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Findon
Findon
Desde: 30/01/2007

#377 Respondiendo a: Findon

off-topic

Bueno, pues ya estamos con la 7 narración. Intentaré colgarla lo antes posible, aunque tendré que hacer uso de mi imaginación de lo lindo. Perdón por mi ausencia, es que el ordenador me dio algunos problemillas.

Saludos a todos

Narración 7

Esta narración es algo corta y de mala calidad, lo sé. Aunque Ulbar lo tendrá difícil para corregirme esta vez, aunque no imposible.

La compañía avanzaba por la caverna guiados por Namsis, que sostenía su bastón alumbrando toda el pasillo. Siguieron caminando unos cinco minutos y llegaron al final de la caverna, donde no encontraron ningún enemigo o rastro de ellos. La cueva terminaba allí. Parecía bastante acogedor, y el frío aire invernal no penetraba por la sólida roca. Namsis levantó el bastón y su luz alumbró algo así como un escalón a unos 4 metros de altura de la pared de la cueva. La pared no era lisa ni mucho menos, y la escalada era fácil. Findon, Aravir y Ulbar empezaron a escalar y al llegar arriba, en oscuridad casi total se sintieron inseguros y sacaron sus armas, aunque no podían ver si había algún enemigo.
-Namsis, déjanos el bastón, por favor. No vemos un burro a tres pasos. –dijo Aravir. Namsis obedeció y Ulbar cogió el bastón y alumbró enfrente de él. No había nada. Tan sólo otra pared de roca. Estuvieron examinándola detenidamente, pero no encontraron ningún hueco ni nada.
-Pues somos afortunados. –dijo Aravir. –Estamos en una zona elevada y protegible del enemigo y si hacemos fuego no se verá. ¡Subid si podéis!
Con facilidad, excepto para el señor enano, claro, subieron todos los petates y fardos a la plataforma y Findon encendió un fuego con su pedernal.
-Bueno, pues sólo nos queda una opción. Resistir aquí hasta que pase el peligro de encontrarnos con el ejército de Angmar y después seguir al rey o tomar otra ruta.
-Deberíamos camuflar la entrada y defenderla por si las moscas –dijo Îbal. –Muchos osos encontrarían esta cueva acogedora, además de otras criaturas.
Dicho esto, Aravir, Findon e Îbal se encaminaron con una antorcha cautelosamente por el camino que habían recorrido para entrar en la cueva. Llegaron al exterior, y allí oyeron el resonar de los cuernos orcos, y los rugidos y la marcha rítmica del enorme ejército del rey brujo.
-¡Démonos prisa! –apremió Aravir.
Cada uno con sus armas, empezaron a cortar ramas de los escasos árboles que se erguían por aquellas yermas tierras. Luego de haber cortado suficiente, cogieron varias brazadas de leña seca para el fuego, del que dependían. Colocaron el camuflaje en la entrada y se internaron de nuevo en la cueva. Al llegar de nuevo, sus compañeros habían tendido una cuerda para que pudieran subir, y al llegar informaron de lo acaecido a sus compañeros. El ejército de Angmar no tardaría mucho en dar caza al rey, a no ser que éste se escondiera bien. Les esperaba un largo invierno, si el rey brujo no se retiraba hacia el sur…
"La vida tiene el sentido que nosotros le damos y en ello reside la grandeza del hombre" -Friedrich Nietszche.