Acción

Después de preguntar a Namsis sobre su estado y de que esta me respondiese que se encontraba bien, Aravir y yo vamos a hacer guardia.
Mientras Findon se aleja Aravir me dice que va a ver si hay huellas orcas fuera, y yo le cominico que me quedaré vigilando la cueva.
Pasa media hora y sigo entre las sombres, alguien se acerca, mi arco esta preparado.
-Eso es demasiada hospitalidad, no Îbal?-sonrío al oir ese comentario.
-Supongo que la guardia terminó...
Ya ha llegado el "amanecer" y todos estamos en la entrada de la cueva. Bebemos un poco de ron del señor enano, cuando éste propone ir a Lindon a avisar a los elfos. Namsis no está muy tranquila y nos explica todo eso de la presencia oscura.
-Sólo nos queda tomar una decisión-interviene Aravir. -Yo podría intentar encontrar el rastro del rey en medio de este erial, pero debo deciros que me resultaría muy difícil. Además, no olvidemos que el rey marcha a caballo y nosotros a pie. Nos resultaría muy difícil alcanzarle, y lo que puede ocurrir mientras lo intentamos es que nosotros seamos nosotros los cazados.
Y Miqurl sonriente farda de que él no puede ser cazado.
Todos reímos, pero en ese momento empeza a llover. La lluvia es suave pero como pensamos que irá a más nos refugiamos en la cueva. Una vez dentro Aravir empiza a cantar una vieja canción militar de Fornost, la recuerdo por mi padre, solía tararearla a menudo. Findon se une a la marcha, y también yo. DA los pocos minutos, todos empiezan a tararearla, pues será muy pegadiza (supongo)...