Acción.

Ni se os ocurra hacer caso a Aravir, o moriréis... ¡¡MUAHAHAHAHAHAAAHAHAAA!!

....y con ese... ya son quinze los que me he cargado. Mi hacha corta todo lo que encuentra hasta que la paro al ver la alegre cara de Ulbar, que me dice sonriendo:
- ¿Te diviertes?
- Jajaja!! Como un niño.
Nos dirijimos al resto del grupo entre bestias; trolls, uruks, orcos y otras criaturas nos acechan y nos atacan. Nos cruzamos con un par de trolls que no están dispuestos a dejarnos pasar, nos miran fijamente con sus pequeños ojos y gruñen "Arrrrghhhhrgg". Entonces cojen carrerilla y se nos echan encima. Nosotros alzamos las armas y, como somos civilizados, decidimos que uno para cada uno. Pues bien, yo me fijo en el mio, que solo tiene un ojo y tiene una pierna claramente más larga que la otra, me aproximo rápidamente a él y le doy un cabezazo de mi durisima cabeza en todas las partes y acto seguido, le corto una pierna con Mithral. El troll cae muerto al suelo. En cuanto al (¿ebrio? ) Ulbar, no se las ha apañado peor, cuando me giro para avaluar su trabajo, le veo con la espada en la mano, cuyo filo sostiene una singular cabeza de troll, pues dicha cabeza, reposa tranquilamente con los dos ojos mirandose la nariz y la lengua fuera, cual idiota.
Pero de súbito, una flecha impacta en mi hombro, durante un instante pierdo el mundo de vista y, al recobrar los sentidos, me fijo en una alta silueta color marrón. Está erguido sobre una pequeña muralla, sus ojos rojos me miran fijamente y yo les devuelvo la mirada. Miro a Ulbar que va delante mío, y decido ira por el uruk, no está muy lejos. Desenvaino ahora la cimitarra élfica que colgaba de mi cinturón y, aunque no soy un experto con ella, me dedico a hacerla gira con toda la rapidez que puedo con mi mano izquierda, mientras que con mi diestra blando mi hacha cortando cabezas y desgarrando cuerpos. Pierdo de vista a Ulbar, enmedio de un caos total, cuando a lo lejos, veo entrar claramente la temible figura del rei de los Nazgul....


Bueno, eso es todo. Lamento el retraso, y espero que sea suficiente.