralla una vez mas y les dije a mis compañeros.
- No se sorprendan, pero los trolls son los primeros en entrar! -
en ese momento empezamos a bajar por las escaleras de una de las torres, esperando llegar rapidamente a la ciudadela... pero ya en el patio podíamos ver a los enormes trolls haciendo terribles destrozos. Uno de ellos dio un rugido y corrió hacia nosotros.
-Ataquenlo a las piernas y yo me encargo de él!- nos dijo el furioso enano.
Ulbar y yo corrimos hacia el troll, uno a cada lado... lo atacamos rapidamente con nuestras espadas proporcionandole profundos cortes, el troll rugia y miraba sus piernas, que comenzaban a sangrar... luego Miquel dio un salto hacia el distraído troll y clavo el hacha en su pecho... la bestia caía al suelo y lo hacia retumbar.
En ese momento varios trolls enfurecidos nos vieron... asique sin pensarlo, le daba algunas señales al grupo mientras les decia:
- Ahora si, corramos hasta la ciudadela!-