Accion

Seguiamos luchando en la muralla de Fornost, los soldados del reino trataban de hacer todo lo posible por soportar, pero el jinete negro atemorisaba a todos. Su silueta parecia ser una sabana negra, en un intento por acabar con él... Lancé mi ultima daga, lamentablemente no tuvo ni el menor efecto en el enemigo, que desperdicio.
Momentos mas tarde, Namsis hablaba al enano, diciendole que ya era hora de retirarse, Miquel esta vez escucho y todos emprendimos retirada junto con los soldados restantes...en el camino, un enorme troll descargaba su maza contra nosotros,varios soldados murieron tras su ataque... Ulbar y yo quedamos separados del grupo, tratabamos de evadir los golpes del troll.
Findon trajo unos arcos y nuestros compañeros decargaron sus flechas hacia el troll, impactando a la bestia y dandole una muerte rapida.
Corrimos hasta la ciudadela, un soldado herido nos apresuro a escuchar las palabras del rey... en la escalinata del palacio estaba el rey.

–Sólo tenemos una solución para escapar sanos y salvos. Dentro del almacén hay un túnel que lleva a lo alto de las montañas. Todo el que quiera que se quede. Todo el que quiera que me acompañe. He de huir hacia el norte, de momento, ya que en el sur seremos presa del enemigo. Una vez a salvo enviaré mensajeros hacia los puertos grises para solicitar un transporte por mar que nos recoja, y una vez allí, retomaremos la ciudad -
îbal y yo, nos miramos dispuestos a reclamar... pero que caso tenía, las palabras del rey eran sabias...tenía toda la razón.
Miré a mis compañeros, tenía el deseo de decirles que se queden conmigo, pero quien soy yo para decirles que hacer con su vida... o como terminar con ellas. Medite unos segundos, porque no había tiempo para nada... quería quedarme, pero si seguía al rey para ayudarle,almenos habría una nueva esperanza para el reino.

Ya estaba decidido, mis compañeros se dirigían al almacén, junto con varios soldados que acompañarian al rey en su travesía por las tierras del norte.
Yo me quedaba de pie, los observaba alejarse... por un momento fui hasta la última muralla de Fornost, donde los últimos soldados habían decidido quedarse y morir... sostenían arcos y espadas, nada podría hacer que se retiraran de sus puestos, su voluntad era inmensa. Mire a cada uno de ellos, los admiré en el poco tiempo que quedaba, darían sus vidas para dar mas tiempo al escape del rey... Me sorprendí, por que uno de ellos era mi padre, vestía como un soldado y sostenía una espada y un escudo. Desde hace vario rato me miraba, pero no me habia dado cuenta. Ahora, con un gesto de su mano, me decía que me largara, tratandome como un muchacho entrometido en problemas que no le incumben... lo miré por última vez... mi padre me sonrió... y corrí hasta el almacen.
Alli, mis compañeros tomaban ropajes abrigados para soportar el fuerte clima del norte, tambien cargaban con muchas proviciones... al parecer el viaje sería largo y agotador... tome lo necesario para el viaje... no hablaría por el resto de la jornada, después de todo, estaba por perder a mi padre y yo no estaría a su lado.