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Desde: 22/09/2006

#401 Respondiendo a: Namsis

Accion

Al llegar a la entrada de la caverna, me coloco a la cabeza de mis compañeros y dando un suave golpe a la punta inferior de la vara, la piedra engarzada en el otro extremo emite una suave luz azulada. A medida que avanzamos, dejamos de oír el silvido del viento, introduciendonos en el silenc...

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Avanzamos con precaucion por el interior de la caverna. Apenas distinguimos algo unos pocos pasos por delante de nosotros. Solo nos ilumima el camino el baston de Namsis. Continuamos avanzando durante un trecho con cautela, todos listos para repeler cualquier ataque que se pueda producir. Finalmente, llegamos hasta una pared de de roca. Namsis se adelanta y observa la parte superior de la pared de roca. Ibal se coloca a su lado y le pregunta. -¿Que pasa? - Hay una especie de escalon alla arriba. -Contesta Namsis en su tono ya caracteristico. Yo me adelanto y digo. -Cubridme, voy a subir. -Y, desde detras de mi, resuena la voz del señor enano. -¿Y como quieres que te cubramos si casi no se ve?. -Yo rio al oir al señor enano y replico. -Entonces, si algo consigue cazarme, procura que mi cadaver no te caiga encima encima.-Yo te acompañare. -Interviene Findon en ese momento. Me adelanto y, tras examinar la pared de roca, me agarro a un par de salientes y empiezo a subir. -Cuidado. -Le digo a Findon. -Procura fijarte en donde pongo los pies y las manos. -Detras de mi, Findon asiente. Comienzo a trepar, voy con cuidado guiandome por el tacto. No es una escalada dificil. La pared de roca esta desgastada y tiene numerosos salientes en donde poder agarrarme y apoyar las punteras de mis botas. Tras un rato, llego hasta un rellano en la roca. Casi no se ve nada, pero aun asi, no parece que nada hostil habite la cueva. Me pongo en pie en el rellano y me giro para ayudar a Findon a terminar de subir. -Creo. -Le digo a Findon. -Que si algo tuviera su guarida por aquí, ya nos habria atacado. -Findon, de pie a mi lado, examina el lugar y me responde. -No te fies. -Mientras Findon sigue examinando el lugar como puede al tacto, Yo le respondo. -Creo que es un lugar acogedor. Al menos, no nos helaremos. -Y Findon me responde. -No lo sabremos hasta que no lo veamos. -Al oir a Findon, yo me asomo por el borde del cortado y digo. - Namsis, ¿podras subir?, necesitamos algo de luz.- Namsis apago su vara y todo volvio a quedar en una casi completa ooscuridad. Mientras, Findon y yo esperamos. Al cabo de un rato, Namsis aparece por el borde del cortado y lo primero que nos dice es. -Podriais haber asegurado una cuerda y lanzarmela, ¿no?. -Y yo rio al oir su reproche y replico. -Y tu podrias haberlo pedido antes de ponerte a trepar, ¿no?. -Dejaos de coñas. -Interviene Findon en ese momento. -Namsis, ilumina el lugar. Quiero cerciorarme de la seguridad del sitio. -Namsis obedece mientras yo le digo a Findon. -¡Relajate, hombre!. La situacion podria ser peor. Al menos, estamos resguardados. -Tras examinar la repisa con la luz del baston de Namsis, yo vuelvo a asomarme y digo. -¡Subid!, aquí estaremos bien. -Y dese abajo, me llega la voz de Ibal. -¿Si?, ¡Pues atad una cuerda a algo y lanzadnosla!. Que algunos, somos un poco mas listos. -Yo rio al oir a Ibal. Rio hasta que me giro y observo la cara de Namsis. -¡Eh, no te cabrees!. -Le digo a Namsis. -La escalada, es una actividad muy sana.- Entre Findon y yo, atamos una cuerda a un saliente y la lanzamos. Pronto estan junto a nosotros Aravir e Ibal. Ya solo queda abajo el señor enano. El cual agarra la cuerda y empieza a trepar. Desde arriba todos contemplamos al señor enano y yo no puedo evitar decir decir. -¡Eh!, ¡Procura no enredarte con tu barba!. ¡Pero si caes, usa tu cabeza para amotiguar el golpe!. ¡Total, es la parte que menos usas!, ¿no?. -Y cuando el señor enano por fin asoma por el borde, resoplando y bufando, me responde. -¡Muy gracioso!. ¿Quieres ver como te corto la lengua a la altura del cuello?. -Yo rio al oir al señor enano y le ayudo a terminar de subir. Una vez que estamos todos arriba, repartimos en silencio los alimentos que nos quedan. El señor enano contempla con tristeza la escasa racion . Hasta que yo saco del fondo de mi mochila un odre de ron. Lo agito sonriente y lo destapo. Tras un largo trago que me calienta las tripas, y tras disfrutar de fuerte sabor, lo paso. El odre pasa de mano en mano hasta que queda vacio. Todos hemos recuperado el animo tras la excelente bebida. Entonces Aravir nos mira y dice. -Bueno, no es mal lugar para acampar. En mi opinion, deberiamos camuflar la entrada. El camino no se bifurca, pero creo que Namsis deberia acompañarnos para no caernos por el tunel. -Aravir, Findon y Namsis vuelven a bajar, y todos podemos oir el susurro de Namsis. -La proxima vez, me pillo un baston con uso a distancia. ¡Empiezo a estar harta!. -Desde la repisa, Ibal, el señor enano y yo observamos como el punto de luz que despide el baston de Namsis se va perdiendo en la lejania. Y cuando estan lo bastante lejos, el señor enano me dice. -¡Y encima, con sistema de luz portatil incorporado!, ¡Que bien me vendria a mi como compañera para trabajar en las puñeteras minas de Mithril!. ¡No teneis ni idea del coñazo que es depender de las antorchas!. -Y mientras yo rio por la ocurrencia del señor enano, Ibal le dice. -Ahora cuando vuelva, se lo propones. Siento curiosidad por oir su respuesta. -Y el señor enano, tras rascarse la barba pensativo, dice. -No, mejor que no. En otra ocasión, quiza. -Finalmente, al cabo de un rato, nuestros compañeros vuelven y, tras establecer turnos de guardia, el señor enano y yo nos disponemos a bajar pues nos toca el primer turno. Dejamos a nuestros compañeros en el rellano de piedra y , tras avanzar en medio de la oscuridad hasta la entrada de la cueva, contemplamos un espectaculo que no nos gusta demasiado. Por entre las ramas que camuflan la entrada de la cueva, alcanzamos a diastingir, iluminados por la luna, a los batallones enemigos que se despliegan para perseguir al Rey Arvedui. Y el señor enano, tras soltar un gruñido, me comenta. -¡Ahi fuera deberiamos estar nosotros, repartiendo tajos y destripando a todo el que se nos cruce!. -Y yo, viendo el despliege de ropas enemigas, replico.- Tarde o temprano, nos tocara hacerlo. Sobre todo por que necesitamos mejorar nuestro equipo. Fijate, no solo hay orcos. Tambien hay hombres de Carn-Dum. -El señor enano los contempla un momento en silencio y dice. -¡Me da lo mismo quienes sean!. ¡Cuando les toque, lamentaran haber nacido!.- Y asi va pasando nuestro turno de guardia, mientras contemplamos como las tropas enemigas se pierden en la oscuridad de la noche. Finalmente, escuchamos el sonido de pisadas detras nuestro y, poco despues, aparecen Ibal y Findon. Y Findon me pregunta. -¿Que tal la guardia?. -Y yo respondo. -Entretenida, hemos disfrutado de un bonito espectaculo. Mañana al amanecer, creo que nos tocara ir de caza. -Es muy posible. -Me responde Findon.- Id ahora a descansar un poco. Mañana al amanecer, ya veremos que plan seguimos. -El señor enano y yo, nos retiramos de la entrada de la cueva y, tras un rato andando a oscuras, llegamos hasta la pared de roca. Subimos por la cuerda y , tras acomodarnos lo mejor que podemos en el suelo de roca, nos disponemos a dormir un poco. Pero hasta nosotros llega un extraño sonido y el señor enano pregunta. -¿Que es lo que oimos?. -Y es Aravir, todavia despierto, el que contesta desde las sombras -Es Namsis. Duerme y susurra en sueños. -Y como no, el señor enano no puede evitar decir. -¡Que bonito!. ¡Apuesto a que sueña conmigo!. -Y yo, tras reir por lo bajo le digo. ¿No has oido a Aravir?, solo susurra, no gruñe. No parece que este sufriendo ninguna pesadilla. -Y el señor enano me replica. -¡A ti te voy a dar yo pesadilla como no te calles de una jodida vez!. -Y, por fin, yo consigo encontrar una postura comoda en el duro suelo de piedra y termino diciendo. -A ver con que sueñas tu esta noche. Hace tiempo que no ves a ninguna dama enana, ¿verdad?
Aunque tarde o temprano todas las cosas hayan de perecer, a Gondor no le ha llegado todavia la hora. No, aun cuando todos los muros sean conquistados por un enemigo implacable, Gondor jamas caera bajo el dominio del Señor Oscuro.