Accion

Abandonamos el palacio fortificado a traves de la pequeña puerta. Ya al otro lado, avanzamos en total silencio en medio del humo provocado por los numerosos incendios. Seguimos avanzando por un callejon strecho que de3semboca en una pequeña plaza. Y en esa plaza, hay un grupo de orcos. Rapidamente desenvainamo nuestras armas y nos preparamos para atacar. Rapidamente, Ibal y Namsis toman posiciones mas atras en dos bocacalles de otros dos callejones.Mientras esos desgraciados nos insultan y tratan de provocarnos Aravir, por señas, me descubre la posicion de variosarqueros orcos sobre nosotros en los tejados. Somos blancos faciles y yo tomo una decision. Es necesario que los arqueros enemigos se descubran y, para lograrlo yo me adelanto y grito. -¡¡Ibal, usa tu arco, tenemos un grupo de puñeteros arqueros encima en los tejados!!.- Los arqueros orcos se alzan y diosparan sus flechas. Una impacta en la pierna de Aravir, otra en un hombro de el señor enano, y otro par mas silvan muy cerca de las cabezas de Findon y mia. Los arqueros han descubierto su posicion. Con una punteria y una velocidad asombrosas, Namsis e Ibal se ocupan de ellos. El resto de nosotros carga contra el grupo de orcos que tenemos delante. Los orcos intentan detenernos, pero vanamente esgrimen sus armas contra la muerte que se lanza a por ellos. Resuena el entrechocar del metal. Pronto caen los de la la primera linea. Y, los que quedan vivos, demasiado tarde comprenden cual es su unica opcion. En ese momento, se suman al combate Ibal y Namsis. Aunque intentan escapar, ninguno logra salir con vida de la pequeña plaza. Yo me adelanto comprobando que no aparece ningun nuevo enemigo y, mientras, Namsis e Ibal se nos nen en la pequeña plaza. Findon se ocupa de los heridos y hasta mi llega el gruñido del señor enano y su comentario. -¡¡Buena idea la tuya, Ulbar. La proxima vez, intenta ser un poco mas silencioso!!. - Yo rio al oir al señor enano y replico. -No vi otra opcion. ¿Pero que te pasa, ese ridiculo rasguño te va a impedir continuar?. Y como respuesta, el señor enano se coloca a mi lado y me dice. -No seas tan gracioso. ya veremos quien acaba destripando a mas orcos esta noche.-Finalmente, seguimos avanzando con cautela. Varias veces algunos orcos aparecen ante nosotros. Pero certeramente, Findon e Ibal usan sus arcos. Conseguimos llegar hasta las puertas que logramos cerrar con tanto esfuerzo y, sorteando cadaveres tanto de orcos como de soldados de Arthedain, subimos por la escalera de caracol de una torre hasta llegar a la muralla. Desde alli observamos los preparativos delejercito enemigo para volver a lanzarse al ataque. Asomandose con precaucion desde una almena, Findon dice -Esto no tiene buena pinta. Son todavia muchos, demasiados, me temo, para lo que queda de la guarnicion. -Junto a Findon esta Aravir y replica -¡No me importa su numero o el poder de su lider!. ¡¡Solo han empezado a pagar en sangre el precio que les va a costar la conquista de Fornost!!.-¡¡Bien dicho.!! -Añade el señor enano aprobando la opinion de Aravir. Y en ese momento, Namsis recoge del suelo una antorcha y la agita para que en el palacio fortificado sepan que hemos logrado llegar. Y yo, al ver la accion de Namsis digo -Si nuestra mision era comprobar que las puertas resistian, mision cunmplida. Propongo que salgamos de aqui ahora mismo. Por que creo que esa antorcha va a ser vista por algunos mas aparte de la guarnicion en el palacio fortificado. Al escucharme, Ibal rie y replica -Creo que te preocupas demasiado. -Y en ese momento, la puerta de la torre que da acceso a esa seccion de la muralla se abre y un orco asoma su fea cabeza. Yo salto y le hundo mi espada en el rostro pero el orco ha conseguido gritar. Libero mi espada y salto hacia atras mientras digo -¡¡Vamos a tener compañia!!. -Y el señor enano, sonrie y dice -¡¡Me alegro, esta excursion empezaba a aburrirme!! -En un susurro que casi no escuchamos, Namsis dice -¿He cometido un error? - Y Findon responde con una sonrisa -No lo creo, sabiamos que tarde o temprano esto iba a acabar asi. -Y finalmente, la puerta de la torre se abre y un grupo de orcos cargha contra nosotros. El señor enano rie y empieza a dedicarse a su deporte favorito. Ibal dispara una flecha tras otra con una punteria letal, Namsis empuña su espada con una velocidad que ya conocemos, Findon desgarra las tripas de un orco tras otro con furia asesina, Aravir esgrime su Anket con maestria olvidada la herida de su pierna y yo atravieso con mis armas a todos los orcos que tienen la estupida idea de venir a por mi. Y,en medio del combate, grito -¡¡Tenemos que salir de aqui antes de que aparezcan por la otra torre y nos acaben rodeando!!. -Y el señor enano añade. -¡¡Corred hacia la otra torre, nosotros los contendremos. Ulbar y yo tenemos un asunto pendiente!!. -Y dicho esto, el señor enano descarga su hacha en un golpe horizontal que casi parte en dos a un orco. Despues me mira y rie. Yo tambien rio y, saltando hacia delante, clavo mi espada en otro orco. Con rapidez la libero y paro el tajo de otro orco con su empuñadura. El orco no tiene tiempo de ni de maldecir antes de que le alcance el corazon con mi daga.